Sentirse en el límite
(toda la vida en la mano)
y dar un paso más,
trascender.
con un gesto mover el universo.
con una palabra
– cualquiera –
dar nuevo curso a la historia.
Porque el símbolo hace cómplice a todos los
hombres,
La palabra los nivela.
Saber que el mañana no existe,
que hoy no existe
que ayer es ilusión
y sin embargo,
estar en el mundo
ser el tiempo mismo
hacer que todas las cosas existan
aún las imposibles.
El hombre ama a todas las cosas
las individualiza,
se proyecta en ellas
y en amar se recupera.
El amor es un hecho imposible
una ecuación sin resultado
el equilibrio insostenible.
Y el hombre ama.
Porque el amor no ocupa espacio
el amor es ilímite,
Está fuera del tiempo.
El amor no ama en particular
sino en general
porque el amor está más allá del objeto,
aún cuando se manifiesta en el objeto.
Porque el amor que se ama
es un mínimo divisor común de todas las cosas
un horizonte continuo
y un venir a ser perenne.
Poder amar por el amor mismo
sin esperar del amor más que el amar.
Saber que el amor que se materializa
es un dejar de ser, un superar,
y sin embargo, arriesgarse.
Amar simplemente.
Amar aún sin posibilidades
ir más allá del gesto y del momento
preguntar sin esperar respuesta.
Amar a todo el universo en un ser particular
mensurable y condicionado
proyectarse en este ser
contaminarse de él
perderse en él tan completamente
tan profundamente
que toda razón sea imposible
todo juicio insostenible.