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TEXTOS EM PORTUGUÊS Y ESPAÑOL
IACYR ANDERSON FREITAS
Minas Gerais, 1963. Poeta, narrador, ensayista y profesor. Su obra ha sido traducida a varios idiomas, y ha sido publicado en libros y periódicos de Argentina, Chile, Colombia, España, Estados Unidos, Francia, Italia, Malta, México, Perú y Portugal. Su obra poética está editada en los libros A soleira e o século (2002), Quaradouro (2007), Primeiras letras (2007) y Ar de arestas (2013).
A seguir, textos extraídos de la revista venezolana (en la web) LA COMUNA DE BELLO. N. 2, abril 2014
Confissão
Sejamos sinceros, meu bem, dispamos o pijama das mitologias: a eternidade não conhece o amor. O amor também não sabe verdadeiramente o que é o amor e, no fundo, nós nunca acreditamos muito em parto sem dor.
Confesión
Seamos sinceros, mi bien, despojemos el pijama de las mitologías: la eternidad no conoce el amor. El amor tampoco sabe verdaderamente lo que es el amor y en el fondo, nosotros nunca creímos mucho en parto sin dolor.
As mãos de meu pai
Só agora vejo crescer em mim as mãos de meu pai. Decerto não tão rápido assim: um salto, o desfolhar de muitas noites sob a pele e, de repente, as mãos de meu pai (o seu gesto esquivo de nuvem fixou-se antes e agora ruge). Hoje vou desfolhando minha pele, retirando o limo, o círculo de urzes, mas as mãos de meu pai não surgem. Permanece ainda a velha imagem com seus santos no sepulcro. A velha imagem de algo meu, que se foi gastando aos poucos. Desfolhando-se até o osso. Até que outras mãos saibam colher, do ar mineral, a flora silenciosa e úmida de meu corpo.
Las manos de mi padre
Sólo ahora veo crecer en mí las manos de mi padre. Diserto no tan rápido así: un salto, el deshojar de muchas noches bajo la piel y, de repente, las manos de mi padre (su gesto esquivo de nube se fijó antes y ahora ruge). Hoy voy deshojando mi piel, retirando el limo, el círculo de brezos, pero las manos de mi padre no surgen. Permanece todavía la vieja imagen con sus santos en el sepulcro. La vieja imagen de algo mío, que se fue gastando a los pocos. Deshojándose hasta el hueso. Hasta que otras manos sepan coger, del aire mineral, la flora silenciosa y húmeda de mi cuerpo.
Visita do avô
Na casa deserta a tua sombra projetou-se, severa e fria. Sem pressa ou palavra tomou-me pela mão e caminhamos. Eis o velho sobrado, a minha velha contemplação do mundo, as terras de meu pai. Uma pequena viagem, pois, e a esfoladura se abre nos ombros. Os lenitivos sulcam a fuligem do rosto. Ao cabo de tudo, um silêncio floriu. E fundo. Foi quando percebi que enfim te conhecera, que aquela era enfim a tua presença, tão alheia e esquiva na hora imensa.
Visita del abuelo
En la casa desierta tu sombra se proyectó, severa y fría. Sin prisa o palabra me tomó por la mano y caminamos. He aquí el viejo sobrado, a mi vieja contemplación del mundo, las tierras de mi padre. Un pequeño viaje, pues, la exfoliación se abre en los hombros. los lenitivos surcan el hollín del rostro. Al cabo de todo, un silencio floreó. Y hondo. Fue cuando percibí que en fin te conocí, que aquella era en fin tu presencia, tan distante y esquiva en la hora inmensa.
O anúncio apenas
Tudo é sempre despedida. Nenhuma hora é própria para a dança. Os bilhetes de passagem, a sinalização das ruas, as avenidas e os parques indicam apenas a partida. Caminho nenhum é caminho de volta. Esse sol já se perdeu, o minuto em que escrevo (em que alguém do outro lado desta página apalpa o fruto avesso que escrevo) esse minuto também já se perdeu. Só esta tristeza sem sentido ou forma permanece a meu lado e me guia pelas mãos desde o azul primeiro dos primeiros dias: enorme, devorando cada palmo de entrega, cada manhã ante o amor que não cessa, com o seu sono tomado de aguda indiferença. Agora é quase um barco na direção da noite, diante dos muros altos de febre e sobre um mar eternamente aberto para o passado. Aberto à indiferença que somos e seremos. Espelho vivo de onde rompe esta tristeza, como o anúncio de algo terrível, mas anúncio apenas, sem consequência ou crime.
El anuncio apenas
Todo es siempre despedida. Ninguna hora es propia para la danza. Los billetes de pasajes, la señalización de las calles, las avenidas y los parques indican apenas la partida. Ningún camino es camino de vuelta. Ese sol ya se perdió, el minuto en que escribo (en que alguien del otro lado de esta página palpa el fruto avieso que escribo) ese minuto también se perdió. Sólo esta tristeza sin sentido o forma permanece a mi lado y me guía por las manos desde el azul primero de los primeros días: enorme, devorando cada palmo de entrega, cada mañana ante el amor que no cesa, con su sueño tomado de aguda indiferencia. Ahora es casi un barco en la dirección de la noche, delante de los muros altos de fiebre y sobre un mar eternamente abierto para el pasado. Abierto a la indiferencia que somos y seremos. Espejo vivo de donde rompe esta tristeza, como el anuncio de algo terrible, pero anuncio apenas, sin consecuencia o crimen.
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