La calle es la patria de los excluidos
de la gente de la calle, desalojados
durmiendo semidesnudos en las aceras
procreando y formando
familias errantes y pobres.
Brasil es una sola calle
que comienza en Salvador
continua en Maceió y Fortaleza
llega hasta Río de Janeiro
pasa por Curitiba y Belo Horizonte
estrechándose en Belém do Pará
y terminando en Porto Velho
y Cuiabá, mas allá de Brasilia.
Una sola calle sin techo
en la que transitan hordas
humanas, desechos, pueblos desheredados
de la suerte, desafortunados
expulsados, una cohorte
de humillados, desempleados
buscadores de cartón, travestis
prostitutas y proxenetas
en las alcantarillas, bajo las marquesinas.
Una calle que nació en Lisboa
con sus despreciados, limosneros
niños sin padres, abandonados
a las puertas de las iglesias, expulsados.
Una calle que empezó en las bodegas
de las galeras con los esclavos de África
en las raleas de inmigrantes y exiliados
en la ruta de los que huyen de la sequía
del latifundio y de la ignorancia.
Hambrientos pero llenos de fe
locos pero con esperanza
en andrajos pero con orgullo
exigiendo respeto y dignidad
en el lumpen pero en libertad.
Trapicheantes, vendedores ambulantes
malandros, lisiados, bohemios irremediables
niñas violadas, transeuntes
feriantes trasnochadores, vagabundos nocturnos
víctimas de asaltos y masacres
- y los fanáticos, pregoneros biblia en mano
anunciando el fin de los tiempos.
Chácara Irecê, 7 de mayo de 2005
*Vea otras obras del autor en:
http://www.picassomio.com/GomezDeZamora/
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