A LA GLÓRIA DE WALT WHITMAN
Poema de Antonio Miranda
Traducción de Elga Pérez-Laborde
Ilustración de José Campos Biscardi
“Entonces es eso, la vida
revelada al fín después de
tantos espasmos y convulsiones”.
WALT WHITMAN
Yo, abjecto, confieso:
el conocimiento no presupone
la superación de problemas.
Yo, incestuoso
nivelo: construir es destruir
es mudar, es igual.
Yo, naracisista
como el Barbudo democrata
panteísta
que sólo veia el Todo
y aún así
despreciando reglas morales.
Yo, inmoral
delante de la Muerte
celebrando la vida
— aquella vida que se
reprouce y
se perpetúa
y rejuvenesce en otros cuerpos
hechos de polen o de esperma
en el ciclo infinito del universo.
Conocimiento de la vida
de la calle, del padecimiento
— cuerpos poseídos , devorados
para la resurrección
o sucesión.
Formas que nacen y fenecen
que renacen
que no partan antes
que en ellas deposite
lo que tanto traigo acumulado.
Semen/simiente
el camino del Oriente
el ojo de la serpiente
El sexo contiene todo, cuerpos almas...
Sentidos, pruebas, pureza, ligereza...
Yo, pedazo del Todo
sufro la amputación
y protesto:
quiero mi parte impura
confieso mi cobardia
¡proclamo mis limitaciones!!!
El tejo el canto del mal
y conmemoro esa parte de mi
Oh varar noches, vendavales,
hambre y deseo,
recusas y atropellos, hecho
árboles y animales.
Y registrar un poema en el corazón de América
en la conciencia del mundo
un poema sucio
(que es el más limpio de todos
como Gullar ya demostró)
el antipoema de Nicanor Parra
um jeroglífico, un código secreto
para los iniciados
y promover la lectura del Ser
em nuestras entrañas y entrelíneas.
Pervertir los sentidos
en busca de los sentidos
¡Viejo amoral! ¡Brujo yanqui!
De Perversos. 2003
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