Foto exclusiva de William Osuna cedida por el poeta y
fotógrafo Enrique Hernández de Jesús.
WIILIAM OSUNA
Nació en Caracas, Venezuela, em 1948. Poeta, editor, docente. Dirigió el taller de poesia del Centro de Estudios Latinoamericanos Rómulo Gallegos – Celarg (1981), y el taller de poesia Casa de la Cultura de Maracay (1982). Coordinó el plan de alfabetización del Barrio Los Erasos (1985). Impartió cátedra de poesia em la Universidad Metropolitana, Dirección de cultura (1991-1995). Obtuvo, entre otros, los prémios : IV Bienal José Antonio Ramos Sucre (1976), Manuel Díaz Rodríguez (1982), Ciudad de Caracas (19830, Y EL Premio Nacional de Literatura de Venezuela en el año 2008.
Há publicado: Estos 81 (1978); Más si yo fuese poet, um buen poeta (1978), Antología de la mala calle (1990), San José Blues + Epopeya del Guayre y otros poemas (2003), MIré los muros de la patria mía (3004), Fragmentos (2010).
Actualmente preside la Fundación editorial El perro y la rana y dirige la revista A plena voz..
De
William Osuna
Antología de la mala calle
Caracas: Alcaldia; Fondo Editorial Fundarte, 2010.
30 p. ISBN 978-980-253-438-8
TEXTOS EM ESPAÑOL / TEXTOS EM PORTUGUÊS
El torturador
Hice mi trabajo
No reconozco otra ley
En la penumbra y sobre los fondos de botellas
Más allá de mi temor
Fui victorioso
Reservé para ti estos cables humeantes
Este vuelo de cabellos contra la pared
Contemple el horror en un cubo
De hielo
Cumplí
Que no sea el blanco
De tu podrida bandera.
Diferencias
Desecha las antiguas costumbres
Tanta grandeza no cabe en dos milénios
Adapta tu paso
A las ciudades insurrectas
Cuanto ocurrió fue prosa efímera
Por mi pueden voltear las cartas
Mearse en todas las puertas dei mundo
Incendiar a Roma
No llevaré fuego de artifício
Contra mi doy testimonio
Oblíguenme a entender y a seguir los desígnios de este pueblo
A serle fiel a mis muertos.
De donde se vuelve a avisar
que Ias cosas están muy malas
Si dominas esta paz dentro de ti
Y te sientes a voluntad
En el Senado con el César.
Si entras en el palacio
A conversar de ganancias y pérdidas
Y tu esfuerzo no fue untarle grasa
A las piedras para construir la gran ciudad.
Si te parece que hás hecho mucho
Y no moviste un dedo,
Ni por esta tierra ni por esta raza
Y hás dado tu vida
Por calzar las sandálias de tu Señor.
Arrinconarte a su mesa para comer y beber,
De su queso y de su vino.
Si dices afirmar, donde deberías negar.
No esperes tal flor, tal cetro, tal corona.
A su hora tendrás tu guadaña, cobardía y coraje,
Oh filósofo dei saber, oh vista gorda del incrédulo
A su hora tendrás a tu puerta:
Un lote de locos que arremete y empuja.
Burdeles
Aqui las ardientes damas
Del KARIKARI del MATURÍN y de la LAGUNA DE CÁTIA
Aqui se decidió
La imagen violenta del pasado y del presente
Una ciudad de enormes torres
Y de blancos edifícios
Toda épica fue fatal.
Sítios maravillosos
Donde perdí el verano restringido de mi cuarto.
Lejos del carmín disperso donde se adhiere
Una manifestación de abandonados divanes.
El final siempre es una mujer desnuda.
El rumor
Amenazas a tu mujer
y a tus hijos
con colgarte de una cabilla,
si el rumor que oyes en la plaza
y en el sauna
es cierto. Remedo del viejo sabio
que no eres
hablas con los tuyos
filosofando de Tiempo, Eternidad,
sacerdotes, báculos, reyes y don de mando
mientras golpeas la mesa
y miras a tus ministros.
En lo íntimo Rey degollado te sientes
y tu elocuencia es música que se eleva
desde tus piemas temblorosas,
a los oídos de tus siervos y acólitos
que ahora huyen y te dejan solo,
acorralado contralIas puertas del fondo.
Incrédulo, aceptas todo desastre
como una visión demencial
venida de tus drogas.
Por eso la mota de talco en el suelo
y la soga en tu cuello.
Por eso un niño idiota
sentado en lo que fue el trono
señalando la cabilla em el techo;
tu cuerpo bamboleándse
vestido de mameluco,
adosado a um sombrero de paja;
La mirada de tu mujer,
tus hijos, sin eu lo adviertas
desdo lo oscuro.
Oficinas
Oh tu hipócrita varón de las oficinas
Mi hertnano mi semejante
Cuantos desafíos cuanta honrosa mi;
Las horas del duro camaleón
Y de ahorcadas monedas
Victorias y derrotas La gloria de irse
Por las agujas del reloj a casa
===============================================
TEXTOS EM PORTUGUÊS
Tradução de Antonio Miranda
O TORTURADOR
Fiz o meu trabalho
Não reconheço outra lei
Na penumbra e no fundo das garrafas
Muito além de meu temor
Fui vencedor
Reservei para estes cabos fumegantes
Este arremesso de cabelos contra o passado
Contemplei o horror num cubo
De gelo
Cumpri
Que não seja o branco
de tua bandeira podre.
DIFERENÇAS
Desfaça os antigos costumes
Tanta grandeza não cabe em dois milênios
Adapta teu passo
As cidades sublevadas
Quanto ocorreu foi prosa efêmera
Por mim podem virar as cartas
Mijar em todas as portas do mundo
Incendiar Roma
Não levarei fogos de artifício
Contra mim dou testemunho
Obriguem-me a entender e a seguir os desígnios do povo
A ser fiel a meus mortos.
DE ONDE VOLTAMOS A AVISAR
QUE AS COISAS ESTÃO MUITO MAL
Se dominas esta paz dentro de ti
E te sentes à vontade
No senado com o César.
Se entras no palácio
A conversar sobre perdas e ganhos
E teu esforço não azeitar
As pedras para construir a cidade grande.
Se crês que já fizeste bastante
E não moveste um dedo,
Nem por esta terra nem por tua raça
E que deste tua vida
Para calçar as sandálias de teu Senhor.
Sentar-se no canto da mesa para comer e beber,
De seu queijo e de seu vinho.
Se podes afirmar, quando deverias negar
Não esperes tal flor, teu cetro, tal coroa.
Na hora certas terás teu gadanho, covardia e coragem,
Oh filósofo do saber, oh vista larga do incrédulo
Na hora certa terás em tua porta:
Um punhado de loucos que arremessam e empurram
BORDÉIS
Aqui as damas ardentes
Do KARIKARI de Maturín e da LAGUNA DE CATIA
Aqui ficou decidido
A imagem violenta do passado e do presente
Uma cidade de torres enormes
E de brancos edifícios
Toda épica foi fatal.
Lugares maravilhosos
Onde perdi o verão confinado em meu quarto.
Longe do carmim disperso onde adere
A manifestação de divãs abandonados.
No final sempre tem uma mulher nua.
O RUMOR
Ameaças a tua mulher e os teus filhos
a pendurar-se de uma cavilha,
se o rumor que ouves na praça e na sauna
é certo. Arremedo do velho sábio
que não és
falas com os teus
filosofando sobre o Tempo, Eternidade,
sacerdotes, cajados, reis e dom de mando
enquanto golpeias a mesa
e miras teus ministros.
No íntimo um Rei degolado te sentes
e tua eloquência é música que se eleva
de tuas pernas trêmulas,
aos ouvidos de teus sevos e acólitos
que agora fogem e te abandonam,
encurralado contras as paredes do fundo.
Incrédulo, aceitas qualquer desastre
com uma visão demente
oriundo de tuas drogas.
Por isso a mancha de talco no chão
e a corda no teu pescoço.
Por isso um menino idiota
sentado no que foi um trono
assinalando a cavilha no teto,
teu corpo balançando,
vestido de mameluco,
sujeito num chapéu de palha.
A mirada de tua mulher
teus filhos, sem que advirtas
desde a escuridão.
O TORTURADOR
Fiz o meu trabalho
Não reconheço outra lei
Na penumbra e no fundo das garrafas
Muito além do temor
Fui vencedor
Reservei para ti estes cabos fumegantes
Este arremesso de cabelos contra a parede
Contemplei o horror num cubo
De gelo
Cumpri
Que não seja o branco
de tua bandeira podre.
ESCRITÓRIOS
Oh tu hipócrita rapaz dos escritórios
meu irmão meu semelhante
Quanatos desafios quanta honrosa miséria
As horas de duro camaleão
E de moedas enforcadas
Vitórias e derrotas A glória de ir-se
Pelos ponteiros do relógio para casa.
Página publicada em abril de 2011
|