Foto del autor en 1959, em:
elmundosigue.wordpress.com
RAFAEL ARRAIZ LUCCA
Rafael Arráiz Lucca Nació en Caracas, Venezuela, el 3 de enero de 1959, ensayista, poeta, historiador, profesor Principal de Carrera de la Universidad del Rosario en Bogotá, Colombia y Profesor Titular de la Universidad Metropolitana en Caracas.
Ha sido research fellow de la Cátedra Andrés Bello en la Universidad de Oxford (1999-2000) y Visiting Fellow en la Universidad de Warwick (1996). Desde 2001 fue director de la Fundación para la Cultura Urbana, Caracas.
Se licenció de abogado en 1983 (Universidad Católica Andrés Bello - UCAB), Especialista en Comunicaciones Integradas en 2002 (UNIMET), Magister en Historia de Venezuela, Summa Cum Laude en 2006 (UCAB), y Doctor en Historia en 2010 (UCAB).
Ha sido Presidente de Monte Ávila Editores (1989-1994) y Director General del Consejo Nacional de la Cultura (1994-1995). Es miembro de la Academia de Gastronomía Venezolana desde el 2004. En noviembre de 2005 se le elige para ingresar a la Academia Venezolana de la Lengua como Individuo de Número, ocupando el sillón V.
Desde 1997 hasta 2010, Arráiz Lucca escribió semanalmente una columna de opinión en el diario El Nacional. Premio Municipal de Literatura 1993 con la obra El abandono y la Vigilia, en el género: Poesía. El Gobierno de España lo condecoró, 2007, con la Orden de Isabel La Católica en su grado de Comendador, siendo esta la Orden más alta que puede recibir un extranjero en España.
Ensayista y poeta de obra prolífica, fue parte del Taller Calicanto dirigido por la gran escritora Antonia Palacios. De esta experiencia surgió una propuesta urbana que marcó como discurso oficial la década de los 80 expresando todas las características de una década que se centraba en lo personal y en la productividad y que obviaba los compromisos de los 60 y los experimentalismos de los 70. Bajo la figura de grupos, surgieron el grupo Tráfico y el grupo Guaire -nombre del río que atraviesa el valle de la ciudad de Caracas. Arráiz fue miembro del grupo Guaire. Este grupo junto con Tráfico, apostaron por una poética urbana, con una retórica en deuda con la poesía anglosajona. Javier Lasarte en su artículo "De la noche a la calle y de vuelta a la noche"(SIC, julio de 1996)destaca el desencanto político como una carácterística de su poesía.Pero a ello se une lo cotidiano y el mundo familiar "Vida y muerte de sus padres que el poeta enfrenta sin flaquezas, armado de una valentía que se nutre de la distancia, recordando como la vida se fue convirtiendo en muerte lenta, progresiva, mientras él, cual fiel escudero a los pies de la cama de sus amados padres, contemplaba impotente como "ambos fueron respirando cada vez con mayor ahogo / sonándole más el aire por las entrañas", constatando dolido que a pesar de que "ambos tenían los ojos abiertos... no miraban"."
(http://www.monografias.com/trabajos67/poeta-rafael-arraiz-lucca/poeta-rafael-arraiz-lucca2.shtml)
Pero la poesía de los integrantes de esos grupos fue tomando tono personal y cada quien siguió su camino. Lo urbano se convirtió en una presencia constante pero no preponderante. Para Joaquín Marta Sosa en su Antología básica de la poesía venezolana 1826/2002 titulada Navegación de tres siglos (Caracas, 2003, Fundación para la Cultura Urbana), la poesía de Arráiz Lucca representa "Acaso la voz más completa y plural de su generación y la que más ha arriesgado en la evolución de su poética". Lo cierto es que el trabajo intelectual del autor está marcado por una aspiración enciclopedista, marcada por la figura del intelectual venezolano del siglo XIX. Por ello ha explorado
diversos géneros con vocación incansable.
Poesía: Balizaje, Ediciones del Guaire, Caracas, 1983; Terrenos, Editorial Mandorla, Caracas, 1985; Almacén, Editorial Fundarte, Caracas, 1988; Almacén (segunda edición), Editorial Fundarte, Caracas, 1991; Litoral, Editorial Planeta, Caracas,1991; Pesadumbre en Bridgetown, Editorial Pequeña Venecia, Caracas, 1992; Batallas, Editorial Fundarte, Caracas, 1995; Poemas Ingleses, Editorial La Liebre Libre, Maracay, 1997; Reverón, 25 poemas, Fundación Museo Armando Reverón, Macuto, 1997; Plexo Solar, Grupo Editorial Eclepsidra, Colección Vitrales de Alejandría, Caracas, 2002; Un bonzo sobre la Nieve, Trilce Editores, Bogotá, 2011
TEXTOS EN ESPAÑOL - TEXTOS EM PORTUGUÊS
SERVICIO COMPLETO
En los controles de la lavadora
seleccioné el programa B lento
para algodón, lino y cáñamo,
esperé la conclusión de los pasos de la máquina,
dispuse luego la secadora
en su programa rápido,
planché con atención todos los dobleces
como repasando su cuerpo entero con el hierro,
coloqué sus cosas blancas
en la misma maleta que trajo hace diez años.
Horas después apareció por la puerta,
le ofrecí las últimas palabras de mi amor
entregándole la ropa limpia en la maleta,
le dije adiós
para siempre.
LA PETIT MORT
No hay dicha mayor
que el jadeo ansioso
de una mujer feliz.
Si la vida tiene sentido,
es tu cuerpo quien se lo otorga,
cuando lo roza la muerte
para seguir viviendo.
De "Almacen" (Fundarte, 1988)
Tercer milenio
Estos son los años
más tristes de la historia.
Nos ha tocado oir el rumor
de la maleza ahogando los maizales,
hemos visto los espacios reducirse
hasta abolir la distancia,
han hecho con nuestros huesos
una tuerca que aprieta el horizonte
donde nadie asoma la cabeza.
Tiempos opacos éstos
cuando lo único cierto es la mayoría
marchando eufórica sobre el cadáver
de la excelencia.
POESIA SEMPRE. Revista da Biblioteca Nacional do RJ. Ano 1 – Número 2 – Julho 1993. Rio de Janeiro: Fundação Biblioteca Nacional / Ministério da Cultura – Departamento Nacional do Livro. ISSN 0104-0626m Ex. bibl. Antonio Miranda
Entre las rocas crece
un cactus coronado
por un punto rojo.
Entre las mismas rocas crece
otro cactus coronado
por un punto azul.
No atienden a su vecindad,
ni a sus idénticas penurias.
Afilan espinas y engordan
solos
como reyes.
Diez mil pies
Cuantas veces siento que a mi casa
le son insuficientes las ventanas
y que su sola puerta no basta
para dejar salir el vapor,
recuerdo las veces
que la he visto desde arriba:
es tan sólo un punto junto a otros
a la orilla de una de las curvas
del río.
La aeromoza
El cuerpo, como los árboles,
busca una tierra para quedarse.
No son del aire nuestros huesos
ni del mar,
aunque de éste vengamos.
La piel de la aeromoza tiene surcos
como si unas raíces sin objeto
blandieran su venganza.
Pocos años en el aire bastan
para perder el piso,
eternamente.
TEXTOS EM PORTUGUÊS
Tradução de Antonio Miranda
Rafael Arraiz en 2014:
http://bitacoraparalugaresreencontrados.blogspot.com.br
SERVIÇO COMPLETO
Nos controles da lavadora
selecionei o programa B lento
para algodão, linho e cânhamo,
esperei a conclusão dos passos da máquina,
coloquei depois a secadora
em seu programa rápido,
engomei com atenção todas as dobras
como se repassando seu corpo inteiro com o ferro,
coloquei suas coisas brancas
na mesma maleta que trago há dez anos.
Horas depois apareceu na porta,
ofereci as últimas palavras de amor
entregando-lhe a roupa limpa na maleta,
disse-lhe adeus
para sempre.
LA PETIT MORT
Não há maior fortuna
que o arfar ansioso
de uma mulher feliz.
Se a vida faz sentido,
é teu corpo quem outorga,
quando a morta o roça
para continuar vivendo.
Terceiro milênio
Estes são os anos
mais tristes da história.
Correspondeu-nos ouvir o rumor
do capim asfixiando o milharal,
vimos os espaços reduzindo-se
até abolir a distância,
fizeram de nossos ossos
uma arruela que aperta o horizonte
onde ninguém assoma a cabeça.
Tempos opacos estes
quando o único certo é a maioria
marchando eufórica sobre o cadáver
da excelência.
Entre as rochas cresce
um cacto coroado
por um ponto rubro.
Entre as mesmas rochas cresce
outro cacto coroado
por um ponto azul.
Não atendem a sua vizinhança,
nem às suas idênticas penúrias.
Afiam espinhos e engordam
terras
como reis.
Dez mil pés
Quantas vezes sinto que à minha casa
são insuficientes as janelas
e que apenas uma porta não basta
para deixar sair o vapor,
lembro as vezes
que eu a vi por encima:
é apenas um ponto junto a outros
e à margem de uma das curvas
do rio.
A aeromoça
O corpo, como as árvores,
busca uma terra para ficar.
Não são do ar nossos ossos
nem do mar,
mesmo que dele venhamos.
A pele da aeromoça tem sulcos
como se umas raízes sem objeto
brandissem sua vingança.
Poucos anos no ar bastam
para perder o piso,
eternamente.
Página publicada em novembro de 2017
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