LUIS ENRIQUE BELMONTE
Luis Belmonte nació en Caracas el 13 de julio de 1971, se graduó de Médico UCV (1996) con una especialización en Psiquiatra ULA (2004). Ha publicado: Cuando me da por caracol (1997), Cuerpo bajo lámpara (1998), Inútil registro (1999; 2009). Otras publicaciones: Paso en falso (2004) y "Pasadizo. Poesía reunida 1994-2006, (2009), Salvar a los elefantes(2007) y Compañero paciente (2012). Ha recibido los siguientes premios literarios Fernando Paz Castillo (1996), Adonais (1998) y Mariano Picón Salas (2005). Biografía y foto extraídos de https://queleer.com.ve/2013/02/24/luis-enrique-belmonte-autor-de-companero-paciente/
TEXTOS EN ESPAÑOL - TEXTOS EM PORTUGUÊS
HIGIENE PRIVADA
Suena la regadera.
El día se escurre por el desaguadero
con la espuma del jabón y la pelusas que sueltan
los cuerpos fatigados.
El vapor en el cuarto de baño
dilata los minutos, las pupilas;
el vapor empaña los espejos
para que nadie se asome por ahí.
La bañera chapotea
como un león marino que há encallado.
El hombre, bajo la regadera,
piensa e su muela adolorida
después de haber engullido
una cajá entera de analgésicos.
Cae toda el agua del mundo sobre su cuerpo,
pero no hay loción que cure su insomnio.
Ningún Moisés llorando en una cesta de mimbre
llegará con una pluma de albatros
hasta la orilla de esta bañera.
Ninguna sirena hambrienta de carne urbana
moverá sensualmente sus aletas.
El hombre se va ablandando,
oloroso a champú de camomila.
Se queda quieto bajo la regadera,
mirando como se escurre su cuerpo
por el desaguadero.
COMO SE BORRAN LOS SUEÑOS
De vez en cuando aparecemos en el sueño do outro,
y no es que el outro nos convoque
sinos que a veces se rasga
la fina tela que cubre la polpa
donde se fermenta la memoria de los días.
Al final de un callejón sin salida,
en la mano que roza el hombro, al borde del precipicio,
en el rostro que se assoma en la taquilla
y nos entrega el ticket que nos conduce al Infierno o al Paraíso,
según la función que este anunciada en cartelera.
No es cómodo aparecer detrás de la puerta
que parece ser la única salida de una pesadilla.
No es cómodo ser el que canta el número perdedor
en un casino destartalado.
Sentimos el manotazo de los que espantan moscas en su rostro,
sentimos, de veras sentimos
el triste asombro del que estaba esperando un prodigio
en forma de ola esbelta u hoguera,
y en cambio encuentra
la mirada vidriosa del farmaceuta
que se asoma por la ventanilla
a la hora del búho.
No es culpa nuestra aparecer
como uma macabra sonrisa al fondo del espejo,
ser el acorde que desafina
o la estalactite que crece
en donde debió crecer la margarita.
Ustedes nos trajeron, aunque aún no lo sepan.
Somos el saldo de una batalla
en la que el deseo fue devorado por sus propias huestes.
Somos eso que vieron de refilón
porque no les gustó que nos faltasen dientes
o que camináramos sobre un hilo.
El trajín solar nos irá borrando
como se deslíe la tinta en el papel mojado,
como se desdibuja el adiós en el horizonte,
como se borran los sueños.
TEXTOS EM PORTUGUÊS
Tradução de Antonio Miranda
HIGIENE PRIVADA
Soa a regadeira.
O dia escorre pelo ralo
com a espuma de sabão e a pelugem que soltam
os corpos fatigados.
O vapor no banheiro
dilata os minutos, as pupilas;
o vapor embaça os espelhos
para que ninguém apareça por ali.
A banheira enchafurda
como um leão marinho que encalhou.
O homem, sob o regador,
pensa em sua mola dolorida
depois de ter engolido
uma caixa inteira de analgésicos.
Cai toda a água do mundo sobre seu corpo,
mas não há loção que cure sua insônia.
Nenhum Moisés chorando numa cesta de vime
chegará com uma pluma de albatroz
até a beirada desta banheira.
Nenhuma sereia faminta de carne urbana
moverá sensualmente suas aletas.
O homem vai abrandando,
cheiroso a shampoo de camomila.
Fica quieto debaixo do chuveiro,
olhando como escorre seu corpo
pelo ralo.
COMO APAGAM OS SONHOS
De vez em quando aparecemos no sonho de alguém,
e não é que o outro nos convoque
senão que às vezes rasga
a fina tela que cobre a polpa
onde se fermenta a memória dos dias.
No fim do beco sem saída,
na mão que roça teu ombro, à beira do precipício,
no rosto que aparece na bilheteria
e nos entrega o tíquete que nos conduz ao Inferno e ao Paraíso,
conforme a função que esteja anunciada no painel.
Não é cômodo aparecer detrás da porta
que parece ser a única saída do pesadelo.
Não é cômodo ser o que canta o número perdedor
em um cassino dilapidado.
Sentimos o golpe dos que espantam moscas em seu rosto,
sentimos, realmente sentimos,
o triste assombro de quem estava esperando um prodígio
em forma de onda esbelta ou fogueira,
e no entanto encontra
o olhar vidroso do farmacêutico
que aparece no guichê
na hora da coruja.
Não é nossa culta aparecer
como um macabro sorriso no fundo do espelho,
ser o acorde que desafina
ou o estalactite que cresce
onde devia crescer a margarida.
Vocês nos trouxeram, embora ainda não saibam
Somos o saldo de uma batalha
em que o desejo foi devorado por suas próprias hostes.
Somos isso que viram de raspão
porque nos agradou que nos faltassem dentes
ou que caminháramos sobre um fio.
A rotina solar nos irá apagando
como se dilui a tinta no papel molhado,
como se dilui o adeus no horizonte,
com se apagam os sonhos.
Página publicada em novembro de 2017
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