JOSÉ LIRA SOSA
Nació en Maturín (estado Monagas) en 1930. Es, autenticamente, un poeta y hombre surrealista. Desde sus primeros anos de liceo se convirtió en un devoto de quien fuese su maestro y amigo Juan Sánchez Peláez. Su poesia
exalta el desquiciamiento, la profundidad sensual, el espíritu insondable de las aguas. Es un revolcarse hacia adentro donde nada se detiene ni se estanca.
José Lira Sosa ha publicado los siguientes libros de poesia: Fiat-Luz y otros poemas (1954); A la gran aventura (1960); Por mi cuenta y riesgo (1965); Oscuro ceremonial (1967); Vícios ceremoniales (1967); Contracena (1981).
Como dramaturgo se mencionan sus obras más importantes: Círculo vicioso y La rebelión de los muñecos.
Es Prémio de Poesia Del Valle Labeau (1984). Vive actualmente en Margarita.
TEXTOS EM ESPAÑOL - TEXTOS EM PORTUGUÊS
LIRA SOSA, José. Enseres y atavíos. Caracas, Venezuela: Tierra de Gracia Editores, 1989. 68 p. (Colección Rasgos Comunes) 10,5x20 cm. ISBN 980-6209-08-7
INVENTARIO
Hay una costa que se enreda como el hilo de uma cometa
un mar de estambre bordado de lentejuelas
la sombra de una gaviota incrustada en conchas de caracolas
una nube solitaria en un cielo de cristal inclemente
un malecón de piedras carenado de musgo
una ciudad nueva ya cansada de tanta sal y tanto yodo
un árbol de espinas lacerantes y nidos de pájaros negros
Hay el recuerdo de los hombres perdidos en el /brillo de las perlas
los maderos rescatados del último naufragio
el olor de la tierra y el color de los mangos
/y el sabor de los nísperos
Hay una campana de bronce que no tañe
y la torre de una catedral que no reza
y la vajilla de un pirata que no come
Hay el laberinto de una laguna donde los caballitos
/de mar se disfrazan de minotauros
Hay un barco fantasma y un Capitán que ama los tiburones
una escafandra vacía
y un buzo que sueña con praderas sumergidas
una muchacha que llora sobre la arena de la playa
y una mujer desnuda escondida en un árbol
Hay un acantilado que sube a la cresta de uma colina
una gruta con un lecho de algas
un atardecer que juega con juegos de artificios
Hay el fardo de una nostalgia que no puede lanzarse por la borda.
INVENTÁRIO
Tem uma costa que se enrosca como a cauda do cometa
um mar de estame bordado de lantejoulas
a sombra da gaivota encrustada em conchas de caracóis
uma nuvem solitária em um céu de cristal inclemente
um cais de pedras carcomido de musgo
uma cidade nova já cansada de tanto sal, e tanto iodo
uma árvore de espinhos lacerantes e ninhos de pássaros negros
Tem a lembrança dos homens perdidos no brilho das pérolas
madeiras resgatadas do último naufrágio
o cheiro da terra e a cor das mangas e o sabor de ameixas
Tem um sino de bronze que não tange
a torre de uma catedral que não reza
e a louça de um pirata que não come
Tem o labirinto de uma lagoa onde os cavalos marinhos se disfarçam
de minotauros
Tem um barco fantasma e um Capitão que ama os tubarões
um escafandro vazio
e um búzio que sonha com pradarias submersas
uma garota que chora na areia da praia
e uma mulher nua escondida numa árvore
Tem uma escarpa que sobe até o pico de uma colina
uma gruta com um leito de alga
um entardecer que brinca com fogos de artifício
Tem o fardo de uma saudade que não consegue lançar-se pela orla.
PUEDE SUCEDER
Las grandes torres de la ciudad
inclinan sus siluetas petrificadas
Los ojos levantados de los transeúntes
pulsan los túneles previstos
Un juego de torres blancas
apresa el porvenir
(ragua las avenidas
del insomnio
a los pezones de la doncella
sacrificada al borde del acantilado.
PODE ACONTECER
As grandes torres da cidade
inclinam suas silhuetas de pedra
Os olhos levantados dos transeuntes
pulsam os túneis previsíveis
Um jogo de torre brancas
aprisiona o porvir
forja as avenidas
da insônia
aos seios da donzela
sacrificada à beira do escarpado.
LADRIDOS
Las moradas donde hemos compartido
el aliento de la jauría
serán derribadas por los vientos cardinales
sus piedras esparcidas por las sabanas
los goznes girarán en el vacío
a la espera de nadie
Inútiles las lámparas colgarán a la sombra
de la memoria
en las moradas acosadas por las viejas aguas
bautismales
Los amantes visitarán sus ruinas
y yacerán silenciosos
en los escombros de un frenesí
olvidado en los rincones
En la última piedra
resonará el eco de los ladridos.
BATIDAS
Moradias onde compartilhamos
o hálito da matilha
serão derribadas pelos ventos cardiais
suas pedras espalhadas pelas savanas
as dobradiças circularão no vazio
à espera de ninguém
Inúteis as lâmpadas penduradas à sombra
da memória
nas moradias acossadas pela velhas águas
batismais
Os amantes visitarão suas ruinas
para jazerem silenciosos
nos escombros de um frenesi
esquecidos pelos cantos
Na última pedra
vai soar o eco das batidas.
Página publicada em agosto de 2014
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