ANA ENRIQUETA TERÁN
(Valera, 1918) realizó carrera diplomática en el exterior en Uruguay (1946) y Argentina (1950).Una de las voces más íntimas de la poesía venezolana, su lenguaje borda los finos encajes caseros junto a las mujeres de Jajó. Son las telas las que extienden la embocadura del verbo: la palabra reunida en los olores de la casa. Así convoca en su memorable testimonio: Al norte de la sangre (1946), Presencia terrena (1949), Verdor secreto (1949), De bosque a bosque (1970), El libro de los oficios (1975), Libro de Jajó (1980-1987), Casa de hablas (1991), Albatros (1992), Música con pie de salmo (1985) y Antología poética (2005), para citar algunos.
Premio Nacional de Literatura 1989-1990. En 1989 re 1989 recibió un Doctorado Honoris Causa de la Universidad nn de Carabobo.
TEXTOS EN ESPAÑOL / TEXTOS EM PORTUGUÊS
De
CONSTRUCCIONES SOBRE BASAMENTOS DE NIEBLA
Caracas: Monte Ávila Editores, 2006
Atada a incertidumbres
Alguien crece opaco en deslucido pedestal.
Otros rebasan casimires y se apoyan en lejanía de árbol presente.
De nuevo son ellos, recostados en salientes de calicanto.
Compactos y hermosos a quien no olvida, ni se exime [de aquella piel
casi resuello en propia altura de puerta.
Bocanada de vacío
Apariencia de mesa servida.
Sobre manteles inauditos, platos/ copas voraces, señalando hambre final.
Hambre inmensa como bocanada de vacío.
Alas sin enredo posible en aire inmóvil.
¿Acaso, costumbre de inquietud frente al vaso sagrado?
Suplicio sin ofensa
Suplicio sin ofensa/ sin ramo de ofensa tatuando rostro;
alzando mano como vuelo en saludos y apresurados acasos.
Acaso nube o trono de calamidad. Acaso desistir,
cerrado el puño, en tramos de desaliento.
Caer de espalda. Solamente caer dé espalda.
Saberse en deuda
Te apiadarás, flor en tinieblas, de esta presencia inextinguible,
copia fiel de pajaríllo irritado, suspendido en mitad de vida,
pero deseándote y se te ruega no tardar, conocer cansancios,
deudas/ irse sin pagos a uno ni otra. SABERSE EN DEUDA...
Sombras menores
Deslices, suaves aromas incursos en espacios novísimos,
apuntalados por años y gestos imperfectos a través de aligerarse/,mandar.
Cubrir piel con tatuajes de buen decir,
porque se dice, se nombran plumajes pulidos por la intemperie.
Pero están, edad, despego y este sabor de morir a trocitos.
FESTIVAL MUNDIAL DE POESÍA VENEZUELA 2004. Caracas, Venezuela: Monte Ávila Editores Latinoamericana C, A., 2005. 435 p. 15 x 23 cm. Patrocinado por Ministerio de la Cultura, Presidencia del CONAC, D.G.S. de Literatura. ISBN 780-03-1211-1 Ex. bibl. Antonio Miranda
PIEDRA DE HABLA
La poetisa cumple medida y riesgo de la piedra de habla.
Se comporta como a través de otras edades de otros litigios.
Ausculta el día y sólo descubre la noche en el plumaje de otoño.
Irrumpe en la sala de las congregaciones vestida del más
simple acto.
Se arrodilla con sus riquezas em la madriguera de la iguana...
Una vez todo listo regresa al lugar de origen. Lugar de
improperios.
Se niegan sus aves sagradas, su cueva de poca luz, modo y
rareza.
Cobardía y extraño arrojo frente a la edad y sus puntos de oro
macizo.
La poetisa responde de cada fuego, de toda quimera, entrecejo,
altura
que se repite en igual tristeza, en igual forcejeo por más
sombra
por una poquita de más dulzura para el envejecido rango.
La poetisa ofrece sus águilas. Resplandece en sua aves de nube
profunda.
Se hace dueña de las estaciones, las cuatro perras del buen y
mal tiempo.
Se hace dueña de rocallas y peladeiros escogidos con toda
intención.
Clava una guacamaya donde ha de arrodillarse.
La poetisa cumple medida y riesgo de la piedra de habla.
BALANCEOS DE DAMA OSCURA
Qué brisa o encendido fogón de conocimiento y maestria
incide en tus hábitos, costumbres, balanceos de dama oscura,
dama ciega a través de pasiones, rotura y conteo de copas,
inclinaciones y festejos.
Qué oficio o circular destreza (acaso galos) puntean plaza mayor
para uso y fecha de próxima holgura: peleas ys sederías abundantes.
Qué bestezuela de afecto se suma a trapos, fundas de apoyo,
sábanas orquestadas, luciendo juntos en aposentos insomnes.
Qué preguntas a los que no te aman y gastas en ellos tu exigência
por ser plumaje de quieto orgullo, ave quieta, abastecida de mitos,
lograda en luces y distorciones del día,
señalada por los más nuevos como el plumaje tutelar
sin advertir fissura, grietas de encono,
rostro breve Em las alegorias del SILENCIO.
ZAZÁRIDA
Zazárida es una ciudad frecuentada por el llanto.
Ciudad con estatura y manejos de sueño.
Ciudad como águila, un instante, amortajada en lo profundo.
Ciudad con perros agudos meando el aire y trágicas pertinências:
la historia como sartas de coral sobre el balanceo de los viajes.
Un poco también humildad, párpados de nación muy poco amada.
Y también nuevo deleite para las grandes senhoras negras,
especialmente para la vieja dama negra de mi amistad,
que pespuntea colinas con su báculo de regio araguaney,
escenificando viejos tratos, restituciones, lôbregos sucesos.
Zazárida, ciudad de habla mayor, dificilmente nuestra en su oficio
de FUTURO.
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TEXTOS EM PORTUGUÊS
Tradução de Antonio Miranda
Foto exclusiva de Ana Enriqueta Terán cedida por el poeta y
fotógrafo Enrique Hernández de Jesús.
Atada às incertezas
Alguém cresce opaco no pedestal sem brilho
Outros excedem casimiras e se apóiam na distância de árvore presente
Outra vez são eles, recortados em saliências de alvenaria
Compactos e belos para quem não esquece, nem se exime daquela pele
quase ofegante na própria altura da porta.
Rajada de vazio
Aparência de mesa servida.
Sobre toalhas inauditas, pratos, copas
vorazes, assinalando a fome final.
Fome imensa como rajada de vazio.
Asas sem enredo possível no ar imóvel.
Quem sabe, costume de desassossego diante do vaso sagrado.
Suplício sem ofensa
Suplício sem ofensa, sem ramo de ofensa, tatuando rosto;
alçando mão como vôo em saudação e apressados acasos.
Por acaso nuvem ou trono de calamidade. Acaso desistir,
punho cerrado, em trechos de desalento.
Cair de costas. Apenas cair de costas.
Saber-se em dívida
Te apiedarás, flor em treva, desta presença inextinguível,
cópia fiel do passarinho irritado, suspenso na metade da vida,
mas desejando-te e se te roga que não tardes, conhecer cansaços,
dívidas, ir-se sem resgates a nenhuma parte. SABER-SE EM DÍVIDA...
Sombras menores
Deslizes, suaves aromas incursos em espaços novíssimos,
sustentados por anos e gestos imperfeitos mediante apressar-se, mandar.
Cobrir a pele com tatuagens de bom dizer,
porque se diz, se citam plumagens polidas pela intempérie.
Mas estão, idade, desapego e este sabor de morrer aos poucos.
PEDRA DA FALA
A poetisa cumpre media e risco da pedra da fala.
Comporta-se como através de outras idades de outros litígios.
Ausculta o dia e apenas descobre a noite na plumagem do outono.
Surge na sala das congregações vestida com o mais simples ato.
Ajoelha-se com suas riquezas na toca da iguana...
Quando tudo está pronto regressa ao lugar de origem. Lugar de
impropérios.
Recusam-se suas aves sagradas, sua cova com pouca luz, modo e
raridade.
Covardia e estranho impulso frente à idade e seus pontos de ouro
maciço.
A poetisa responde a cada fogo, de toda quimera, franzir de testa,
altura
que se repete em igual tristeza, em igual luta livre por mais sombra
por uma fração de mais doçura para o envelhecido alcance.
A poetisa oferece suas águias. Resplandece em suas aves de nuvem
profunda.
Toma posse das estações, as quatro cadelas do bom e do mal tempo.
Toma posse de rocas e descampados escolhidos com
a maior intenção.
Crava a arara onde deve ajoelhar-se.
A poetisa cumpre medida e risco da pedra da fala.
GINGADO DE DAMA ESCURA
Que brisa ou fogão aceso de conhecimento e mestria
incide em seus hábitos, costumes, gingados de dama escura,
dama cega através paixões, ruptura e contagem de copas,
inclinações e festejos.
Que ofício ou circular destreza (talvez galos) ponteiam praça maior
para uso e data de próxima folga: brigas e sederias abundantes.
Que besteira de afeto se junta a trapos, fundas de apoio,
lençóis orquestrados, luzindo junhos em aposentos insones.
Que indagas aos que não te amam e gastas com eles tua exigência
por ser plumagem de quieto orgulho, ave quista, abastecida de mitos,
lograda em luzes e distorções do dia,
assinalada pelos mais novos como a linguagem tutelar
se advertir fissuras, gretas de malevolência,
rosto breve nas alegorias do SILÊNCIO.
ZAZÁRIDA
Zazárida é uma cidade frequentada pelo pranto.
Cidade com estatura e manejos de sonho.
Cidade como águia, um instante, amortalhada no profundo.
Cidade com cães agudos mijando o ar e as trágicas pertinências:
a história com séries de coral no balanço das viagens.
Um pouco também humildade, pestanas de nações bem pouco
amada.
E também novo deleite para as grandes senhoras negras,
especialmente para a velha dama negra de minha amizade,
que pesponteia colinas com seu báculo de régio ipê amarelo,
procedendo a velhos tratos, restituições, lôbregos sucessos
Zazárida, cidade de fala maior, dificilmente nossa em seu
ofício de FUTURO.
Página publicada em julho de 2009; ampliada em fevereiro de 2020
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