Foto y biografia
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RAMIRO GUZMAN
Ramiro Guzmán Zuluaga (25 de septiembre de 1972, Montevideo, Uruguay) es un escritor uruguayo.
Ramiro Guzmán de muy niño desarrolló la vocación de artista, estimulado por su madre. A los nueve años fue premiado en un concurso de cuentos escritos por niños, organizado por la Biblioteca Nacional de Uruguay. Ese cuento se titulaba “La huida”, y hablaba de lápices que huían de su dueño.
Luego, con once años, fue premiado nuevamente en ese concurso con su cuento “La experiencia de una vela”, que el escritor sigue considerando su mejor cuento.
En 1988, con dieciséis años, publica su primer libro: “La leyenda de los eoeses”. De ahí en más su reconocimiento fue creciendo libro a libro, habiendo publicado hasta ahora más de treinta.
Más tarde, Ramiro se acercó a la música, apoyado por Jaime Roos, con la que sentía que estaba en deuda.
Así editó el disco “Ruina Amada”, en el que participaron Mario Villagrán, Hugo Fattoruso, Nicolás Molla, Luis Restuccia, Fernando Cabrera, Jorge Nasser y Samantha Navarro.
Animado por su amigo español Enrique Rojas, Ramiro empezó a pintar, construyendo su casa museo en la calle Constituyente 1823 de Montevideo.
TEXTO EN ESPAÑOL
JUEGOS FLORALES / JOGOS FLORAIS. Montevideo: aBrace editora, 2011. 253 p. 13 x 18,5 cm. ISBN 978-9974-673-21-2 Ex. bibl. Antonio Miranda
El ramirismo no es una religión
Tiemblan los fósiles del que fui,
parecen sublevarse,
parecen anacondas repletas de fuego,
parecen sublevarse.
La tarde que se muere hacia la noche
ya dando su río al que me ofrendo
para tapiar mi calor
y así ver mi invierno.
Los duendes de la muerte me han escrito
unas palabras inaudiblessss
que ronronean entre todo lo que existe
como un metal importante
que surge de mi fuego.
Son tantos años peleando y esperando
que la eternidad es un hecho concreto.
Tiemblan los fósisles del que fui.
Parecen arrogantes.
Si el viento los desparramara todo incendiaría.
Si oro o com oro todo se incendiaria.
TEXTO EM PORTUGUÊS
O ramirismo não é uma religião
Tremem os fósseis de quem fui,
parecem sublevar,
parecem anacondas repletas de fogo,
parecem sublevar.
A tarde que morre para a noite
dando seu rio ao qual me ofereço
para tapear meu calor
e assim ser meu inverno.
Os duendes da morte me escreveram
umas palavras inaudíveis
que ronronam entre tudo que existe
como um metal importante
que surge de meu fogo.
São tantos anos peleando e esperando
que a eternidade é um fato concreto.
Tremem os fósseis de quem fui,
Parecem arrogantes.
Se o vento os esparramara tudo se incendiaria.
Sem ouro ou com ouro tudo se incendiaria.
Página publicada em fevereiro de 2020
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