RAFAEL GOMENSORO
Rafael Gomensoro Riverós (1946, Montevideo) es un escritor uruguayo.
Su obra se destacó principalmente en el género poético. Estudió literatura en el Instituto de Estudios Superiores y se dedicó a la docencia a partir de 1968. Fue director de la Biblioteca Nacional de Uruguay en el periodo de 1990-1993.1 Publicó en revistas nacionales e internacionales y ha brindado múltiples conferencias. Su obra ha sido traducida al alemán, al francés, al portugués y al inglés.
Libros: Hemisferios de Silencio (1981); El Redentor (1983); Las viejas estaciones (1986); Uno solo y dos (1997); La memoria que me invento (Ed. Botella al mar. 2008)
TEXTOS EN ESPAÑOL - TEXTOS EM PORTUGUÊS
Extraído de
POESIA SEMPRE. Revista da Biblioteca Nacional do RJ. Ano 1 – Número 1 – Janeiro 1993. Rio de Janeiro: Fundação Biblioteca Nacional / Ministério da Cultura – Departamento Nacional do Livro. ISSN 0104-0626 Ex. col. Antonio Miranda
De tanto a tanto
y de tanta madrugada
voy por um pretil sin ojos
hacia mi sur electrizante
— rumbo de lejana huella,
silencio de retamas
desafiando la tarde —
donde mi palabra
es una herida de sol
sobre la ola
en la estival arena
de los tempos;
son todos los ayeres, los hoy,
en los pulmones de un mítico
delfin de plata,
todos juntos
apretados en un puño
como un signo de luz,
más allá,
donde el sol naufraga,
enamorado de las rosas
día a día,
siempre,
eternamente,
y yo criatura de aqui
voy por um pretil si nojos
hacia mi sur electrizante
definitivo
y último.
El Dinosaurio
I
El dinosaurio viene
en la sorpresa elíptica
del humo,
en los recuerdos paralelos
del teorema,
en el solisloquio celeste
de la nada,
en la memoria del fuego
y de la piedra,
en los silêncios de plomo
del abismo
y en las gargantas de miedo
del espejo.
II
En mis sueños he visto
las huellas errantes
de su soledad devastada,
esa mandibula de miedo
que acecha la víctima-sorpresa.
Tiempo de dinosaurios
ya vencidos,
sueño eterno del fuego
y del espanto
¡de qué sur constelación
tu luz nos habla!
TEXTOS EM PORTUGUÊS
Tradução de Antonio Miranda
De vez em quando
e de tanta madrugada
vou por um corrimão sem olhos
até o meu sul eletrizante
— rumo de distante pegada,
silêncio de retamas
desafiando a tarde —
onde minha palavra
é uma ferida de sol
sobre a onda
na estival areia
dos tempos;
são todos os ontens, hojes,
nos pulmões de um mítico
delfim de prata,
todos juntos
apertados em um punho
como um signo de luz,
além
de um horizonte incerto,
sempre além,
onde o sol naufraga
apaixonado pelas rosas
dia a dia,
sempre,
eternamente,
e eu criatura daqui
vou por um corrimão sem olhos
para o meu sul eletrizante
definitivo
e último.
O Dinossauro
I
O dinossauro vem
na surpresa elíptica
da fumaça,
nas lembranças paralelas
do teorema,
no solilóquio celeste
do nada,
na memória do fogo
e da pedra,
nos silêncios de chumbo
do abismo
e nas gargantas do medo
do espelho.
II
Em meus sonhos eu vi
as pegadas errantes
de sua solidão devastada,
esse mandíbula de medo
que espreita a vítima-surpresa.
Tempo de dinossauros
já vencidos,
sonho eterno do fogo
e do espanto
de que constelação do sul
tua luz nos fala!
Página publicada em novembro de 2017
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