JOSE PEDRO HEGUI VELAZCO
José Pedro Héguy Velazco (Cerro Largo, 1908 - 2 de abril de 1962) fue un poeta uruguayo.
Ejerció la crítica teatral y musical en la prensa de Montevideo. Tenía un espacio radial a través del cual disertaba sobre arte. Fue docente universitario dictando clases de cultura moral y social.
Sus poemas fueron publicados en diferentes números de la revista literaria La Pluma, dirigida por el crítico, historiador y ensayista Alberto Zum Felde y la revista Síntesis, dirigida por el poeta y escritor Juan Carlos Welker.
Sus poemas fueron registrados en la antología de poesía uruguaya Exposición de la poesía uruguaya de Julio J. Casal.5Según la poetisa uruguaya Juana de Ibarbourou:
Sin tanteos, sin escala, de un solo golpe y con un derecho que nadie osará discutirle, viene a ocupar un puesto entre los mejores poetas del Uruguay. Su verso, rico de sugestiones y de imágenes novísimas, posee ese simbolismo profundo que cuando se ha logrado da a la poesía la reciedumbre de las cosas en plena madurez. ¡Caso raro y promisor el de este poeta casi adolescente, que nos interesa con una labor que tiene ya todas las calidades que se exigen para el triunfo. Es un hombre nuevo entre los hombres ya consagrados de la poesía rioplatense. Pero es un hombre que pronto llegara a la multitud.
No se conoce ninguna obra publicada por el autor, sus poemas fueron publicados en revistas literarias uruguayas.
Biografía: wikipedia.
TEXTOS EN ESPAÑOL - TEXTOS EM PORTUGUÊS
EL ARRIERO DE LA CLARIDAD
Elástico oído en las edades
para la destrenzada pleamar en que se hiere, remota, la voz.
Eres la raiz del mundo,
donde el atardecer y el alba se desatan en permanencia
y la esperanza recobra las colinas encendidas de los sueños.
Ciegos navios ensamblan espíritus de canto y de silencio.
Jornadas desvanecidas y profundas
trasiegan un aire de advenimiento para el ánimo
y tu ademán va, sobre la oscura música, más allá de las
navidades y los caminos...
Tras la proa de las épocas en creciente
custodias el empuje del amanecer definitivo.
Estás sobre mi corazón
agobiado de metas y aún extra-humano el índice para llegar.
Cae
el trigo esencial
desde la tierra donde crepita el tiempo
y la sombra muele la frente de hombre con la sed distendida
de sus redes.
¡Porque vienes en el ahinco de la luz recuperaremos la era
inicial!
LA VOZ
Tu señal descendió sobre mí,
mas, no estuvo en mi frente trabajada de mar y de fuego.
—Un aire de siglos, tenaz, volcado sobre el rumbo—
Lejanas costas submergidas en la llama del tiempo
la vieron pasar, otra lágrima, en el desóido arco de los luceros.
La noche crecía su gobierno en la hora de nadie.
Proas ardían en gritos sobre las riberas.
En mi carne
lloraban los puertos de los rostros fluyendo em
inútiles evasiones...
Gesto circulado de música,
venías rezagando la fatiga, los vientos y los destinos
para salvar el signo que aclaró, sobre mis días, la siembra
de los viejos libertadores.
En la faena del cielo segaron flechas en la sombra.
Comenzó un aventar de soles en la vasta vigilia.
Tu senãl difundíase en mí,
conociéndose a niveles de angustia,
gastándome en amor el pecho para rodar ausencias.
¡El dejó caer su lámpara...!
¡Estoy cavando el silencio para vencer la deuda!
TEXTOS EM PORTUGUÊS
Tradução: Antonio Miranda
O TROPEIRO DA CLARIDADE
Elástico ouvido nas idades
para a destrançada preamar em que se fere, remota, a voz.
És a raiz do mundo,
onde o entardecer e a alvorada se desprendem em permanência
e a esperança recupera as colinas acesas dos sonhos.
Cegos navios ensamblam espíritos de canto e de silêncio.
Jornadas apagadas e profundas
transferem um aire de advento para o ânimo
e teu gesto vai, pela música escura, muito além de natais
e dos caminhos...
Atrás da proa de épocas em crescentes
custódias o impulso do amanhecer definitivo.
Estás sobre o meu coração
atormentado por metas e ainda extra-humano o índice para chegar.
Cai
o trigo essencial
desde a terra onde crepita o tempo
e a sombra mói a fronte do homem com a sede estendida
de suas redes.
Porque vens na afirmação de luz recuperaremos a era
inicial!
A VOZ
Teu sinal desceu sobre mim,
mas, não esteve em minha fronte trabalhada de mar e de fogo.
—Um ar de séculos, tenaz, voltado para o caminho—
Distantes costas submersas na chama do tempo
viram-na passar, outra lágrima, no ignorado arco de estrelas.
A noite crescia seu poder na hora de ninguém.
Proas ardiam em gritos pelas margens.
Em minha carne
choravam os portos dos rostos fluindo em
inúteis evasões...
Gesto circulado de música,
vinhas atrasando a fadiga, os ventos e os destinos
para salvar o signo que esclareceu, sobre meus dias, a sementeira
dos velhos libertadores.
Na tarefa do céu flechas ceifaram na sombra.
Começou um anunciar de sol na vasta vigília.
Teu sinal difundia-se em mim,
conhecendo-se em níveis de angustia,
gastando-me em amor o peito para rodar ausências.
Ele deixou cair sua lâmpada...!
Estou cavando o silêncio para vencer a dívida!
Página publicada em maio de 2019
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