RENÉ DEL RISCO BERMÚDEZ
(San Pedro de Macorís, 9 de mayo de 1937 - Santo Domingo, 20 de diciembre de 1972) fue un poeta, narrador y publicista dominicano. Fue una de las figuras esenciales en el tránsito de la literatura dominicana desde la "Era de Trujillo" a los intentos democratizantes de los años 60.
Nació en San Pedro de Macorís, dentro de una familia de larga tradición intelectual. Su abuelo fue Federico Bermúdez, el primer poeta social dominicano. Fue primo del publicista, locutor y presentador de televisión Yaqui Núñez del Risco, a quien introdujo al mundo de la publicidad.
A finales de los años 50 se trasladó a Santo Domingo, entonces Ciudad Trujillo, para estudiar derecho en su Universidad. Se vinculó a la lucha contra el trujillato, formando parte del Movimiento Revolucionario 14 de Junio. En 1960 es apresado y deportado a Puerto Rico. Cuando regresa a la Isla, en 1962, se dedica principalmente a la literatura. Durante la Guerra de Abril de 1965 se integró al grupo de Artistas de Arte y Liberación, que se plantearon un trabajo de apoyo al movimiento constitucionalista. Pasada la Guerra se dedicó a la publicidad, fundando a principios de los años 70 la publicitaria RETHO. Su poemario "El viento frío" (1967) fue dura e injustamente criticado por la conciencia que tuvo en torno a la crisis del sujeto tras la Guerra de Abril.
Con René del Risco Bermúdez la literatura dominicana se integra por completo al denominado "boom" de la literatura latinoamericana. Su interés por la escritura de cuentos y la poesía lo vinculó con agrupaciones culturales como "La Máscara", donde comenzó y se confirmó su vena literaria. Del Risco realizó una labor de articulista, a la vez que se relacionó con el quehacer radiofónico a través de programas como "Atardecer" en HI1J y el programa "Montecarlo" en HIJB.
Fue fundador junto a figuras como Marcio Veloz Maggiolo, Miguel Alfonseca y Ramón Francisco del grupo cultural "El Puño". Algunos de sus escritos son "El viento frío" (poemas) y cuentos como "En el barrio no hay banderas" y "Ahora que vuelvo Ton". Este último, fue adaptado para televisión por el cineasta Jimmy Sierra.
Falleció en Santo Domingo en un trágico accidente en la avenida «George Washington» (Malecón), a los 35 años de edad.
Dejó inédita la novela "El cumpleaños de Porfirio Chávez", donde trata las consecuencias del trujillato sobre la vida cotidiana en los años 40 de su Macorís natal. La obra fue publicada por Ediciones Cielonaranja, y fue considerada por el crítico Miguel D. Mena como "el eslabón perdido de la literatura dominicana", debido a la manera en que se adelantó en temas que luego serían tópicos en la literatura latinoamericana, como la figura del dictador y el sentido del bolero en la sociedad dominicana.
Obras: 1967, El viento frío (poesía); 1968, Ahora que vuelvo, Tom; 1974- 1989, En el barrio no hay banderas (Cuentos); 1981, Cuentos y poemas completos; 1992-1996, Obra completa (tres tomos) Ediciones Cielonaranja; El cumpleaños de Porfirio Chávez (novela). Fuente: wikipdia
TEXTOS EN ESPAÑOL - TEXTOS EM PORTUGUÊS
EL VIENTO FRÍO
Debo saludar la tarde desde lo alto,
poner mis palabras del lado de la vida
y confundirme con los hombres
por calles en donde empieza a caer la noche.
Debo buscar la sonrisa de mis camaradas
y tocar en el hombro a una mujer
que lee revistas mordiendo un cigarrillo;
ya no es hora de contar sordas historias
episodio de irremediable llanto,
todo perdido, terminado…
Ahora estamos frente a otro tiempo
del que no podemos salir hacia atrás
estamos frente a las voces y las risas,
alguien alza en sus brazos a un niño,
otros hay que destapan botellas
o buscan entretenidamente alguna dirección,
una calle, una casa pintada de verde
con balcones hacia el mar…
Debo buscar a los demás,
a la muchacha que cruza la ciudad
con extraños perfumes en los labios,
al hombre que hace vasijas de metal,
a los que van amargamente alegres a las fiestas.
Debo saludar a los camaradas indiferentes
y a los que viajan hacia otra parte del mundo,
porque todo ha cambiado de repente
y se ha extinguido la pequeña llama
que un instante nos azotó,
quemó las manos de alguien, el cabello,
la cabeza de alguien.
Ahora se acaban aquellas palabras,
se harán ceniza del corazón,
se quedarán para uno mismo…
Es hermoso ahora besar la espalda de la esposa,
la muchacha vistiéndose en un edificio cercano,
el viento frío que acerca su hocico suave
a las paredes,
que toca la nariz, que entra en nosotros
y sigue lentamente por la calle,
por toda la ciudad…
ni tendrás esos ojos que hoy pueden ver el Lincoln Center,
la Plaza Roja o el Astrodome de Houston,
y llorar una mañana camino a tu trabajo
en una avenida llena de árboles y carros…
Otras muchachas vendrán con veinte años
y la cartera llena de lápices de labios,
y el café de las cinco en la calle El Conde
será para otros jóvenes
que no tendrán por qué recordarnos
cuando Rusia haya enviado su nave 240
pasajeros a la luna
Entonces los satélites CCCP y USA,
"sin llorar jamás desde sus órbitas"
estarán a muchos miles de kilómetros
por sobre la cabeza de los amantes
despreocupadamente alegres
que en las calles del mundo
cortarán con sus rostros la llovizna
y llorarán, tal vez,
por alguien que murió con un tiro en la frente
en algún sitio.
Otras muchachas vendrán, otros amantes,
que cantarán en Grecia por las noches
o irán a los teatros de Moscú, de Praga,
Lima, Chile, Buenos Aires
o se estarán aquí tristemente con las manos cogidas
pensando en que mañana todo concluirá
con un gran estallido.
Pero ya, antes de todo esto,
habrán muerto millones de soldados
en las primeras planas de los diarios,
el hambre habrá perdido su importancia,
los Beatles, Paulo VI, el Klu-Klux-Klan,
estarán enterrados para siempre
junto a las declaraciones de guerra,
los delegados de la ONU,
y las muchachas que, como tú,
perderán lentamente la sonrisa y morirán también
en las últimas tardes de un tiempo
en el que tuvimos nuestra correspondiente parte
de llanto, de miedo, de alegría…
Resulta, en cambio, simple esta verdad:
No estaremos tú y yo, sencillamente!…
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Portal de Poesía Iberoamericana:
http://www.antoniomiranda.com.br/Iberoamerica/rep_dominicana/repub_dominicana.html
TEXTO EM PORTUGUÊS
Tradução de Antonio Miranda
O VENTO FRIO
Devo saudar a tarde desde o alto,
colocar minhas palavras do lado da vida
e confundir-me com os homens
pelas ruas onde a noite começa a cair.
Devo buscar o sorriso de meus camaradas
e tocar no ombro de uma mulher
que lê revistas mordendo um cigarro;
já é hora de contar histórias surdas
episódios de irremediável pranto,
tudo perdido, terminado...
Agora estamos diante de outro tempo
de que não podemos voltar atrás,
estamos diante de vozes e de risos,
alguém levanta os braços para uma criança,
outros existem que destapam garrafas
ou buscam divertidamente alguma direção,
uma rua, uma casa pintada de verde
com balcões para o mar...
Devo buscar os demais,
a garota que cruza a cidade
com estranhos perfumes nos lábios,
o homem que faz vasilhas de metal,
os que vão amargamente alegres para as festas.
Devo saudar os camaradas indiferentes
e os que viajam a outra parte do mundo,
porque tudo mudou de repente
e extinguiu-se a pequena chama
que por um instante nos açoitou,
queimou as mãos de alguém, o cabelo,
a cabeça de alguém.
Agora terminam aquelas palavras,
fariam cinzas do coração,
ficariam para nós mesmos...
É belo agora beijar a espalda da esposa,
a moça vestindo-se em um edifício próximo,
o vento frio que traz seu focinho suave
até as paredes,
que toda o nariz, que penetra em nós
e segue lentamente pela rua,
por toda a cidade...
nem terás esses olhos que hoje podem ver o Lincoln Center,
a Praça Vermelha ou o Astrodome de Houston,
e chorar uma manhã a caminho de teu trabalho
numa avenida cheia de árvores e carros...
Outras moças virão em seus vinte anos
e a bolsa cheia de lápis de lábios
e o café das cinco na rua El Conde
será para outros jovens
que não ter]ao porque lembrar-nos
quando a Russia tiver enviado sua nave 240
passageiros para a lua
Então os satélites CCCP e USA
"sem chorar jamais desde suas órbitas"
estarão a milhares de quilômetros
sobre a cabeça dos amantes
despreocupadamente alegres
que nas ruas do mundo
cortarão com seus rosto a garoa
e chorarão, talvez,
por alguém que morreu com um tiro na face
em algum lugar.
Outras jovens virão, outros amantes,
que cantarão na Grécia pelas noites
ou irão aos teatros de Moscou, de Praga,
Lima, Chile, Buenos Aires
ou que estarão aqui tristemente com as mão recolhidas
pensando em que amanhã tudo terminará
com um grande estouro.
Mas já, antes de tudo isso,
teremos milhões de soldados mortos
nas primeiras páginas dos jornais,
a fome terá perdido sua importância,
os Beatles, Paulo VI, o Klu-Klux-Klan,
estarão enterrados para sempre
junto com as declarações de guerra,
os delegados da ONU,
e as moças que, como tu,
perderão lentamente o sorriso e morrerão também
nas derradeiras tardes de um tempo
em que tivemos nossa parte correspondente
de pranto, de medo, de alegria...
Resulta, então, simples esta verdade:
Não estaremos tu e eu, simplesmente!...
Página publicada em março de 2017