MIGUEL ÁNGEL ZAPATA
El peruano Miguel Ángel Zapata ha publicado libros de poesía, ensayo literario, ediciones críticas, notas sobre arte contemporáneo, antologías y traducciones de poesía norteamericana. Es considerado uno de los poetas más originales de su generación en Hispanoamérica. En poesía destacan: Los canales de piedra. Antología mínima (Valencia, Venezuela: Universidad de Carabobo, 2008), Un pino me habla de la lluvia (Lima, 2007), Iguana (Lima, 2006), Los muslos sobre la grama (Buenos Aires, 2005), A Sparrow in the House of Seven Patios (Nueva York, 2005) (primera edición de sus poemas traducidos al inglés por Suzanne Jill Levine, Anthony Seidman y Rose Shapiro), Cuervos (México, 2003), El cielo que me escribe (Lima, 2005-México, 2002), Escribir bajo el polvo (Lima, 2000), Lumbre de la letra (Lima, 1997), Poemas para violín y orquesta (México, 1991), Imágenes los juegos (Lima, 1987), entre otros. En crítica literaria destacan: Vapor transatlántico.
Nuevos acercamientos a la poesía hispánica y norteamericana contemporáneas (Lima-Nueva York: UNMSM, FCE, Hofstra University), Mario Vargas Llosa and The Persistence of Memory (Lima-Nueva York, 2006), Tigre de la sed. Antología de poesía mexicana contemporánea [coedición] (Madrid, 2006), Asir la forma que se va. Nuevos asedios a Carlos Germán Belli (Lima, 2006), El hacedor y las palabras. Diálogos con poetas de América Latina (Lima, 2005), La pirámide y el signo. Literatura y cultura de México, siglos XX-XXI (Nueva York, 2004), Luces de la memoria. Diálogos con Isaac Goldemberg (Caracas, 2003), Moradas de la voz. Notas sobre la poesía hispanoamericana contemporánea (Lima, 2002), Nueva poesía latinoamericana (México, 1999), Metáfora de la experiencia. La poesía de Antonio Cisneros (Lima, 1998), El bosque de los huesos. Antología de la nueva poesía peruana [coedición] (México, 1995), y El pesapalabras. Carlos Germán Belli ante la critica (Lima, 1994), entre otros. Su poesía ha sido traducida al inglés, francés, polaco, italiano y portugués. Dirige Hofstra Hispanic Review-Revista de literaturas y culturas hispánicas, y la Editorial Corvus de ensayo y poesía. Es Premio Latino de Literatura 2003.
Reside en Long Island, Nueva York, donde se desempeña como catedrático de literaturas hispánicas en la Universidad de Hofstra. MAZ ha sido profesor y dictado cátedra en universidades del Perú, México, Argentina, Chile, Venezuela, Estados Unidos, Espaňa, Inglaterra, y Francia.
TEXTOS EN ESPAÑOL / TEXTOS EM PORTUGUÊS
ENSAYO SOBRE LA ROSA
Unas rosas re-raras oh
Oscar Hahn
1
Busco siempre rosas raras para mis floreros de barro. Rosas que borren la tinta gris y los colores exagerados del cielo. Rosas que no lloren pero que sientan el vacío de los largos patios de la memoria, las puertas que se han cerrado y esperan una mano para volver a vivir. La lluvia nos moja sin saberlo, y la rosa piensa que tiene voz de oro, no sabe que es sonido de una silaba incolora.
2
Los mirlos le carcomen su pecho colorado y siente un dulce dolor inexplicable. La rosa de la ciudad es distinta a la rosa del campo. Una es mundana y le gusta la noche, los avisos luminosos y la gente que la mira con prisa. La otra es como la tinta verde de los geranios y conoce el cielo como su propia muerte. Por eso tal vez siempre busco rosas raras para mis floreros de arcilla: rosas mas calladas, menos presuntuosas, rosas de bosque o de patio privado.
3
En una época fui repartidor de rosas. Llevaba belleza a las casas. Alegraba los corazones de la gente, y muchas veces vi prenderse las ilusiones tras las puertas y las ventanas. Algunas veces llevé rosas a los cementerios donde la muerte se confundía con la hermosura de la hierba. También traje rosas en floreros de barro, tal vez por eso me atraigan tanto las macetas, los tulipanes y los pistilos de Georgia.
4
Mi madre es una rosa llena de ríos. Hermosa curiosidad su piel: una perfecta combinación de canela con miel, solo comparable con los interminables campos de Chulucanas. Mi madre es una rosa de noventiseis pétalos bien dispuestos por el algarrobo y el mango. Cada espacio en su lugar: la voz que entona canciones del novecientos y el corazón abierto como una manzana. Es la rosa más bella de mi jardín.
5
En otra época coleccioné una exquisita variedad de rosas. Mis hijas fueron las rosas más bellas de California. Las rosas no caen ni se mueren, en cambio, se levantan como un roble cuando quieren, son el sol y la sombra de cada día: la trenza de las niñas, el sol del ingrato azar.
6
A veces pienso en la rosa de Blake y su gozo carmesí, o en los mares interiores de la rosa de Rilke y sus cámaras ardientes respirando el orificio de una tarde vana. Aquí mi lámpara de hierro no sofoca mis inquietudes, ni la ceniza ni la piedra estropea mi fe. Mas allá de todo están las rosas bermejas de Milton y de Borges rozándoles la cara mientras miran un cuadro del Bosco. Después de todo el camino es la piedra o la ceniza.
El florero nos suplica: déjame ver la ceniza, después la rosa.
ÁRBOLES
Cada árbol es un río de voces que nos sigue por las tumbas
Las aguas se mueven lejos de los ríos y las dunas
El cuervo vuela en círculos por la copa de los pinos
dándonos la bienvenida y el buen augurio para la noche
El cuervo escribe en el bosque porque hay un lago dentro
de su corazón
Hay un árbol en mi puerta que me habla de mañana
Su corazón es un campo por donde baja un arroyo fresco
lleno de vino.
YA NO TENGO ÁNGEL DE LA GUARDA
Ya no tengo ángel de la guarda. Un día inesperado se perdió en la llanura buscando la plenitud y el reposo. A pesar de todo, el movimiento del cielo no cesa todavía. Sigo caminando por el bosque con los ojos abiertos, y a veces siento en el aire una breve eternidad. Pienso que mi ángel de la guarda - por ese inmenso cariño por las islas - está de custodio de las profundidades del mar, que después de todo, es la otra cara del cielo. Sé que no está en el monte Nebo contemplando el tiempo que vendrá. Mi ángel tenía una larga cabellera negra y sus ojos te seguían por todas partes. Cuando iba de paseo en mi bicicleta su cabello era una llamarada de fuego negro que llamaba la atención en todo el vecindario. Nadie la podía ver, excepto mi perro que agachaba la cabeza cuando volaba por encima de los geranios. Ya no tengo ángel de la guarda. Ahora camino solitario por las oscuras calles de los pinos y presiento que alguien todavía me vigila.
MI CUERVO ANACORETA
Mi cuervo brilla con el sol y nadie puede verlo como canario. Escribe con su pico la soledad de la noche y tamborea su cántico ante la gruta del agua que lo ve caer sin una letra. Mi cuervo es pájaro anacoreta, canario esculpido con carbón. El cuervo que se colaba por las alcobas es más vivo que loro verde repitiendo sílabas sin son. Mi cuervo brilla y brilla mejor que un cometa prendido en el cristal. Ya se posa en mis papeles cuando le hablo sin pensarlo, y cuando me mira es un aire emplumado, flauta de tinta que gotea mi envoltura.
TEXTOS EM PORTUGUÊS
Tradução de Antonio Miranda
ENSAIO SOBRE A ROSA
Unas rosas re-raras oh
Oscar Hahn
1
Busco sempre rosas raras para meus floreiros de barro. Rosas que apaguem a tinta cinza e as cores exageradas do céu. Rosas que não chorem mas que sintam o vazio dos pátios amplos de memória, as portas que se fecharam e esperam alguma mão para voltar a viver. A chuva nos molha sem sabê-lo, e a rosa pensa que tem voz de ouro, não sabe que é som de uma sílaba incolor.
2
Os melros carcomem o peito colorido que sente uma doce dor inexplicável. A rosa da cidade é diferente de uma rosa do campo. Uma é mundana e gosta da noite, os avisos luminosos e a gente que a mira com pressa. A outra é como a tinta verde dos geranios e conhece o céu como a própria morte. Talvez por isso sempre rosas raras para meus floreiros de barro: rosas mais caldas, menos pretensiosas, rosas de bosque ou de pátio particular.
3
Numa época fui entregador de rosas. Levava beleza às casas. Alegrava os corações das pessoas, e muitas vezes vi dependurar-se as ilusões detrás das portas e das janelas. Algumas vezes levei rosas aos cemitérios onde a morte se confundia com a formosura do gramado. Também trouxe rosas em floreiros de barro, talvez por isso me atraem tanto os vasos, as tulipas e os pistilos da Geórgia.
4
Minha mãe é uma rosa plena de rios. Formosa curiosidade sua pele: uma perfeita combinação de canela com mel, apenas comparável aos campos intermináveis de Chulucanas. Minha mãe é uma rosa de noventa e seis pétalas bem dispostas pela alfarrobeira e a mangueira. Cada espaço em seu lugar: a voz que entoa canções dos novecentos e o coração aberto como uma maçã. È á rosa mais bela de meu jardim.
5
Em outra época colecionei uma variedade especial de rosas. Minhas filhas foram as rosas mais belas da California. As roas não caem nem fenecem, ao contrario, se levantam como um Carvalho quando querem, são o sol e a sombra de cada dia: a trança das meninas, o sol da ingrata fortuna.
6
Às vezes pensou na rosa de Blake e seu prazer carmesim, ou nos mares interiores da rosa de Rilke e suas câmaras ardentes respirando pela abertura de uma tarde vã.
Aqui minha lâmpada de ferro não sufoca minhas inquietações, nem a cinza nem a pedra destroçam minha fé. Além de tudo estão as rosas vermelhas de Milton e de Borges roçando-lhes a face enquanto miram um quadro de Bosco. Depois de tudo o caminha é a pedra ou a cinza.
O floreiro suplica: deixe-me ver a cinza, depois a rosa.
ÁRVORES
Cada árvore é um rio de vozes que nos seguem pelos túmulos
As águas se movem longe dos rios e das dunas
O corvo voa em círculos pela fronde dos pinheiros
dando-nos as boas vindas e o bom augúrio para a noite
O corvo escreve no bosque porque há um lago dentro de seu coração
Tem uma árvore em mina porta que saúda pela manhã
Seu coração é um campo por onde baixo um arroio fresco
repleto de vinho.
JÁ NÃO TENHO ANJO DA GUARDA
Já não tenho anjo da guarda. Um dia inesperado perdeu-se na planície buscando a plenitude e o repouso. Apesar de tudo, o movimento do céu não cessa ainda. Sigo caminhando pelo bosque com os olhos abertos, e às vezes sinto no a ruma breve eternidade. Penso que meu anjo da guarda —por esse imenso carinho pelas ilhas— está custodiando as profundezas do mar, que depois de tudo, é a outra face do céu.
Sei que não está no monte Nebo contemplando o tempo por vir. Meu anjo tinha uma longa cabeleira negra e seus olhos te seguiam por toda parte. Quando saía de passeio em minha bicicleta seu cabelo era uma labareda de fogo negro que chamava a atenção de toda a vizinhança. Ninguém a podia ver, exceto meu cão que baixava a cabeça quando voava por cima dos gerânios. Já não tenho anjo da guarda. Agora caminho solitário pelas ruas escuras dos pinheiros e pressinto que alguém ainda me vigia.
MEU CORVO ERMITÃO
Meu corvo brilha com o sol e ninguém consegue vê-lo como um canário. Escreve com seu bico a solidão da noite e tamborila seu canto que o contempla sem uma letra. Meu corvo é um pássaro ermitão, canário cinzelado com carvão. O corvo que penetrava pelos aposentos é mais vivo que papagaio verde repetindo sílabas sem som. Meu corvo brilha e brilha melhor que um cometa preso ao seu cristal. Já não pousa em meus papéis quando falo com ele sem pensar, e quando me olha é um ar emplumado, flauta de tinta que goteja minha moldura.
Página publicada em julho de 2008
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