Foto: http://ceciliapodestap4.blogia.com/
CECÍLIA PODESTÁ
Cecilia Podestá (Ayacucho, 1981). Estudió Literatura en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Ha publicado Fotografías Escritas (Premio Dedo Crítico de Poesía, 2002), la pieza teatral Las Mujeres de la Caja y la plaquette Tranvías. Antologada en Los Nuevos, Antología de la Nueva Poesía Hispanoamericana y 18 Poetas Peruanos: Muestra Poética del 2000 de la página web Lapsus collage editorial. Estrenó las obras teatrales Las Mujeres de la Caja y Placebo, bajo su dirección escénica, y La Repisa de los Juguetes Vacíos, dirección de Sara Joffré. Es directora de la serie de libros Intramuros, y Tránsito, y del sello editorial Tranvías Editores.
TEXTOS EN ESPAÑOL - TEXTOS EM PORTUGUÊS
PODESTÁ, Cecilia. Desaparecida Lía Podestá. [Lima]: 2008. S.p. 21,3x30,5 cm. Folheto-programa (“libro de intervención”) usado durante as performances da autora. Ex. bibl. Antonio Miranda
día 8
mi cuerpo tropieza con la muerte
y es rechazado como una mujer impura.
tengo ahora la sonrisa de un animal
que padece el veneno prolongado de sus captores.
mi cuerpo, que está tendido ahora, casi inmóvil,
ha sido tocado por las manos de las que nacerán los
huérfanos
y por las que cantan como gritos
las bocas de todos los hombres
de este encierro.
soy una carne destruida, de hábitos aturdidos, de
ruegos inútiles, vacía.
¿seré una carne sin alma cuando haya perdido la fe?
no llega a mí el final que se tiende oscuro sobre mis
párpados.
(somos cuerpos sentados en un trono miserable para
ser mutilados)
sólo viene el canto desesperado de cada hombre
vencido.
canto que va destruyendo mis días, mis recuerdos y
mi fe.
canto que destruye sus días, sus recuerdos y su fe.
día 13
las manos de mi madre y su tosca vejez...
su olor, su voz... cada uno de sus rezos
sus manos sosteniendo en un rosario toda la fe...
la escupieron y golpearon
porque inútilmente trató de detenerlos cuando me
llevaban y me acusaban.
ella me busca
y sabe que en algún lugar oscuro
cuando nadie se me acerca
me toco la cara y trato de sentir en mis manos, el olor
de su vejez.
no puedo ahora tocar su piel que guarda las línea^gm
atravesadas de todo un clan que comenzó en su
vientre y entre sus piernas cuando aún era una
muchachita asustada de complacer a un hombre.
no puedo siquiera tocar sus arrugas y calmarla con mi
voz.
no sé de mis hermanos
no sé si estarán presos como yo
o consolando la desesperación de mi madre que
puede escuchar el sonido de mis huesos
y oler el fuego que arrojan sobre mi carne.
día 20
mis pies reciben ahora la orina que se desliza por mis
piernas, estoy aterrada, veo a la mujer con la que
comparto esta celda caer con violencia sobre el suelo
para matar al hijo de cada uno del que nos tocó, el
hijo de una patria tan distinta a la nuestra... hijos o
pobres bastardos por los que pocas, sentirán amor.
ella no quiere escuchar su llanto como nuestro coro
miserable.
ha descubierto en el crimen, un acto de amor.
y yo siento que mi alma cae entre mis piernas y se
hace un charco de orín junto al de ella.
TEXTOS EM PORTUGUÊS
Tradução: Antonio Miranda
dia 8
meu corpo tropeça com a morte
e é rejeitado como mulher impura.
tenho agora o sorriso de um animal
que padece o veneno prolongado de seus captores.
meu corpo, que está estendido agora, quase imóvel,
foi tocado pelas mãos das que nascerão os
órfãos
e pelos que cantam como gritos
as bocas de todos os homens
desta clausura.
sou carne destruída, de hábitos aturdidos, de
súplicas inúteis, vazia.
serei carne sem alma quando perder a fé?
não chega a mim o final que se estende sobre minhas
pestanas.
(somos corpos sentados em trono miserável para
serem mutilados)
apenas vem o canto desesperado de cada homem
vencido.
canto que vai destruindo os dias, minhas lembranças e
minha fé.
canto que destrói seus dias, suas lembranças e sua fé.
dia 13
as mãos de minha mãe e sua rude velhice...
seu odor, sua voz... cada uma de suas rezas
suas mãos sustentando um rosário todo de fé...
foi cuspida e golpeada
porque inutilmente tratou de detê-los quando me
levavam e me acusavam,,
ela me busca
e sabe que em algum lugar escuro
quando ninguém se aproxima de mim
toco meu rosto e tento sentir em minhas mãos, o odor
de sua velhice.
não posso agora tocar sua pele que guarda as linhas
atravessadas por todo um clã que teve início em seu
ventre e entre suas pernas quando ainda era uma
mocinha assustada por satisfazer a um homem.
não posso sequer tocar suas rugas e acalmá-la com minha
voz.
não mais sei de meus irmãos
não mais sei se estão presos como eu
ou consolando o desespero de minha mãe que
pode escutar o som de meus ossos
ou cheirar o fogo que lançam sobre minha carne.
dia 20
l
meus pés recebem agora a urina que desliza pelas minhas
pernas. estou assustada. Vejo a mulher com quem
divido esta cela cair violentamente sobre o solo
para matar o filho de cada um dos que nos tocou, o
filho de uma pátria tão diferente da nossa... filhos ou
pobres bastardos pelos quais, poucas, sentirão amor.
ela não quer escutar seu pranto como nosso coro
miserável.
descobriu no crime, um ato de amor.
e eu sinto que minha alma desliza entre minhas pernas e se
transforma em poça de urina com a dela.
Cecília Podestá e Antonio Miranda: encontro na Biblioteca Nacional do Perú, em 2014.
Página publicada em novembro de 2014
|