IVÁN CRUZ OSORIO
Iván Cruz Osorio (Ciudad de México, 1980).
Poeta, ensayista y traductor. Estudió Lengua y Literaturas Modernas Inglesas en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM. Es miembro del consejo editorial de la revista de literatura y gráfica Viento en vela.
Es autor de los poemarios Tiempo de Guernica (Praxis, 2005) y Contracanto (Malpaís Ediciones, 2010). Poemas suyos aparecen en el libro colectivo Espacio en disidencia (Praxis, 2005), y en distintas antologías. En 2008 obtuvo el primer lugar en el 1er Certamen Internacional de Poesía Bernardo Ruiz. Becario del programa Jóvenes Creadores del Fonca (2009-2010), en el área de poesía.
Biografía: http://www.puntodepartida.unam.mx/
TEXTOS EN ESPAÑOL - TEXTOS EM PORTUGUÊS
CALDERÓN, Ali, dirección. La luz que va dando nombre. Veinte años de poesía en México 1965-1985. Selección de José Antonio Escobar, Jorge Mendonza y Alvaro Solís. Prólogo de Jorge Mendonza y Ali Calderón. Puebnla, México: Gobierno del Estado de Puebla, Secretaría de Cultura, 2007. 208 p. 13 x 21 cm ISBN 978-968-5122-90-0 Ex. bibl. Antonio Miranda
Marcial rumbo a Bílbilis, tras el asesinato del emperador Domiciano
En verdad, Quintiliano, los hombres
no somos quienes andamos extraviados
al lanzarnos, unos a otros, amargos reproches,
al consumir nuestra ambición y coraje
en guerras que agregan abatimiento e infortunio,
al erguir, altaneros, la cabeza igual que Júpiter,
pese a nuestra insignificancia;
los auténticos extraviados
son los dioses
por entregar sus dones
a un corazón tan insensato
como el nuestro.
Líbranos, señor
Líbranos, Señor, del crimen,
de los asaltos descarados,
del agravio de los secuestros,
de las guerras cínicas
de cada día.
Líbranos, Señor,
de esta carnada
nueva y violenta.
Líbranos, Señor,
de ti, Señor,
el principal entre
las bestias carroñeras
Habla un héroe de la patria a sus colegas
No me entristece que todos
hayamos muerto por esta empresa,
me entristece que todos
hayamos cometido la vileza de existir.
ENTRE ESTAS AGUAS - POETAS DEL MUNDO LATINO 2009. Edición: Mario Meléndez y Margarito Cuéllar. Monterrey, México: Universidad Autónoma de Nuevo León; Secretaría de Cultura de Michoacán, 2010.
253 p. 16 x 23 cm. Ex. bibl. Antonio Miranda
CONTRACANTO II
Qué bien que estás ahí
donde la muerte es más pequeña
y tu alegría legítima,
yo, que te he visto partir
y te he visto cambiar de nombre,
sé que me darás una noche
para reír
en tu cama de paso,
donde inventé los escasos enigmas de mi vida,
donde la soledad es compacta,
y las mentiras son más grandes y divertidas.
Mañana conquistaremos tierras lejanas
para darles nuestro nombre,
y tendremos una casa escondida
para no hablar de esperanzas,
de remordimientos
ni de todas las cosas que no tenemos.
Estoy seguro que desde la pequeña casa
podrás ver a los últimos soldados de Napoleón:
salúdalos con tu pañuelso de despedidas,
tú que has estado más cerca de la muerte
y de los países de hielo.
Mañana te contaré una historia de piratas
y de ángeles,
aunque quizá sólo te haya contado la misma historia,
y tu sonrisa sea la misma de siempre,
y nuestro desamor sólo sea algo común,
y ahora estaremos perdendo un poco más de tiempo.
Pero, puedo decir algo sobre mi angustia:
quizá sea mejor que te quedes con tu dolor
y yo con el mío,
o quizá sea mejor viajar juntos en un tanque de guerra
donde no haya relojes
y así disparar la muerte a todas horas.
Alégrate,
después me hablarás
de los hombres que caben en un cuarto de hotel,
de Fran Ferdinand vestido de mujer,
de la guerra del opio
donde Octavio Polichinelo murió
sin encontrar una frase,
una palabra para él
Escucha: mañana cuando estemos fuzilados,
el paredón amanecerá cubierto de agua,
y alguien llorará
por nuestros corazoncitos de fuego.
Toma mim mano de aventuras y retornos,
yo soy el extraño que amó tu cuerpo deforme,
y nuestra tristeza es un buen pretexto
para que me dejes tocar tus senos,
para conconciliarnos con nuestras pequeñas vidas,
y hablar com los pulmones fatigados
como si la noche entera hubieras cantado
en un desierto de piedra.
Aqui estamos
y nada hay más enganoso que nosotros,
mírame:
estoy lleno de agua,
fuego y desamores,
me gustaría tener un amor infiel
para entretener mi soledad,
me gustaría se un gitano
y leerte en las cartas
que la guerra terminó,
que perdieron los buenos,
que todo ha cambiado
Desde todos los rincones de su pátria
brilla la esperanza de los hombres
hagan que la libertad crezca
en las entrañas de su tierra
como un árbol eterno,
para que hable el corazón disperso
de su pueblo abandonado.
Escucha: no hay nada malo ni bueno,
abre las piernas y tus ojos maduros,
escucha lo que vengo a decir;
ahora todo depende de lo cerca
que estés de mí.
Toma mi mano
que ayer empuñó una espada,
y hoy está llena de agujeros;
observa este boquete,
allí estabas tú,
pero ahora no hay nadie,
ahora sólo tengo boquetes de carne y de miedo,
acércate a este cuerpo bendito
y pecador de nuestra tierra,
dáme esta noche,
vamos a reír y llorar
sobre la cama deshecha
para vivir uma muerte
y no la vida.
TEXTOS EM PORTUGUÊS
Tradução: Antonio Miranda
Marcial na direção de Bílbilis, após o assassinato do imperador Domiciano
Em verdade, Quintiliano, os homens
não somos os que andamos extraviados
ao lançar-nos, uns aos outros, amarga censura,
ao consumir nossa ambição e coragem
em guerras que agregam abatimento e infortúnio,
ao erguer, altaneiros, a cabeça como Júpiter,
a pesar de nossa insignificância;
os autênticos extraviados
são os deuses
por entregar seus dons
a mn coração tão insensato
como o nosso.
Lívra-nos, senhor
Lívra-nos, Senhor, do crime,
dos assaltos descarados,
do agravo dos sequestros,
das guerras cínicas
de cada día.
Lívra-nos, Senhor,
desta isca
nova e violenta.
Lívra-nos, Senhor,
de ti, Senhor,
o principal entre
as bestas carniceiras
Fala um herói da pátria aos seus colegas
Não me entristece que todos
tenhamos morrido por esta empresa,
me entristece que todos
tenhamos cometido a vileza de existir.
CONTRACANTO
Que bom que estás aqui
onde a morte é menor
e tua alegria legítima,
eu, que te vi partir
e visto que mudaste o teu nome,
sei que me darás uma noite
para rir
em tua cama de passagem,
onde inventei os escassos enigmas de minha vida,
onde a solidão é compacta,
e as mentiras são maiores e divertida
Amanhã conquistaremos terras distantes
para dar-lhes um nome,
e teremos uma casa escondida
para não falar de esperanças,
de remorso
nem das coisas que não temos
Tenho a certeza de que desde a casa pequena
poderás ver os últimos soldados de Napoleão:
saudá-los com teu lenço de despedida,
tu que estiveste mais próxima da morte
e dos países do gelo.
Amanhã vou te contar uma história de piratas
e de anjos,
embora talvez apenas eu tenha contado a mesma história,
e teu sorriso seja o de sempre,
o nosso desamor apenas algo comum,
e agora estamos perdendo um pouco mais de tempo.
Mas, posso dizer algo sobre a minha angústia;
talvez fosse melhor viajarmos juntos em um tanque de guerra
onde não existam relógios
e assim disparar a morte a qualquer hora.
Alegra-te,
depois me falarás
dos homens que cabem em um quarto de hotel
de Franz Ferdinand vestido como mulher,
da guerra do ópio
onde Octavio Polichinelo morreu
sem encontra uma frase,
uma palavra para ele.
Escuta: amanhã quando estejamos fuzilados
o paredão amanhecerá coberto de água
e alguém chorará
por nossos corações de fogo.
Pega a minha mão de aventuras e regressos,
eu sou o estranho que amou teu corpo disforme,
e nossa tristeza é um bom pretexto
para que me deixes tocar os teus seios,
para reconciliar-nos com as nossas vidas pequenas
e falar com os pulmões fatigados
como se a noite inteira houvesse cantado
em um deserto de pedra.
Aqui estamos
e nada existe mais enganoso do que nós,
olha-me:
estou cheio de água,
fogo e desamor,
gostaria de ter um amor infiel
para entreter minha solidão,
quisera ser um cigano
e ler-te nas cartas
que a guerra terminou,
que os bons perderam,
que tudo mudou.
Desde todos os cantos de sua pátria
brilha a esperança dos homens,
façam que a liberdade cresça
como uma árvore eterna,
para que fale o coração disperso
de seu povo abandonado.
Escuta: não existe algo mau ou bom,
abre as pernas e teus olhos maduros,
escuta o que vou dizer,
agora tudo depende de estares perto
de mim.
Pega a minha mão
que ontem empunhou uma espada,
e hoje está esburacada;
observa este buraco,
ali estarás tu,
mas agora tenho apenas buracos de carne
e de medo,
aproxima-te deste corpo bendito
e pecador de nossa terra,
dai-me esta noite,
vamos rir e chorar
sobre a cama desfeita
para viver a morte
e não a vida.
Página publicada em novembro de 2019; ampliada em abril de 2020
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