ISABEL DE LOS ÁNGELES RUANO
Isabel de los Ángeles Ruano (Chiquimula, 3 de junio de 1945) es una escritora, poeta, periodista y docente guatemalteca. En 1954 (a los nueve años de edad) vivió con sus padres en México.3 En 1957 regresó a Guatemala con sus padres. Vivió en varias localidades de los departamentos de Jutiapa y Chiquimula, en el oriente del país. En Chiquimula ingresó al Instituto Normal de Señoritas de Oriente, donde se graduó de maestra de educación primaria en 1964 (a los 18 años de edad). En 1966 ―a los 21 años de edad― viajó por su cuenta a México, donde publicó su primer poemario, titulado Cariátides.
En 2001, Consejo Asesor para las Letras del Ministerio de Cultura guatemateco le concedió el Premio Nacional de Literatura «Miguel Ángel Asturias».
Obra literária: 1967: Cariátides. México DF: Ecuador OO’O; 1988: Canto de amor a la ciudad de Guatemala. Guatemala: CENALTEX, Ministerio de Educación; 1988: Torres y tatuajes. Guatemala: Grupo Literario Editorial RIN-78; 1999: Los del viento. Guatemala: Óscar de León Palacios; 2002: Café express. Guatemala: Cultura, 57 páginas. Reeditado en 2008. Por esta obra recibió el Premio Nacional de Literatura; 2006: Versos dorados. Guatemala: Cultura. Fuente: wikipedia
TEXTOS EN ESPAÑOL - TEXTOS EM PORTUGUÊS
MI CUERPO
Este cuerpo que suena es muy urgente,
me hace su esclava, me transporta,
tiembla.
Y vive por cosas que me son ajenas.
Lo amo a veces, pero lo detesto,
me doblega, me vence,
me envuelve em su delirio,
me transtorna,
ataja mi vuelo.
Tiene profundos dolores que me hieren.
Su frustración enciende
desquiciados anhelos.
Sabe quemar y no se apaga
su latir exigente.
Tengo que sofocarlo, detenerlo,
porque vibra no oscuro.
Me vence tanto que lo desestimo:
sólo vivo por él y lo he odiado.
MIS FURIAS
Cómo amo mis furias,
mis indómitas furias y mis rebeldes furias
y el potro rojo de mis furias de sangre
y mis furias de de fuego y la furias salvajes
que han retado al ocaso bajo um cielo rugiente.
Me han alado las venas las brillantes pasiones
y las furias saltaron todas las barricadas.
No creí que la hoguera de mi arsenal furioso
poseyera a las piedras y mascara l aluna,
pero mis furias vivas como garras de tempo
son parte de mi carne y tienen mi violencia.
EL CADÁVER
Ahí estaba el cadáver, Hermanos
y no hubo lloro em los ojos de nadie.
No sentimos dolor ni lo fingimos,
no reparamos en sus andrajos
ni en la dura quietude de su mandíbula.
Porque ¿Qué importa la muerte en los caídos?
¿Qué importa sus ideales, sus sueños puros?
y al fin y al cabo ¿Qué ganábamos
comprometiéndonos
si no era con nosotros sel assunto
ni nuestra eran su lucha y su estrella?
Proseguimos sin verlo, lo negamos,
no sabíamos su nombre, no lo indagamos,
simsplemente seguimos sin mirarlo.
Estábamos horrorizados con tanto muerto,
ya no dolía esa sangre em nuestra sangre.
Él se quedó solo, tirado a media calle
y sus ojos abiertos eran una denuncia.
JUEGO DE PALABRAS
Yo tengo un violín escondido,
sin cuerdas y si notas,
sin partituras ni sinfonias,
es un pequeno violín,
oscuro, dulce
el que yo llevo adentro,
sin que suene,
sin que nadie oiga
aquella melodía
que a veces es ternura
que le robe al silencio.
(De Torres y tatuajes)
TEXTOS EM PORTUGUÊS
Tradução: Antonio Miranda
MEU CORPO
Este corpo que ressoa é bem urgente,
me escraviza, me transporta,
treme.
E vive por coisas que me são alheias.
Às vezes o amo, mas eu o detesto,
me submete, me vence,
me envolve em seu delírio,
me transtorna,
atrapalha meu voo.
Traz profundas dores que me ferem.
Sua frustração acende
desengonçados anseios.
Sabe estar em chamas e não apaga
seu pulsar exigente.
Devo sufocá-lo, detê-lo,
porque vibra no escuro.
Me vence tanto que o desestimo:
vivo apenas por ele e até o odeio.
MINHAS FÚRIAS
Como amo minhas fúrias,
minhas indômitas fúrias e minhas fúrias rebeldes
e o potro vermelho de minhas fúrias de sangue
e minhas fúrias de fogo e as fúrias selvagens
que desafiaram o ocaso sob um céu rugidor.
Deram asas minhas veias às paixões brilhantes
e as fúrias venceram todas as barricadas.
Não acreditei que fogueira de meu arsenal furioso
domina as pedras e emascara a lua,
mas as minhas fúrias vivas como garras de tempo
são parte de minha carne e portam minha violência.
O CADAVER
Aí estava o cadáver, irmãos
e não houve choro nos olhos de ninguém.
Não sentíamos dor e nem fingimos,
não reparamos em seus andrajos
nem na dura quietude de sua mandíbula.
Porque, o que importa a morte dos caídos?
Que importam seus ideais, seus sonhos puros?
e ao fim e ao cabo, que ganhávamos
comprometendo-nos
se não era conosco o assunto
nem nossa eram sua luta e sua estrela?
Prosseguimos sem vê-lo, e o negamos,
não sabíamos seu nome, nem indagamos,
simplesmente seguimos sem mirá-lo.
Estávamos horrorizados com tanto morto,
já não doía esse sangue em nosso sangue.
Ele ficou só, jogado no meio da rua
e seus olhos abertos eram uma denúncia.
JOGO DE PALAVRAS
Eu carrego um violino escondido,
sem cordas e sem notas,
sem partituras nem sinfonias,
é um pequeno violino,
escuro, doce
o que levo dentro de mim,
sem que soe,
sem que alguém ouça
aquele melodia
que às vezes é ternura
que eu roubei do silêncio.
Publicada em novembro de 2015
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