DANIEL MATUL
Daniel Matul Romero, escritor y poeta guatemalteco. Actualmente vive en Costa Rica. Fue ganador, en 1995, del Premio de Poesía “Omar Dengo”, Universidad Nacional, Costa Rica. En 1997, obtuvo el Premio Iberoamericano de Poesía Opera Prima, Madrid, España. En el año 2005 obtiene el segundo lugar en el premio de poesía “María del Villar”, Tafalla, Navarra, España. Para el 2009 obtuvo el Premio Único de Poesía de los Juegos Florales Hispanoamericanos de la Ciudad de Quetzaltenango. En el 2012 fue uno de los ganadores del III Certamen Centroamericano de Haiku, convocado por la Embajada de Japón en Costa Rica. Este año (2015) obtuvo el Primer Lugar en el Concurso de Literatura “Gonzalo Rojas Pizarro”, Lebu, Chile. Ha publicado, Efectos Secundarios (Editorial de la Universidad de Costa Rica, 2008), Noche de Ronda (2010, Metáfora Editores) Cuatro Caminos (2011, Metáfora Editores). Es profesor de la Universidad de Costa Rica y la Universidad Nacional, Heredia, Costa Rica.
TEXTOS EN ESPAÑOL - TEXTOS EM PORTUGUÊS
LA BARCA
La barca está llena de instantes que arden en un passado
todavía reciente. Viajo sobre la proa con una sonrisa Dulce,
permanente y desconocida. El lago toca mis manos y uma garza
vuela sobre mi alma creyendo que soy el lago. Cada hora me
pertenece y los muelles están vacíos sin las cuerdas que atan la
barca y el lago se llena con el passo de los balseros. Aquí va la
barca, quemando los instantes que viajan como nubes al pasado.
LA MESA
Emparentada com el bosque, la mesa extraña su passado.
Espera un ave y lo que le alcanzo es un vaso. Recuerda sus
nidos y lo que le acerco es um naipe, uma reina de bastos. Ella,
que un día fue bosque, sueña con su pedacito de tierra, sus
nidos colgados y l anoche entre sus ramas. (De Solentiname,
2015)
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http://www.antoniomiranda.com.br/Iberoamerica/guatemala/index_guatemala.htm
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TEXTOS EM PORTUGUÊS
Tradução: ANTONIO MIRANDA
A BARCA
A barca está repleta de instantes que ardem em um passado
ainda recente. Viajo na proa com um sorriso tênue,
permanente e desconhecido. O lago toca minhas mãos e uma
garça voa por minha alma acreditando que sou o lago. Cada
hora que atam a barca enche-se a passagem dos balseiros.
Aqui vai a barca, queimando os instantes que viajam como
nuvem ao passado.
A MESA
Aparentada com o bosque, a mesa estranha seu passado.
Espera uma ave e o que alcanço é um copo. Lembra seus
ninhos e o que lhe ofereço é um naipe, uma rainha de
grosseiros. Ela, que um dia foi bosque, sonha com seu pedaço
de terra, sem ninhos pendurados e a noite entre seus ramos.
Página publicada em fevereiro de 2017