POESÍA ESPAÑOLA
Coordinación: AURORA CUEVAS CERVERÓ
Universidad Complutense de Madrid
PERE GIMFERREZ
Pere Gimferrer Torrens (Barcelona, 22 de junio de 1945) es un poeta, prosista, crítico literario y traductor español. Su obra literaria está compuesta tanto de obras en castellano como en catalán. Fue elegido miembro de la Real Academia Española en 1985. Premio Nacional de las Letras Españolas en 1998.
Inicia su actividad como poeta con Mensaje del Tetrarca (1963). Le siguen Arde el mar (Premio Nacional de Poesía, 1966) y La muerte en Beverly Hills (1968) y Extraña fruta y otros poemas (1969). En todos ellos se observa una fastuosidad verbal que, desde el magisterio del Modernismo, reclama una poesía de sensaciones. El distanciamiento culturalista y la reflexión metapoética son también elementos constantes. Todo ello le valió el reconocimiento unánime como uno de los poetas más originales nacidos después de la Guerra Civil y que más había modificado el panorama de la poesía española contemporánea por la innovación de sus propuestas.
En aquella época reivindicaba las influencias de autores vivos que conocía personalmente, como Vicente Aleixandre y Octavio Paz, así como los ejemplos leídos de Lautréamont, Federico García Lorca y Wallace Stevens.
En 1970 escribió y publicó Els miralls, su primer libro de poesía en catalán, que pronto fue seguido por Hora foscant (1972) y Foc cec (1973). Es ésta una poesía discursiva, metaliteraria, que ensaya enlazar el Barroco y las vanguardias. Explora las tenues fronteras entre realidad real y realidad artística.
De 1977 es L'espai desert. Siguiendo el ejemplo de T.S. Eliot, plantea un poema extenso de reflexión amorosa, sexual. En 1981 recopiló toda su obra anterior en Mirall, espai, aparicions, que incluía un libro nuevo, Aparicions. Posteriormente publicó El vendaval (1989) y La llum (1991), en las cuales domina la nota visual, el epigrama. Mascarada (1996) es un largo poema unitario en el cual, con un trasfondo parisino (paisaje y referencias literarias), insiste en temas de la experiencia amorosa, llegando a extremos de crudeza y provocación. En L'agent provocador (1998), las prosas poéticas son una reflexión sobre cómo el yo se hace autoconsciente en la escritura, el paso del yo activo al yo reflexivo, combinado con detalles autobiográficos.
En el año 2000 Visor editó Poemas (1962-1969), recopilación de toda la poesía originariamente escrita en castellano.
Como prosista es autor de: Dietari. 1979-1980 (1981) y Segon dietari. 1980-1982 (1982). Son los artículos que publicaba regularmente en el periódico barcelonés El Correo Catalán. Hay una serie de temas recurrentes: la actitud de rechazo y de silencio que caracteriza a los intelectuales en determinados momentos de la historia; la crítica del poder y la política; el poeta y el artista en aprendizaje constante; la voluntad de definir el momento cultural catalán; las evocaciones personales literarias, artísticas, cinematográficas.
También ha escrito una novela, Fortuny (1983), premio Ramón Llull y premio Joan Crexells.
El 15 de octubre de 2009 durante la entrega del Premio Planeta, en la que él forma parte como jurado, tuvo un repentino desmayo por lo que tuvo que ser trasladado al hospital. Fuente: wikipedia
TEXTOS EN ESPAÑOL - TEXTOS EM PORTUGUÊS
PEQUENO Y TRISTE PETIRROJO
Oscar Wilde llevaba
una gardenia en el pico.
Color gris, color malva en las piedras y el rostro,
más azul pedemal en los ojos, más hiedra
en las unas patrícias, ebonita en las ingles de los faunos.
No salgáis al jardín: llueve, y las patas
de los leones arañan la tela metálica del zoo.
Isabel murió, y estaba pálida,
una noche como ésta.
Hay orden de llorar sobre el bramido estéril de los acantilados.
Un violín dormirá? Unas camélias?
Y aquel pijama rosa en pie bajo la lluvia.
UNA SOLA NOTA MUSICAL PARA HÖLDERLIN
Si pierdo la memoria, qué pureza.
En la azul crestería la tarde se demora,
retiene su oro en mallas lejanísimas,
cuela la luz por un resquício último, se extiende y me delata
como un arco que tiembla sobre el aire encendido.
¿Qué esperaba el silencio? Príncipes de la tarde, ¿qué palácios
holló mi pie, qué nubes o arrecifes, qué estrellado país?
Duró más que nosotros aquella rosa muerta.
Qué dulce es al oído el rumor con que giran los planetas
del agua.
Tres poemas (1967)
UNIDAD
A Marie José y Octávio Paz
Dictado por el crepúsculo,
dictado por el aire oscuro, el círculo se abre
y habitamos en él: transiciones, espacio
intermédio. No el lugar
de la revelación, sino el lugar
del reencuentro. La espada
que divide la luz.
Del ojo a la mirada,
la claridad permanente, el ámbito de los sonidos,
la campana que clausura la visión terrestre
como el ojo inexorable de la forma floral
fija el fuego de un carbunclo. Este ojo
¿ve mi ojo? Es un espejo de llamas
el ojo que ahora me ve. Con sonido de poleas,
los ejes de la noche. Desarbolada,
se derrumba la oscuridad y, a tientas,
el sol conoce la noche.
LLEVAN UNA ROSA EN EL PECHO LOS ENAMORADOS
Llevan una rosa en el pecho los enamorados y suelen besarse
entre un rumor de girasoles y hélices.
Hay pétalos de rosa abandonados por el viento en los pasillos
de las clínicas.
Los escolares hunden sus plumillas entre uña y carne y oprimen
suavemente hasta que la sangre empieza a brotar.
Algunos aparecen muertos bajo los últimos pupitres.
Estaré enamorado hasta la muerte y temblarán mis manos al
coger tus manos y temblará mi voz cuando te acerques
y te miraré a los ojos como si llorara.
Los camareros conocen a estos clientes que piden una ficha
en la madrugada y hacen llamadas inútiles, cuelgan
luego, piden una ginebra, procuran sonreír, están pensando
en su vida. A estas horas la noche es un pájaro azul.
Empieza a hacer frío y las muchachas rubias se miran temblando
en los escaparates. Un chorrear de estrellas silencioso se
extingue.
Luces en un cristal espejeante copian el esplendor lóbrego de
la primavera, sus sombrías llamaradas azules, sus flores de
azufre y de cal viva, el grito de los ánades llamando desde
el país de los muertos.
ARDE EL MAR
Oh ser un capitán de quince años*
viejo lobo marino las velas desplegadas
las sirenas de los puertos y el hollín y el silencio en las barcazas
las pipas humeantes de los armadores pintados al óleo
las huelgas de los cargadores las grúas paradas ante el
[cielo de zinc
los tiroteos nocturnos en la dársena fogonazos un cuerpo
[en las aguas
con sordo estampido
el humo en los cafetines
Dick Tracy** los cristales empañados la música zíngara
los relatos de pulpos serpientes y ballenas
de oro enterrado y de filibusteros
un mascarón de proa el viejo dios Neptuno
una dama en las Antillas ríe y agita el abanico de nácar
[bajo los
cocoteros.
Pere Gimferrer, de Arde el mar, 1966
*Un capitán de quince años, referencia a la novela homónima de Julio Verne.
**Dic Tracy, personaje de cómic creado por Cherter Gould en 1931.
HOMENAJE A ROBERT LOUIS STEVENSON
Vieja casaca azul de botones dorados
Con un ojo de vidrio me miraba el corsario
Los fuegos de san Telmo en la noche polar
Pon pancartas azules ISLA TORTUGA EN VENTA
No llegarán más naves a Puerto Providencia
Me falla el corazón y no puedo soñar.
Arriad las banderolas del buque desguazado
A la pantera herida matadla a culatazos
Se desmaya en mis ojos un lento bergantín
Luz distantes bahías enterrados tesoros
mi destino en las olas mi sangre en los escollos
Qué batallas campales No no quiero morir
El cuadrante solar divide el planisferio
El mediodía azul puntúa el firmamento
Todo esto no sirve más que para llorar
Los escualos de nieve en su imperial silencio
han llegado a las puertas tenebrosas del reino
y el chambelán mayor les ha abierto el portal
La sangre los reclama oh verdugos sonámbulos
bajos gasas azules en luz encapuchados
Si la muñeca llora clavadle un alfiler
Aquí está el corazon lo he marcado en el mapa
Os doy mi vida a cambio de un pendiente de plata
Es hermosa la isla cuando va a atardecer
Nota. No me he comido los signos de puntuación, así está el poema en "Pere Gimferrer, poemas 1963 - 1969" de editorial Visor (1979).
TEXTOS EM PORTUGUÊS
Tradução: Antonio Miranda
PEQUENO E TRISTE TORDO
Oscar Wilde levava
uma gardênia no bico.
Cora cinza, coar malva nas pedras e no rosto,
mais azul pétreo nos olhos, mais hera
nas unhas patrícias, ebonite nas ingles dos faunos.
Não vá ao jardim: chove e as partes
dos leões arranham a cerca metálica do zoo.
Isabel morreu, e estava pálida,
numa noite como esta.
Alguma ordem de chorara sobre o bramido estéril
das escarpas.
Um violino dorme? Umas camélias?
E aquele pijama rosa em pé na chuva?
UMA ÚNICA NOTA MUSICAL PARA HÖLDERLIN
Se perco a memória, que pureza?
Na azul adorno a tarde se demora,
retém seu ouro em malhas bem distantes,
raia o sol por um resquício final, estende e se dilata
como um arco que treme sobre o ar aceso.
Que silêncio perseguia? Príncipes da tarde,
que palácios
meu pé furou, que nuvens ou recifes, que estrelado país?
Durou mais do que nós aquela rosa morta
Que doce é ao ouvido o rumor com que giram
os planetas da água?
(De Arde el Mar, 1960)
UNIDADE
A Marie José y Octavio Paz
Deitado em pleno crepúsculo,
ditado pelo ar escuro, o círculo se abre
e habitamos nele: transições, espaço
intermediário. Não o lugar
do reencontro. A espada
que divide a luz.
Do olho a mirada,
a claridade permanente, o âmbito dos sons,
o sino que clausura a visão terrestre
como olho inexorável da forma floral
fixa o jogo de um carbúnculo. Este olho
vê meu olho? É um espelho em chamas
o olho que agora me vê. Com o som de roldanas,
os eixos da noite. Debilitada,
se desmorana a escuridão e, às cegas
o sol reconhece a noite.
(De Tres poemas, 1967)
LEVAM UMA ROSA NO PEITO
OS ENAMORADOS
Levam uma rosa no peito os enamorados e costumam beijar-se
entre um rumor de girassóis e hélices
Há pétalas de rosas abandonadas pelo vento nos corredores das
clínicas
Os escolares fundem suas canetas entre unha e carne e oprimem
suavemente até que o sangue começa a brotar.
Alguns aparecem mortos sob os últimos pupitres.
Estarei enamorado até a morte e minhas mãos e tremerá minha
voz quando te aproximes e te mirarei nos olhos como se chorasse.
Os camareiros conhecem estes clientes que pedem uma ficha de
madrugada e fazem chamadas inúteis, dependuram Logo, pedem
uma genebra, procuram sorrir, estão pensando em sua vida.
A estas horas a noite é um pássaro azul.
Começa a fazer frio e as moças louras tremendo nas vitrines.
Um jorrar de estrelas silencioso se extingue.
Luzes em um cristal espelhante copiam o esplendor lôbrego da
primavera, suas sombrias labaredas azuis, suas flores de enxofre e
de cal vivo, o grito dos patos chamando desde o país dos mortos.
ARDE O MAR
Ó ser um capitão de quinze anos*
velho lobo marinho as velas estendidas
las sirenes dos portos e a fuligem e o silêncio nas barcaças
os cachimbos fumegantes dos armadores pintados de óleo
as greves dos carregadores as gruas paradas frente ao
[céu de zinco
os tiroteios noturnos na doca labaredas um corpo
[nas águas
com um surdo estampido
a fumaça nos cafés
Dick Tracy** os cristais embaçados a música cigana
os relatos de polvos serpentes e baleias
de ouro enterrado e de filibusteiros
uma figura de proa o velho deus Netuno
uma dama nas Antilhas ri e agita o leque de madrepérola
[debaixo dos
coqueiros.
Pere Gimferrer, de Arde el mar, 1966
*Um capitão de quinze anos, referência à novela homônima de Julio Verne.
**Dic Tracy, personagem de quadrinhos criado por Cherter Gould em 1931.
HOMENAGEM A ROBERT LOUIS STEVENSON
Velho casaco azul de botões dourados
Com um olho de vidro me mirava o corsário
Os fogos de são Telmo na noite polar
Ponha cartazes azuis ILHA TARTARUGA À VENDA
Não chegarão mais naves a Porto Providência
Me falha o coração e não posso sonhar.
Arriai as bandeirolas do barco desmanchado
A pantera ferida matai-a a coices
Desmaia em meus olhos um lento bergantim
Luz distante baías enterrados tesouros
meu destino nas ondas meu sangue nos escolhos
Quais batalhas campais Não, não quero morrer
O quadrante solar divide o planisfério
O meio dia azul pontua o firmamento
Nada disto serve mais que para chorar
As bolas de neve em seu imperial silêncio
chegarm às portas tenebrosas do reino
e o camareiro maior abriu-lhes a porta
O sangue os invoca ó verdugos sonâmbulos
Sob gazes azuis em luz encapuzados
Se a boneca chora crava-lhe um alfinete
Aqui está o coração leu o marquei no mapa
Dou-vos minha vida em troca de uns brincos de prata
É formosa a ilha quando vai entardecer
Página publicada em dezembro de 2018
Página publicada em abril de 2016
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