POESÍA ESPAÑOLA
Coordinación de AURORA CUEVAS CERVERÓ
Universidad Complutense de Madrid
MANUEL PACHECO
1919-1998
(Olivenza, Badajoz, España). Corresponsal en Extremadura del Club de Poesía fundado en Jerez por Rios Ruiz en relación con Atalaya. Poeta y prosista. Su poesía completa se recoge em uma edición em tres tomos publicada em Mérica em 1999 por Editora Regional em edición de A. Viudas.
"Mi poesía es intuitiva,
instintiva, visceral."
La poesía de Pacheco resulta difícil de encasillar, aunque se asocia con el surrealismo, también canta al hombre y a su condición con versos-alarídos.
El crítico Juan Ruíz de la Peña lo ha definido de esta manera: "La vena lírica de Manuel Pacheco es una mezcla de surrealismo culto y popularismo muy entrañado. El surrealismo, liberador del hombre, color de hombre, como decía Andrés Bretón, va muy bien con su alma atormentada, en íntima contradicción, entre tierna y furiosa, en lucha con las miserias de la vida. El poeta extremeño por la escala del surrealismo se evade hacia las estrellas. La veta popular le viene de raíz, de su misma forma de ser y de vivir, hijo del pueblo, dotado de esa fatalidad intuitiva que caracteriza al español, hombre del pueblo [...]. Es la poesía de Manuel Pacheco, caótica y clarividente, entre, inocente o turbia, entre impura y bella, no ajena al fenómeno social, al dolor del pueblo, entre desgarradora y bella." (de http://alcazaba.unex.es/~mbmarrod/#Estilo)
Em certo sentido, aproxima-se do estilo neobarroco pelo inusitado de suas imagens e construção verbal. ANTONIO MIRANDA
TEXTO EN ESPAÑOL – TEXTO EM PORTUGUÊS
Poema para hablar con Béla Bartok
Quinto cuarteto
La ciudad levantaba su pupila de araña,
sus uñas de jabón,
su pulso de dinamo
y sus fríos muñones de asfalto.
La viola interrogaba los dientes del pasillo
y largas avenidas de sudor
deformaban sapatos encendidos.
Tú mirabas el nombre de la música.
Placas de rosas muertas iniciaban el arpa del crepúsculo
y em mansiones grises de la angustia
se quedaron tus manos detenidas.
Y dijeron los ángeles:
—No toques la blancura,
no cojas su jazmín que perfuma en la noche
el Emblema del Sueño;
escucha su figura de perfil de muchacha
y no levantes com tu rastra iimpura
los tantanes ahogados en el Nilo de Bach.
Los átomos lloraban soñándose em el alma a cristales
podridos,
y cogiste la sombra del piano
reflejando el azul de su quijada
sobre el espectro impuro de las Guerras.
Desde entonces sonaron tus violines a limón derretido,
y un pájaro de arena se detuco en tu frente,
y uma gruta de alambre te encerro la cabeza
llenándose los ojos de alaridos de tiza.
TEXTO EM PORTUGUÊS
Tradução: Antonio Miranda
Poema para falar com Béla Bartok
Quarto quarteto
A cidade levantava sua pupila de aranha,
suas unhas de sabão,
seu pulso de dínamo
e seus cotos de asfalto.
A viola interrogava os dentes do corredor
e longas avenidas de suor
deformavam sapatos acesos.
Tu miravas o título da música.
Placas de roas mortas iniciavam a arpa do crepúsculo
em nas mansões cinzentas da angústia
restaram tuas mãos detidas.
E disseram os anjos:
— Não toques sua brancura,
não colhas seu jasmim que perfuma na noite
o Emblema do Sonho;
escuta suas figura de perfil de garota
e não levantes com teu rastelo impuro
os tambores afogados no Nilo de Bach.
Os átomos choravam sonhando-se na alma cristais
apodrecidos,
e colheste a sombra do piano
refletindo o azul de sua queixada
sobre o espectro impuro das Guerras.
Desde então soaram teus violinos como limão derretido,
e um pássaro de areia deteve-se diante de ti,
e uma gruta de arame enfiou tua cabeça
enchendo os olhos de alaridos de giz.
Página publicada em fevereiro de 2017