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LUIS ANTONIO DE VILLENA
Luis Antonio de Villena (Madrid, 31 de octubre de 1951)6 es un poeta, narrador, ensayista, crítico literario y traductor español,12345 habitualmente clasificado extraoficialmente en el grupo conocido como novísimos o venecianos dentro de las corrientes —generación del 68— de la poesía española contemporánea.9101112 Su lírica y prosa, sensible al pasado cultural y a la contemporaneidad, su postura estética,13 cercana al movimiento dandi, se resume en un epicureísmo homoerótico14 que asume tradiciones culturalistasn. 2 y decadentes;1113 se percibe una cierta tendencia en su obra, centrada cada vez más en el fracaso y la marginación, aunque en su extensa obra lírica son abundantes los cambios de perspectiva —por ejemplo desde los varios sonetos de «Desequilibrios» a los renovados poemas en prosa de «La prosa del mundo»—. Es uno de los autores más reconocidos de la literatura homosexual en España, asunto que aborda tanto en su obra poética como narrativa.
TEXTOS EN ESPAÑOL - TEXTOS EM PORTUGUÊS
LABIOS BELLOS, ÁMBAR SUAVE
Con sólo verte una vez te otorgué un nombre,
para ti levanté una bella historia humana.
Una casa entre árboles y amor a medianoche,
un deseo y un libro, las rosas del placer
y la desidia. Imaginé tu cuerpo
tan dulce en el estío, bañado entre las
viñas, un beso fugitivo y aquel espera
no te vayas aún, aún es temprano.
Te llegué a ver totalmente a mi lado.
El aire oreaba tu cabello, y fue sólo
pasar, apenas un minuto y ya dejarte.
Todo un amor, jazmín de un solo instante,
mas es grato saber que nos tuvo un deseo,
y que no hubo ni presente ni pasado.
El viaje a Bizancio, 1978
DEMASIADA BELLEZA
Conozco la historia del que llenaba
su casa de lilas blancas; la del que
amaba deslizar la mano,
temblorosa, sobre frías gemas, ágatas,
berilos*; la del que paseaba en la noche,
con un candelabro Imperio por
salones abarrotados de lienzos y marfiles.
Hiperestésicos*, anhelantes, heridos.
Porque la Belleza es, a veces, excessiva
e inasible. Pero sigue brillando el cuerpo
joven en la tarde. Y se enciende la mirada
azul, y el fino cabello negro, y la piel
oscura. Y el muchacho nos mira, al pasar,
ignorante de su don, como en los cuentos persas,
mientras tú, herido, buscas alivio en cosas muertas.
Hymnica, 1979
*variedad de esmeraldas.
AL SUR. EN UNA PEQUEÑA CIUDAD PROVINCIANA
Me iría, como tantos han hecho.
Aún me pregunto qué me retiene aquí.
Y me imagino paseando aquellas calles
donde llegará el olor del mar y el del campo.
Recorriendo, un poco ocioso, aljamas*
y juderías, y bebiendo —a la tarde— el vino
caliente de las tabernas. Charlando
de pescado y flores, con vecinos. Ofreciendo
cigarros, y guardando para mí las alegrías
más íntimas: la cabeza vista en el museo,
las páginas del libro leídas por la noche,
mientras el sueño me llega con murmullo
de mar, y arde entre los labios la metáfora.
Tardes bajo el parral en los veranos,
noches en la campiña con olor de cuerpo
y de retama, mañanas marinas con
el brillo de un metal ardiendo el aire.
¿Qué ha sido de él?—preguntarían.
A mí me pareció siempre un tipo raro.
Y me imagino paseando aquellas calles
entre vaho de jazmín y de albahacas.
Pequeñas calles moras con sillas a la puerta,
donde hablo con la mujer del precio de la compra,
y un muchachillo oscuro me sonríe:
Juan, al que ayudo en sus deberes por la tarde.
TEXTOS EM PORTUGUÊS
Tradução: ANTONIO MIRANDA
LÁBIOS BELOS, ÂMBAR SUAVE
Por ver-te uma vez te dei um nome,
para ti criei uma bela história humana.
Uma casa entre árvores e amor à meia-noite,
um desejo e um livro, as rosas do prazer
e a dissidia. Imaginei teu corpo
tão doce no estio, banhado entre os
vinhedos, um beijo furtivo e aquela espera
não se vá ainda, ainda é cedo.
O ar dourava teu cabelo, e era apenas
passar, apenas um minuto e já deixar-te.
Todo um amor, jasmim de um instante apenas,
mas é grato saber que um desejo nos teve,
e que não houve nem presente nem passado.
(El viaje a Bizancio, 1978
BELEZA EM DEMASIA
Conheço a história do que enchia
sua casa de lilás branco; a que
amava deslizar a mão,
trepidante, sobre as frias gemas, ágatas,
berilos*; a que passeava pela noite,
com um candelabro império pelos
salões abarrotados de telas e marfins.
Hiperestésicos, carentes, feridos.
Porque a beleza é, às vezes, excessiva
e indomável. Mas continua brilhando o corpo
jovem da tarde. E acende a mirada
azul, e o fino cabelo, e a pele
escura. E o rapaz nos observa, ao passar,
ignorante de seu dom, como nos contos persas,
enquanto tu, ferido, buscas alívio nas coisas mortas.
(Hymnica, 1979)
*variedade de esmeraldas.
PELO SUL, NUMA PEQUENA CIDADE NA PROVÍNCIA
Eu iria, como tantos já fizeram.
‘ Ainda me pergunto que me retém aqui.
E me imagino passeando por aquelas ruas
onde chegará o odor do mar e o do campo.
Recorrendo, um tanto ocioso, sinagogas,
e judiarias, e bebendo — tarde — o vinho
quente das tavernas. Conversando
sobre pecado e flores, com os vizinhos. Oferecendo
cigarros, e guardando para mim as alegrias
mais íntimas: a cabeça vista no museu,
as páginas do livro lidas pela noite,
enquanto o sonho chega com murmúrio
de mar, e arde entre ao lábios a metáfora.
As tardes sob o parreiral nos verões,
noite na campina com odor de corpo
e de capim, manhãs marinhas com
o brilho de um metal ardendo no ar.
— Que se sabe dele?— perguntariam.
— Eu sempre o vi como um tipo esquisito.
E me imagino passeando por aquelas ruas
entre o bafo de jasmim e de manjericão.
Pequenas ruas mouras com cadeiras na porta,
onde falo com a mulher sobre o preço da compra,
e um jovem escuro sorri:
Juan, ao que ajudo em seus exercícios
escolares pela tarde.
Na direção do sol e ao sul o caminho é longo.
Devemos despojar e enriquecer de muitas coisas.
Mas não tenho medo. Sei que as pessoas me dirão
que amo, que não me faltará um corpo jovem
na noite de inverno. Primogênita beleza
que já admiro: belo e precioso como um poema
lido em Ibrahim Ibn Sahl, muçulmano sevilhano.
(Huir del invierno,, 1981)
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Poesia homoafetiva
Publicada em janeiro de 2019
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