POESÍA ESPAÑOLA
Coordinación de Aurora Cuevas Cerveró
JOAQUÍN PÉREZ AZAÚSTRE
Licenciado en Derecho por la Universidad Complutense de Madrid, es autor de los libros de poemas Una interpretación, Delta, El jersey rojo y El precio de una cena en Chez Mourice, y de novelas como América, El gran Felton y La suite de Manolete. Es columnista diario en El Día de Córdoba, y semanal en el Grupo Joly. Empezó a publicar artículos de opinión en 1994, en el Diario Córdoba, donde permaneció hasta 2001. Entre 2001 y 2006, firmó una columna semanal en La Razón. En 2002 comenzó su colaboración con el Grupo Joly, mantenida hasta la actualidad, con una columna diaria en El Día de Córdoba y otra semanal en todo el Grupo. Desde marzo de 2010 escribe un artículo semanal en el periódico digital de información económica Diario Abierto. En 2003 recibió el Premio Meridiana, del Instituto Andaluz de la Mujer, por su defensa de la igualdad entre géneros en los medios de comunicación. También ha sido galardonado con el Premio Adonais de poesía, el Premio Loewe y el Premio Loewe a la Creación Joven, y el Premio Fernando Quiñones de novela, entre otros.
Desde 1998 vive en Madrid. Durante los cursos 2000-2001 y 2001-2002 obtuvo una beca de creación en la Residencia de Estudiantes, otorgada por el Ayuntamiento de Madrid. Colabora habitualmente en revistas literarias como Mercurio, Letra Internacional o Turia.
En 2003 coordinó la antología En pie de paz. Escritores contra la guerra, en oposición a la invasión de Irak. Fuente: wikipedia
TEXTOS EN ESPAÑOL - TEXTOS EM PORTUGUÊS
PÉREZ AZAÚSTRE, Joaquín. El jersey rojo. Madrid: Visor Libros, 2006.
78 p. (Colección Visor de Poesía) ISBN 84-7522-773-2
“XVII Premio internacional de poesía Fundación Loewe – Creación Joven”
EN OTRA PARTE
Estar en otra parte es estar dentro.
Es fácil ser un lobo si miras un rebaño
y afinas los colmillos en una carne blanda.
Mirar es situarse,
y uno se contempla al contemplar.
Estar en otra parte es estar dentro,
quizá permanecer:
guardar en el cajón
unos guantes blancos de Ava Gardner,
cazando la cadencia de unos rasgos
y cierta asimetría de la belleza.
Saber adonde vamos
no es tan necesario, pero sí saber cómo,
igual que un lobo amansa su rebaño
antes de fijar la dentellada.
Al final,
resulta que mirar es situarse: afilar otra partezzz
y poseerla.
CONFESIÓN
Buscamos la belleza en estar vivos.
Cuando se templa el aire en los pulmones
y hacemos un recuento del día y su demora,
antes de la cena o de la barra,
acabo preguntándome qué busco.
Supongo que ya saben de qué hablo:
se anudan las secuencias de este día
para asumir su fin.
Escribo porque me salva,
para que las preguntas duelan menos
o no acechen, escribo
porque nunca fue más bello el engaño.
El sueño es una tregua o una trampa.
Buscamos una piel en que nacer.
Buscamos la belleza en estar vivos.
PÉREZ AZAÚSTRE, Joaquín. Las ollerías. Madrid: Visor, 2011. 76 p. (Collección Visor de Poesía, DCCLXXVI) “XXII Premio Fundación Loewe” ISBN 978-84-9895-776-1 Col. A.M.
EL LABERINTO
Ella estaba detrás del laberinto.
Lo supe al conocerla.
Aunque al principio, al relumbrar su cuello
en la puerta fugaz de aquel hotel
(creo que podía ser el Miguel Ángel,
y había un piano-bar), jamás me habría creído
que era posible entrar con tanta suerte
ni en ningún otro hotel, ni en cualquier otra parte.
Tenías que haberla visto. Tenías que habernos visto.
Era casi imposible imaginar
a dos seres tan frágiles,
con un fulgor tan raramente humano.
Y el brillo se quedó dentro del pecho,
como un tibio dolor del corazón.
Poco después moriste, pero ya pude ver
que había una hebra invisible, un deseo capilar,
en ti y en ella,
de no tener más freno que la muerte.
Y se lo dije entonces, quizá hasta un poco antes:
eres como un cachorro de león asustada.
Tú sólo tienes miedo de tener
ese miedo más grande que la vida.
Eres como un cachorro de león asustada,
porque un león no se rinde,
no cesa ni claudica,
se encrespa en la batalla,
apenas retrocede
y muere de un impulso o ruge y toma aliento
y vence a dentelladas.
Me gustaría decirte que fue fácil.
Me gustaría decirte que aún es fácil.
Pero ella está detrás del laberinto
y no hay salida fuera de sí misma:
es un hotel costero abandonado
donde todas las puertas nos llevan hasta el mar.
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TEXTOS EM PORTUGUÊS
Tradução de Antonio Miranda
EM OUTRO LUGAR
Estar em outro lugar é estar dentro.
É fácil ser um lobo se olhas um rebanho
e afinas os colmilhos numa carne macia.
Olhar é situar-se
e contemplar-se ao contemplar.
Estar em outro lugar é estar dentro
talvez permanecer:
guardar no baú
as luvas brancas de Ava Gardner,
buscando a cadência de uns sapatos
e certa assimetria da beleza.
Saber aonde vamos
não é imprescindível senão saber como,
tal como um lobo amansa seu rebanho
antes de prever a dentada.
Afinal,
olhar é situar-se: afilar outra parte
e possuí-la.
CONFISSÃO
Buscamos a beleza em estar vivos.
Quando temperamos o ar nos pulmões
e fazemos a revisão do dia e sua demora,
antes do jantar ou do bar,
acabo perguntando-me que busco.
Suponho que já sabem a que me refiro:
se anulam as sequências deste dia
para assumir o seu fim.
Escrevo para salvar-me,
para que as pergunta doam menos
ou não acossem, escrevo
porque nunca fue más bello el engaño.
O sonho é uma trégua ou uma trapaça.
Buscamos uma pele em que nascer.
Buscamos a beleza em estar vivos.
O LABIRINTO
Ela estaba detrás do labirinto.
Soube ao conhecê-la.
Mas a principio, ao relucir seu pescoço
na porta fugaz daquele hotel
(creio que podía ser o Miguel Ángel,
e havia um piano-bar), jamais acreditaría
que fosse possível ir com tanta sorte
em nenhum outro hotel, ou em qualquer outra parte.
Devias tê-la visto. Devís ter-nos visto.
Seria quase impossível imaginar|
dois seres tão frágeis,
com um fulgor tão raramente humano.
E o brilho restou dentro do peito.
com uma tíbia dor no coração.
Pouco depois faleceste, mas já não pude ver
que havia uma fibra invisível, um desejo capilar,
em ti e nela,
de não ter mais freioo do que a morte.
E disse-o então, talvaez até um pouco antes:
és como filhote de leão, assustada,
porque um leão não se rende,
não cessa nem claudica
se eriça na batalha,
apenas retrocede
e morre de um impulso ou ruge e gana alento
e vence a dentadas.
Gostaria de dizer-te que não foi fácil.
Mas ela está detrás do labirinto
e não há saída além de si mesma:
é um hotel litorâneo abandonado
onde todas as portas nos levam ao mar.
Página publicada em dezembro de 2012.
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