POESÍA ESPAÑOLA / POESIA ESPANHOLA
Coordinación/coordenação de AURORA CUEVAS CERVERÓ
ANTONIO MACHADO
(1875-1939)
Nació en Sevilla y con pocos años se trasladó con su familia a Madrid. Estudió en la Institución Libre de Enseñanza y pasó algún tiempo en París conociendo la literatura de la época. Soledades, su primer libro de poemas (1903), puede alinearse lícitamente en el Modernismo, pero con una tendencia intimista que acabará liberándose de los aspectos más externos de aquel movimiento en la revisión de 1907 (Soledades, Galerías, Otros Poemas). Ese año se instala en Soria como catedrático de francés, y se casa con Leonor Izquierdo, que enfermaría y moriría en 1912, el mismo año en que apareció Campos de Castilla. El poeta, dolorido, dejó el Duero para ejercer en Baeza (1913-1919), Segovia (1919-1931) y Madrid; de ese largo período se destacan las Nuevas Canciones, y Ias páginas apócrifas de Juan de Mairena y Abel Martín, con los belos versos a la misteriosa "Guiomar”.
Nasceu em Sevilha e muito jovem mudou-se com a família para Madri.
Estudou na Instituição Livre de Ensino e passou algum tempo em Paris, conhecendo a literatura da época. Soledades, seu primeiro livro de poemas (1903), alinha-se claramente ao Modernismo, mas com uma tendência intimista que o libertará dos aspectos mais externos desse movimento na revisão de 1907 (Soledades, Galerías, Otros Poemas). Nesse ano instala-se em Sória como catedrático de francês e se casa com Leonor Izquierdo, que adoeceria e morreria em 1912, mesmo ano em que apareceu Campos de Castilla. O poeta, dolorido, deixou o Douro para lecionar em Baeza (1913-1919), Segóvia (19191931) e Madri. Desse longo período destacam-se: Nuevas Canciones, e as páginas apócrifas de Juan de Mairena e Abel Martín, com os belos versos à misteriosa “Guiomar”.
El poeta es un pescador, no de peces, sino de pescados vivos;
entendámonos: de peces que puedan vivir después de pescados.
ANTONIO MACHADO
Habla Juan de Mairena a sus alumnos
Veja também: A REPERCUSSÃO DE ANTONIO MACHADO NO BRASIL, por Antonio Miranda - ensaio
TEXTOS EN ESPAÑOL / TEXTOS EM PORTUGUÊS
OCASO
Era un suspiro lánguido y sonoro
voz del mar aquella tarde... El día,
no queriendo morir, con garras de oro
de los acantilados se prendía.
Pero su seno el mar alzó potente,
el sol, al fin, como en soberbio lecho,
hundió en las olas la dorada frente,
en una brasa cárdena deshecho.
Para mi pobre cuerpo dolorido,
para mi triste alma lacerada,
para mi yerto corazón herido.
para mi amarga vida fatigada...,
el mar amado, el mar apetecido,
el mar, el mar, y no pensar en nada...!
Ars moriendi, 1922
MELANCOLÍA
Me siento, a veces, triste
como una tarde del otoño viejo;
de saudades sin nombre,
de penas melancólicas tan lleno...
Mi pensamiento, entonces,
vaga junto a las tumbas de los muertos
y en torno a los cipreses y a los sauces
que, abatidos, se inclinan... Y me acuerdo
de historias tristes, sin poesía... Historias
que tienen casi blancos mis cabellos.
RETRATO
Mi infancia son recuerdos de un patio de Sevilla,
y un huerto claro donde madura el limonero;
mi juventud, veinte años en tierra de Castilla;
mi historia, algunos casos que recordar no quiero.
Ni un seductor Mañara, ni un Bradomín he sido
— ya conocéis mi torpe aliño indumentario —,
mas recibí la flecha que me asignó Cupido,
y amé cuanto ellas puedan tener de hospitalario.
Hay en mis venas gotas de sangre jacobina,
pero mi verso brota de manantial sereno;
y más que un hombre al uso que sabe su doctrina,
soy, en el buen sentido de la palabra, bueno.
Adoro la hermosura, y en la moderna estética
corté las viejas rosas del huerto de Ronsard;
mas no amo los afeites de la actual cosmética,
ni soy un ave de esas del nuevo gay-trinar.
Desderio las romanzas de los tenores huecos
y el coro de los grillos que cantan a la luna.
A distinguir me paro las voces de los ecos,
y escucho solamente, entre las voces, una.
¿Soy clásico o romántico? No sé. Dejar quisiera
mi verso, como deja el capitán su espada;
famosa por la mano viril que la blandiera,
no por el docto oficio del forjador preciada.
Converso con el hombre que siempre va conmigo
— quien habla solo espera hablar a Dios un día —;
mi soliloquio es plática con este buen amigo
que me enseñó el secreto de la filantropía.
Y al cabo, nada os debo; debéisme cuanto he escrito.
A mi trabajo acudo, con mi dinero pago
el traje que me cubre y la mansión que habito,
el pan que me alimenta y el lecho en donde yago.
Y cuando llegue el día del último viaje,
y esté al partir la nave que nunca ha de tornar,
me encontraréis a bordo ligero de equipaje,
casi desnudo, como los hijos de la mar.
CAMPO
La tarde está muriendo
como un hogar humilde que se apaga.
Allá sobre los montes,
quedan algunas brasas.
Y ese árbol roto en el camino blanco,
hace llorar de lástima.
¡Dos ramas en el tronco herido, y una
hoja marchita y negra en cada rama!
¿Lloras?... Entre los álamos de oro,
lejos, la sombra del amor te aguarda.
(de Soledades, Galerías y otros Poemas, 1919)
[FRAGMENTO]
Tal vez la mano, ensueños,
del sembrador de estrellas,
hizo sonar la música olvidada
como una nota de la lira inmensa,
y la ola humilde a nuestros labios vino
de unas pocas palabras verdaderas.
(de Soledades, Galerías y otros Poemas, 1919)
Extraído de>
A CIGARRA – Revista Literária. AN0 15 – No. 31 – agosto 1997. Santo André, SP.
EL CRIMEN FUE EN GRANADA
A Federico García Lorca
Poema de ANTONIO MACHADO
I
EL CRIMEN
Se le vio, caminando entre fusiles,
por una calle larga,
salir al campo frío,
aún con estrellas, de la madrugada.
Mataron a Federico
cuando la luz asomaba.
El pelotón de verdugos
no osó mirarle la cara.
Todos cerraron los ojos;
¡rezaron: ni Dios te salva!
Muerto cayó Federico
- sangre en la frente y plomo en las entrañas -
...Que fue en Granada el crimen
¡sabed - pobre Granada! -, en su Granada...
II
EL POETA Y LA MUERTE
Se le vio caminar solo con Ella,
sin miedo a su guadaña.
- Ya el sol en torre y torre; los martillos
en yunque-yunque y yunque de las fraguas.
Hablaba Federico,
requebrando a la muerte. Ella escuchaba.
"Porque ayer en mi verso, compañera,
sonaba el golpe de tus secas palmas,
y diste el hielo a mi cantar, y el filo
a mi tragedia de tu hoz de plata,
te cantaré la carne que no tienes,
los ojos que te faltan,
tus cabellos que el viento sacudía,
los rojos labios donde te besaban...
III
Hoy como ayer, gitana, muerte mía,
Se le vio caminar... qué bien contigo a solas,
Labrad, amigos, ¡por estes aires de Granada, mi Granada!"
de piedra y sueño, en la Alhambra,
un túmulo al poeta,
sobre una fuente donde llore el agua,
y eternamente diga:
¡el crimen fue em Granada, en su Granada!
O CRIME FOI EM GRANADA
A Federico Garcia Lorca
Poema de ANTONIO MACHADO
Tradução: Dalila Teles Veras
I
O CRIME
Viram-no, caminhando entre fuzis por uma rua larga sair para o campo frio ainda com estrelas, na madrugada. Mataram Federico quando a luz surgia. O pelotão de verdugos não ousou mira-lo na cara todos fecharam os Olhos resmungaram: nem Deus te salva! Morto, caiu Federico - Sangue pela fronte e chumbo nas entranhas -... Que foi em Granada o crime saibam - Pobre Granada -, em sua Granada...
II
O POETA E A MORTE
Viram-no a andar sozinho com Ela
sem medo de sua foice
— Já o sol de torre em torre; os martelos
de bigorna em bigorna retiniam nas forjas.
Falava Federico
seduzindo a morte. Ela escutava
"Porque ontem, em meu verso, companheira,
soava o golpe de tuas secas palmas
e deste o gelo a meu cantar, e à minha tragédia
o gume de teu cutelo de prata,
cantarei a carne que não tens
os olhos que te faltam
teus cabelos que o vento sacudia
os rubros lábios que beijavam...
Hoje, como ontem, cigana morte minha
permaneço a sós contigo
por estes ares de Granada, minha Granada!"
III
Viram-no a caminhar...
Edifiquem, amigos,
de pedra e sonho, em Alhambra,
um túmulo para o poeta
próximo a uma fonte onde a água chore
e eternamente diga:
o crime foi em Granada, em sua Granada!
TEXTOS EN PORTUGUÊS
RETRATO
Tradução de Fernando Mendes Vianna
Minha infância: memórias de um pátio de Sevilha,
e de um horto claro onde madura o limoeiro;
juventude, vinte anos em terras de Castilha;
a minha história quero esquecer por inteiro.
Mañara, nem Bradomín hei sido
— já conheceis meu torpe alinho indumentário —
mas recebi a flecha que me apontou Cupido,
e amei quanto elas possam ter de hospitalário.
Tenho nas veias gotas de estirpe jacobina,
mas o meu verso brota de manancial sereno;
e, mais que o homem usual que sabe sua doutrina,
eu sou um homem bom, um homem sem veneno.
Adoro a formosura, e na moderna estética
cortei as velhas rosas do jardim de Ronsard;
mas não amo os enfeites da moderna cosmética,
nem sou uma ave dessas do novo gay-trinar.
Eu desdenho as romanças desses tenores pecos
e dos grilos o coro a cantar ao luar.
Procuro distinguir entre as vozes e os ecos,
e entre as vozes só escuto a que prefiro amar.
Sou clássico ou romântico? Não sei. Deixar quisera
meu verso como deixa o capitão sua espada;
famosa pela mão viril que ao alto a erguera,
não pelo douto ofício do forjador prezada.
Dialogo com o homem que sempre vai comigo
— quem fala a sós, espera falar a Deus um dia —
meu solilóquio é prática com este bom amigo
que ensinou-me o segredo de sua filantropia.
Enfim, nada vos devo; deveis-me o que hei escrito.
A meu trabalho acudo, com meu dinheiro pago
a roupa que me cobre e a mansão que habito,
o pão que me alimenta e o leito onde me apago.
E quando chegue o dia da última viagem,
e esteja de partida a nau sem retornar,
me encontrareis a bordo ligeiro de equipagem,
quase desnudo, nu como os filhos do mar.
CAMPO
Tradução de Antonio Miranda
A tarde está morrendo
como um fogueira humilde que se apaga.
Além, sobre os montes,
restam algumas brasas.
E essa árvore rota no caminho branco,
faz chorar de pena.
Dois ramos no tronco ferido, e uma
folha murcha e negra em cada ramo!
Choras? ... Entre álamos de ouro,
longe, a sombra do amor te aguarda.
(de Soledades, Galerías y otros Poemas, 1919)
[FRAGMENTO]
Tradução de Antonio Miranda
Talvez a mão, nos sonhos,
do semeador de estrelas,
fez soar a música esquecida
como uma nota da lira imensa,
e a onda humilde aos lábios nossos veio
de umas poucas palavras verdadeiras.
(de Soledades, Galerías y otros Poemas, 1919)
O ENTERRO DE UM AMIGO
Tradução de Sebastião Uchoa Leite
Jogaram-lhe a terra numa tarde horrível
do mês de julho, sob o sol de fogo.
A um passo da sepultura aberta
havia rosas de pétalas apodrecidas,
entre gerânios de áspera fragrância
e flor rubra. 0 céu
puro e azul. Corria
um ar forte e seco.
Suspenso por cordas grossas,
os dois coveiros
fizeram descer pesadamente
o caixão ao fundo da fossa.
E, ao cair; soou com um baque duro,
solene, no silêncio.
Um baque de caixão na terra é algo
perfeitamente sério.
Sobre a caixa negra quebravam-se
os pesados grãos poeirentos.
0 ar erguia
da funda fossa o sopro embranquecido.
E tu, já sem sombra, dorme e repousa.
Longa paz a teus ossos.
Definitivamente,
dorme um sono tranquilo e verdadeiro.
MELANCOLIA
Eu me siento, às vezes, triste
como uma tarde do velho outono;
de saudades siem nome,
de penas melancólicas tão pleno...
Meu pensamento, então,
vaga pelos túmulos deos mortos
arredor dos ciprestes e dos salgueiros
que, abatidos, se inclinam... E conforme
com histórias tristes, sem poesia... Histórias
que tornam quase brancos os meus cabelos.
OCASO
Era um suspiro lânguido e soioro
voz do mar naquela tarde... O día,
sem querer morrer, com garras de ouro
dos escarpados se prendia.
Mas seu seio o mar alçou potente,
e o sol, afinal, como em um soberbo leito,
afundou em ondas la douada frente,
em brasa cárdea desfeito.
Para meu pobre cuopo dolorido,
para minha triste alma lacerada,
para meu rígido coração ferido.
para mimh amarga vida fatigada...,
o mar amado,ol mar apetecido,
o mar, o mar, e não pensar em nada...!
Ars moriendi, 1922
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MACHADO, Antonio. Proverbios y cantares. Provérbios e cantares. Tradução: Ronald Polito. Belo Horizonte: 2009. s.p. Plaquete comemorativa dos 70 anos da morte do poeta, 50 exs. Col. A.M. (EA)
I
Nunca persegui la gloria
ni de ar en la memoria
de los hombres mi canción;
yo amo los mundos sutiles,
ingrávidos y gentiles
como pompas de jabón.
Me gusta verlos pintarse
de sol y grana, volar
bajo el ciclo azul, temblar
subitamente y quebrarse.
I
Nunca persegui a glória
nem conservar na memória
dos homens minha canção;
eu amo os mundos sutis,
ingrávidos e gentis
como bolhas de sabão.
Gosto de vê-los pintar-se
de ouro e de carmim, voar
no céu azul, tremular
subitamente e quebrar-se.
XVI
El hombre es por natura la bestia paradójica,
un animal absurdo que necesita lógica.
Creó de nada un mundo y, su obra terminada,
"Ya estoy en el secreto - se dijo -, todo es nada."
XVI
O homem, por índole, é besta paradoxal,
precisa de lógica esse absurdo animal.
Criou do nada um mundo e, obra terminada,
"Já sei o segredo - se disse -, tudo é nada."
XXIII
No extrañéis, dulces amigos,
que este mi frente arrugada:
yo vivo en paz con los hombres
y en guerra con mis entrarias.
XXIII
Não estranhem, doces amigos,
esta minha testa enrugada:
eu vivo na paz com os homens
e em guerra com minhas entranhas.
POESIA SEMPRE – Revista Semestral de Poesia. ANO 4 – NÚMERO 7 – JULHO 1996. Rio de Janeiro: Fundação Biblioteca Nacional, Ministério da Cultura, Departamento Nacional do Livro, 1996. Ex. bibl. Antonio Miranda
XXIV
El sol es un globo de fuego,
la luna es un disco morado.
Una blanca paloma se posa
en el alto ciprés centenario.
Los cuadros de mirtos parecen
de marchito veludo empolvado.
¡El jardin y la tarde tranquila!...
Suena el agua en la fuente de marmol.
Los grandes inventos
XLVI
(La noria)
La tarde caía
triste y polvorienta.
El agua cantaba
su copla plebeya
en los cangilones
de la noria lenta.
Soñaba la mula,
¡pobre mula vieja!,
al compás de sombra
que en el agua sueña.
La tarde caía
triste y polvorienta.
Yo no sé qué noble,
divino poeta,
unió a la amargura
de la eterna rueda
la dulce armonía
del agua que sueña,
y venció tus ojos,
¡pobre mula vieja!...
Mas sé que fué un noble,
divino poeta,
corazón maduro,
de sombra y de ciencia.
XCIII
Deletreos de armonía
que ensaya inexperta mano.
Hastío. Cacofonía
del sempiterno piano
que yo de niño escuchaba
soñando... no sé con que,
con algo que no llegaba,
todo lo que ya se fué.
Traduções de Antonio Miranda:
XXIV
O sol é um globo de fogo,
a lua é um disco morado.
Uma pomba branca
pousa alto e centenário.
Os quadros de mirta parecem
de veludo desbotado e empoeirado.
O jardim e a tarde tranquila!
Soa a água na fonte de mármore.
As grandes invenções
(O engenho d´água)
A tarde caía
triste empoeirada.
A água cantava
sua estrofe plebeia
nos canjirões
de engenho lento.
A mula sonhava,
pobre mula velha!
no compasso de sombra
que na água sonha.
A tarde caía
triste e empoeirada.
Não sei qual nobre,
divino poeta,
uniu à amargura
da roda eterna
a doce harmonia
da água que sonha,
e vendou teus olhos,
pobre mula velha!
Mas sei que foi um nobre,
divino poeta,
coração maduro,
de sombra e de ciência.
XCIII
Soletrar com harmonia
que a mão inexperta ensaia.
Fastio. Cacofonia
do sempiterno piano
que ainda menino eu escutava
sonhando... não sei com quê,
com algo que não chegava,
tudo o que não mais se vê.
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CANÇÃO
(Antonio Machado)
Tradução de MANUEL BANDEIRA
Abril florescia
Na paisagem mansa.
Entre os jasmineiros
E as roseiras brancas
Do balcão fronteiro
Vi as irmãs sentadas.
A menor coisa,
A maior fiava. . .
Entre os jasmineiros
E as roseiras brancas,
A mais pequenina,
Risonha e rosada,
De agulha suspensa,
Sentiu que eu a olhava.
A maior seguia,
Silenciosa e pálida,
O fuso na roca,
Que o fio enroscava.
Abril florescia
Na paisagem mansa.
Numa tarde clara
A maior chorava,
Entre os jasmineiros
E as roseiras brancas,
Ante o branco linho
Que na roca fiava.
— Que tens? perguntei-lhe.
Silenciosa e pálida,
Indicou o vestido
Que a irmã começara:
Na túnica negra
A agulha brilhava;
Sobre o véu luzia
A agulha de prata.
Apontou a tarde
De abril que sonhava:
Naquele momento
Os sinos dobravam.
E na tarde clara
Me ensinou suas lágrimas
Abril florescia
Na paisagem mansa.
Noutro abril alegre,
Noutra tarde clara,
O balcão florido
Solitário estava.
Nem a pequenina,
Risonha e rosada,
Tampouco a irmã triste,
Silenciosa e pálida,
Nem a negra túnica,
Nem a touca branca...
Apenas no fuso
O linho girava
Por mão invisível;
E na obscura sala
A lua do límpido
Espelho brilhava . . .
Entre os jasmineiros
E as roseiras brancas
Do balcão florido,
Minha imagem dava
Na lua do espelho,
Abril florescia
Na paisagem mansa.
MACHADO, Manuel. Alguns cantares. Antologia poética. Seleção, tradução, prólogo e notas de José Bento. Lisboa: Edições Cotovia, 1996.129 p. 23x20,5 sobrecapa de papel manteiga.
ISBN 972-8028-58-X N. 06 319
Exemplar na biblioteca de Antonio Miranda
Página ampliada e republicada em janeiro de 2018; ampliada em setembro de 2018 |