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Sobre Antonio Miranda
 
 


 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

POESIA ESPAÑOLA
Coordinación de AURORA CUEVAS CERVERÓ

 

 

                           

  Foto: http://www.crearensalamanca.com 

 

ANDRÉS QUINTANILLA BUEY

 

(1932-2008)

 

fue presidente y gran impulsor de la Academia Castellano-Leonesa de Poesía. Nacido en Palencia, además de su faceta poética, premiada en numerosas ocasiones, cultivó otros géneros literarios como el teatro y la narrativa, en los que también obtuvo varios galardones. Además, colaboró con el Instituto de Investigaciones y Estudios Abulenses de la entidad Gran Duque de Alba y con Tello Téllez de Meneses de la Diputación de Palencia.

 

 

TEXTO EN ESPAÑOL – TEXTO EM PORTUGUÊS

 

 

 

QUINTANILLA BUEY, Andrés.  En resumidas cuentas.  Breve antologia (I) 1951-2001.        Valladolid, España: Fundación Jorge Guillén,, 2001.   102 p.  tapa dura.           ISBN: 84-897707-47-2.  
Ex. bibl. Antonio Miranda

 

 

 

LA BARCA DEL ESTANQUE

 

 

Pero la barca no ve
el agua que nos rodea.
Eso sí: pone los cinco
sentidos en cada vuelta.
Los pone, pero no sabe
si nos trae o si nos lleva.

 

La brisa reparte olor
a recién mojada tierra.
Ha llovido. El sol de ahora
ni brilla ni me calienta.

 

Mi niño, que ya conoce
mi vocación marinera,
me alborota el alma con
nombres extraños; me enseña
cosas que él ve y yo no veo...

 

Valladolid, primavera
y mediodía. Los pájaros
me miran desde la yerba c
uando paso, con los remos
hundidos en mi tristeza.

 

                   Mayo, 1973

 

 

 SIN TON NI SON 

Hoy me duele el corazón
más que nunca; y rengo el alma
igual que un pájaro triste
con mucha sed y sin agua.

 

Hoy el aire me ha traído
luz de no sé qué mañana,
llanto de no sé qué tarde,
son de no sé qué palabra.

 

Hoy se están doliendo en mí
muchas espigas sin patria,
mucho sueño encadenado
y muchas caídas águilas.

 

Hoy, en mi verso, el dormido
pulso de no sé qué pampas.

 

... Y me duele el corazón
más que nunca; y tengo el alma
igual que un pájaro trisre
con mucha sed y sin agua.

 

 

 

EL MAPA

 

 

Aquí, donde señalo, estaba España.
En este hueco: aquí estaban los ríos,
los montes, los caminos y los pueblos
de mi patria. Aquí el sol, y la niebla;
la lluvia, a veces nieve... Y aquí mismo,
en este punto, aproximadamente,
mi sitio, entre mi gente, ilusionados
el árbol y el adobe, la callada
presencia de la ermita, el cementerio,
la era, la cigüeña, el sossegado
sonido de la fuente...

                               Hablo de España,
de España, sí, de España, de ese mágico
lugar, que para muchos de nosotros
fue cuna, fue canción, luz, asidero,
historia compartida, fe heredada.

 

Aquí mismo, mirad, en este hueco,
el extraño país del desencanto
que un día tuvo un nombre; aquel lejano
lugar de la alegría algunas veces,
cercado por el cielo y por la espuma:
España, una palabra que ahora suena
a nube inalcanzable, a lejanía.
Palabra de seis letras para un sueño.
Ah, cuánto desamor y cuánto olvido.

 

Os digo que aquí mismo, pongo el dedo
encima de la llaga y se estremece
mi piel y se me cuela la amargura
sangre adentro, hasta el alma.

                                           En este sitio,
mis padres, la abuela Angela, el amigo
madrugador, el niño aquél, la historia
más mía y más de todos.
Debajo de esta tierra, que ha perdido
el nombre. En este hueco.

 

¿De qué lugar ha de llegar el viento
que ponga en pie a los árboles, que traiga
la lluvia, estoy seguro, la esperanza?
¿De qué lugar la luz que nos devuelva
el nombre y el latido:
España y la costumbre de nombrarla?

 

Aquí, donde señalo.

 

                        (De «Lo presentido»)

 

 

 

                          TEXTO EM PORTUGUÊS
                    Tradução de Antonio Miranda

 

 

A BARCA DO LAGO

 

                Mas o lago não vê
a água que nos rodeia.
Isso sim: põe os cinco
sentidos em cada volta.
Põe, mas não sabe
se nos traz ou se nos leva.
 

 

        A brisa reparte odor
à recente terra molhada.
Choveu. O sol de agora
nem brilha nem de esquenta.

 

        Meu menino, que já conhece
minha vocação marinheira,
me alvoroça a alma com
nomes estranhos; me ensina
coisas que ele vê e eu não vejo...

 

        Valladolid, primavera
e meio-dia. Os pássaros
miram-me desde a erva
quando passo, com os remos
fincados em minha tristeza.
 

                                  Maio, 1973   

  

 

          SEM TOM NEM SOM

 

       Hoje me dói o coração
mais que nunca; e tenho a alma
igual que um pássaro triste
com muita sede e sem água.

 

        Hoje o ar me trouxe
luz de não sei que manhã,
pranto de não sei qual tarde,
som de não sei que palavra.

 

        Hoje estão doendo em mim
muitas espigas sem pátria,
muito sonho em cadeia
e muitas águias caídas.

 

        Hoje, em meu verso, o dormido
pulso de não sei quais pampas.

 

        ... E me dói o coração
mais do que nunca; e tenho a alma
igual que um pássaro triste
com muita sede e sem água.
                       

 

 

        O MAPA

Aqui, onde assinalo, estava Espanha.
Neste oco: aqui estavam os rios,
os montes, os caminhos e povoados
de minha pátria. Aqui o sol, e a névoa;
a chuva, às vezes neve... E aqui mesmo,
neste ponto, aproximadamente,
meu lugar, entre minha gente, excitados
a árvore e o adobe, a calada
presença da eremita, o cemitério,
a era, a cegonha, o sossegado
com da fonte...
Falo da Espanha,
da Espanha, sim, da Espanha, desse mágico

        lugar, que para muitos de nós
foi berço, foi canção, luz, apoio,
história compartilhada, fé herdada.

 

        Aqui mesmo, olhai, neste oco,

        o estranho país do desencanto
que um dia teve um nome; aquele distante
lugar da alegria alguma vezes,
cercado pelo céu e pela espuma:
Espanha, uma palavra que agora sonha
a nuvem inalcançável, a distância.
Palavra de seis letras para um sonho.
Ah, quanto desamor e quanto olvido.

 

        Vos digo que aqui mesmo, ponho o dedo
em cima da chaga e se estremece
minha pele e se me gruda a amargura
sangue adentro, até a alma.

 

                                               Neste lugar,
meus pais, a avó Ângela, o amigo
madrugador, o menino aquele, a história
mais minha e mais de todos.
Debaixo desta terra, que perdeu
seu nome.  Neste oco.

 

        De que luar haverá de chegar o vento
que ponha de pé as árvores, que traga
a chuva, estou seguro, a esperança?
De que lugar a luz que nos devolva
o nome e o pulsar:
Espanha e o costume de nomeá-la?

 

        Aqui, onde assinalo.

 

                                (De “Lo pressentido”)

 

               

 

 

 

Página publicada em janeiro de 2020

 


 

 

 
 
 
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