POESÍA ECUATORIANA CONTEMPORÁNEA / POESIA EQUATORIANA
Selección de Edwin Madrid
EFRAÍN JARA IDROVO
Poeta, ensayista y catedrático universitário nació en Cuenca en 1926.. En su obra destacan los libros de poesía: Carta en soledad inconsolable (1946), Tránsito en la ceniza (1947), Rostro de la ausencia. Cuenca, 1948; Dos poemas, Cuenca, 1973; Sollozo por Pedro Jara. Cuenca, 1978; El mundo de las evidencias. Cuenca, 1980; In memoriam. Cuenca, 1980; Alguien dispone de su muerte. Quito,1988; De lo superficial a lo profundo (1992), Los rostros de Eros. Cuenca, 1997 y El mundo de las evidencias, obra poética 1945-1998. Quito, 1998.
TEXTO EM ESPAÑOL / TEXTO EM PORTUGUÊS
INVOCACIÓN A LA VIDA
¡Ven a mí, agitación universal,
inmunda Vida amada!
¡Envuélveme en la velocidad de tus llameantes torbellinos,
quebrántame con terrores y relámpagos,
mis huesos pon a sonar
con el sonido demente del festín de las moscas,
ábreme en llaga y abandóname en un pozo de sal!
¡Amor, que los buitres perciban mi poderosa hedentina!
¡Que el perro muerto ola flor pisoteada
me pongan a llorar!
¡Qué en los barrancos calcinados de mis ojos se frustre
la frescura insidiosa de las semillas de las apariencias!
¡Que se agriete mi corazón
igual que los labios del sediento
y mi sexo despierte con un alarido,
como si un enorme cangrejo lo aprisionara entre sus pinzas!
Hiende los muros, ¡Amor,
puta Vida adorada!
Arrásalos con tu cola de planetas enloquecidos;
piedra a piedra demuele
las construcciones del conocimiento.
Dame la sabiduría del puñal,
que sólo cree en la sangre;
la seguridad de la serpiente,
que únicamente fía del veneno;
la libertad del viento que se persigue a sí mismo,
como el alucinado.
Rompe los candados de la locura
y entrégame sus cofres de mariposas aturdidas;
redímeme las gotas corrosivas del antes y el después,
de las esperas
y sus vientres ahítos de relojes congelados;
permite que las relaciones
entre la muerte y yo, sean, apenas,
las del hombre solitario que acaricia su gato.
Y, sobretodo, concédeme que nada me sea indiferente,
que cuanto se desnude en mi ojo
remonte al mundo con nitidez de lámpara o espada;
que todo deje un reguero de vísceras en la conciencia:
la agonía del escorpión dentro del círculo de fuego,
el paladar del prójimo
azotado por las espinas del hambre,
el pequeño fragmento de madera roído por el océano…
Porque si nada de esto
me tritura los testículos, Amor,
es porque hay sitios de mi alma que no conozco todavía…
SEXO
Esta salpicadora de relâmpago
o estertor de mucosas de la lava.
Esta sal que modela los corales
y se ensaña en los cascos de las naves.
Este siglo de pantera o niebla,
alertando las ascuas de la sangre.
Este cerco animal con pies de sombra,
pisoteando los astros y los pétalos.
Esta amapola en llamas, asomándose
entre las tristes grietas de la carne.
Este insidioso rastro de frescura,
tras el cual van las corzas al abismo.
Esta razón del júbilo; y, de pronto,
gravitación de la melancolia...
Esta respiración de tigre, enardeciendo
la marea de soles del instinto.
Este olor visceral: cera de abeja
o cardumen abrasándose en la playa.
Este otoño en las venas. Este párpado
feroz y tiernamente vigilante.
Este fuego tenaz que nos sostiene,
aunque seamos ya polvo esparcido.
(1947)
AMARGA CONDICIÓN
El mar está ahí.
El agua de por sí es evidente:
elástica y compacta,
se deja estar, indiferente, en su volumen.
El caballo está ahí.
¡Indeleble presencia!
Tiembla el bosque en sus ojos,
cuando huele a la yegua...
¿Qué sucede contigo?
Sólo menguas en vez de acrecentarte,
como un río,
cuyo caudal exiguo,
lo hará languidescer en las arenas.
Crees fijar la espléndica
diadema de los astros
y ya es otro quien se obstina en la imagen:
el que, sí es, no es el mismo,
el que al brillar se extingue
para recomenzarse.
(1965)
EPITAFIO
sumido en
la tierra
su seno
la tierra
sumado con
su sino
aqui luis veja boga en su luz vaga
consumido
consumado
con su /nido
con su nada
OPOSICIONES FONOLÓGICAS
posa
pesa
pisa
pasa
¡qué poco te exige la vida!
TEXTO EM PORTUGUÊS
Tradução de Antonio Miranda
INVOCAÇÃO À VIDA
Vem a mim, agitação universal,
imunda Vida amada!
Envolva-me na velocidade de teu turbilhão em chamas,
aquebranta-me como trovões e relâmpagos,
ponha meus ossos a ecoar
o som demente do festim das moscas,
abra-me em chaga e abandona-me num poço de sal!
Amor, que os abutres percebam minha poderosa fedentina!
Que o cão morto flor pisoteada
ponham-no a chorar!
Que nos barrancos calcinados de meus olhos se frustre
a frescura insidiosa das sementes das aparências!
Que rache meu coração
como os lábios do sedento
e meu sexo desperte com um alarido,
como se um enorme caranguejo o aprisionasse entre suas pinças!
Derrube os muros, Amor,
puta Vida adorada!
Arrasa-os com a cauda dos planetas enlouquecidos;
pedra a pedra desmorone
as construções do conhecimento.
Dá-me a sabedoria do punhal,
que apenas crê no sangue;
a confiança da serpente,
que fia apenas no veneno;
a liberdade do vento que persegue a si mesmo,
como o alucinado.
Rompa os cadeados da loucura
e entrega-me seus cofres de borboletas aturdidas;
redima-me as gotas corrosivas do antes e do depois,
das esperas
e seus ventres inchados de relógios congelados;
permita que as relações
entre a morte e eu, sejam, apenas,
as do homem solitário que acaricia seu gato.
E, sobretudo, conceda-me que nada me seja indiferente,
que quanto se desvende em meu olho
recorra ao mundo com nitidez de lâmpada ou espada;
que tudo deixe um rastro de vísceras na consciência:
a agonia do escorpião dentro do círculo de fogo,
o paladar do próximo
açoitado pelas espinhas da fome,
o pequeno fragmento de madeira ruído pelo oceano...
Porque si nada disso
me tritura os testículos, Amor,
é porque há setores de minha alma que ainda não conheço...
SEXO
Esta salpicadora de relâmpago
ou estertor de mucosas da lava.
Este sal que modela os corais
e enfurece nos cascos dos barcos.
Este século de pantera ou nevoa,
alertando as áscuas do sangue.
Este teimoso animal com pés de sombra,
pisoteando os astros e as pétalas.
Esta amapola em chamas, assomando
entre as tristes fendas da carne.
Este insidioso rastro de frescura,
detrás do qual vão as corças ao abismo.
Esta razão do júbilo; e, de repente,
gravitação da melancolia...
Esta respiração de tigre, excitando
a maré de sois do instinto.
Este odor visceral: cera de abelha
ou cardume abrasando-se na praia.
Este outono nas veias. Esta pálpebra
feroz e brandamente vigilante.
Este fogo tenaz que nos sustenta,
embora sejamos já um pó espalhado.
(1947)
CONDIÇÃO AMARGA
O mar aí está.
A água por si mesma é evidente:
elástica e compacta,
deixa-se estar, indiferente, em seu volume.
O cavalo aí está.
Presença indelével!
Treme o bosque em seus olhos,
quando cheira a égua...
Que acontece contigo?
Apenas mingua em vez de te ampliar,
como um rio,
cujo caudal exíguo,
o languidescerá nas areias.
Como fixar o esplêndido
diadema dos astros
e já é outro quem se obstina na imagem:
o que, se é, não é o mesmo,
o que al brilhar se extingue
para recomeçar...
EPITÁFIO
sumido
na terra
seu seio
a terra
somado com
sua sina
aqui luis veja voga em sua luz vaga
consumido
consumado
com seu /ninho
com seu nada
OPOSIÇÕES FONOLÓGICAS
pousa
pesa
pisa
passa
que pouco te exige a vida!
Página publicada em fevereiro de 2008. ampliada em maio de 2017 |