GREGORIO GUTIERREZ GONZALEZ
Gregorio Ignacio Gutiérrez González (La Ceja del Tambo, Provincia de Antioquia, 6 de mayo de 1832 - Medellín, 25 de julio de 1872) fue un poeta Colombiano. Nació en La Ceja del Tambo, providencia de Antioquia , el 9 de mayo de 1826 y falleció en Medellín por causa de una muerte silenciosa que acabo con su vida, el 6 de julio de 1872. Se graduó como abogado en el Colegio de San Bartolomé Mayor en 1857. Participó en tertulias literarias con las élites intelectuales de Bogotá y generó con algunos de sus miembros una importante correspondencia que hoy se encuentra en la biblioteca central de la Universidad de Antioquia. Sus poesías han sido traducidas a varios idiomas y son una expresión de absolutismo y de romanticismo. Su poema más reputado es Memoria científica sobre el cultivo del Maíz en Antioquia, publicado en 1860.
TEXTOS EN ESPAÑOL - TEXTOS EM PORTUGUÊS
POEMAS DE COLOMBIA. ANTOLOGÍA DE LA ACADEMIA COLOMBIANA. Prólogo y epílogo de Felix Restrepo S. J. Edición y notas biográficas de Carlos Lopez Narvaez. Medellin: Editorial Bedout, 1959. 623 p. 16x23 cm. capa dura Ex. bibl. Antonio Miranda
¿POR QUÉ NO CANTO?
¿Por qué no canto? ¿Has visto a la paloma
que, cuando assoma en el oriente el sol,
con tierno arrullo su canción levanta,
y alegre canta
la dulce aurora de su dulce amor?
¿Y no la has visto cuando el sol avança
y ardente lança rayos del cenit,
que, fatigada, tende silenciosa
ala amorosa
sobre s unido, y calla, y es feliz?
Todos cantamos en la edade primera
cuando hechicera inspíranos la edad,
y publicamo necios, indiscretos,
mutos secretos
que el corazón debiera sepultar.
Cuando al encuentro del placer salimos,
cuando sentimos el primer amor,
entusiasmados de placer cantamos
y evaporamos
nuestra dicha al compás de la canción.
Pero después... nuestro placer guardamos,
como ocultamos el mayor pesar;
porque es mejor em soledad el llanto,
¡y crece tanto
nuestra dicha en humilde oscuridad!
Solo en oscuro, retirado asilo,
puede tranquilo el corazón gozar;
sol e secreto sus favores presta,
siempre modesta,
la que el hombre llamó felicidad.
¿Conoces tú la flor de batatilla,
la flor sencilla, la modesta flor?
Así es la dicha que mi lábio nombra;
crece a la sombra,
mas se marchita con la luz del sol.
Debe cantar el que en su pecho siente
que brota ardiente su primer amor;
debe cantar el corazón que, herido,
llora afligido,
si ha de ser inomrtal su inspiración.
Porque la lira, en cuyo pie grabado
um nombre amado por nosotros fue,
debe a los cielos levantar sus notas,
o hacer que rotas
‘ todas sus cuerdas pra siempre estén.
Pero cantar cuando insegura y muerta
la voz incierta triste sonará...
pero cantar cuando jamás se eleva
y el aire lleva
perdida la canción... ¡triste es cantar!
¡Triste es cantar cuando se escucha al lado
de enamorado trovador la voz!
¡Triste es cantar cuando impotentes vemos
que no podemos
nuestras voces unir a su canción!
Mas tú debes cantar. Túcon tu acento
al sentimento más nobleza das;
tus versos puedes, fáciles y tiernos,
hacer eternos
tu nombre y tu laúd.. ¡Debes cantar!
¡anta, y arrulle tu canción sabrosa
mi silenciosa, humilde oscuridad!
Canta, que es solo a los aplausos dado
con eco prolongado
tu voz interrumpir... ¡Debes cantar!
Pero no puedes, como yo he podido,
en el olvido, sepultarte tú;
que sin cesar y por doquer resuena
y el aire llena
la dulce vibración de tu laúd.
No hay sombras para ti. Como el cocuyo,
el gênio tuyo ostenta su fanal;
y huyendo de la luz, la luz llevando,
Sigue alumbrando
las mismas sombras que buscando va.
TEXTOS EM PORTUGUÊS
Tradução: Antonio Miranda
POR QUE NÃO CANTO?
Por que não canto? Viu a pomba
que, quando aparece no oriente o sol,
com terno arrulho sua canção levanta,
e alegre canta
a doce aurora de seu doce amor?
Não viste quando o sol avança
e ardente lança raios a pino,
que, fatigada, solta silenciosa
asa amorosa
sobre seu ninho, e cala, e é feliz?
Todos cantamos na idade primeira
quanto feiticeira inspira-nos a idade,
e publicamos néscios, indiscretos,
segredos secretos
que o coração deveria sepultar.
Quando ao encontro do prazer saímos,
quando sentimos o primeiro amor,
entusiasmados de prazer cantamos,
e evaporamos
nossa felicidade ao compasso de uma canção.
Mas depois... nosso prazer guardamos,
como ocultamos o maior pesar;
porque é melhor em solidão chorar,
e cresce tanto
nossa felicidade em humilde escuridão.
Somente no escuro, retirado asilo,
pode tranquilo o coração gozar;
apenas em segredo seu favor presta,
sempre modesta,
a que o homem chamou felicidade.
Conheces tu a flor rasteira,
a flor simples, a modesta flor?
Assim a felicidade que meu lábio nomeia:
cresce e sombreia
mas ela murcha com a luz do sol.
Deve cantar o que em seu peito sente
que brota ardente seu primeiro amor;
deve cantar o coração ferido,
chora sentido,
se há de ser imortal sua inspiração.
Porque a lira, em cujo pé gravado
um nome amado por nós foi,
deve aos céus elevar suas notas,
ou fazer que rotas
todas as suas cordas para sempre estejam.
Mas cantar quando insegura e mota
a voz incerta triste soará...
mas cantar quando jamais se eleva
e o ar leva
perdida a canção... triste é cantar!
Triste é cantar quando se escuta ao lado
de apaixonado trovador a voz!
Triste é cantar quando impotentes vemos
que não podemos
nossa vozes unir à sua canção!
Mas tu deves cantar. Tu com teu acento
ao sentimento mais nobreza dás;
teus versos podem, fáceis e ternos,
tornar eternos
teu nome e teu alaúde... Deves cantar!
Canta, e arrulhe tua canção saborosa
minha silenciosa, humilde escuridão!
Canta, que é apenas aos aplausos dado
om eco prolongado
tua voz interromper... Deves cantar!
Mas não podes, como eu pude,
no olvido sepultar-te;
que sem cessar e ressoa por toda parte
e o ar comparte
a doce vibração de teu alaúde.
Não existem sombras para ti. Como o inseto,
o gênio teu ostenta seu farol;
e fugindo da luza, a luz levando,
segue alumiando
as mesmas sombras que buscando vai.
Página publicada em junho de 2016 |