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Sobre Antonio Miranda
 
 


 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 



AMILCAR OSORIO

[ AMILKAR U ]


(Santa Rosa de Cabal, Risaralda, Colombia, 1940-1985), hizo estudios en el seminario de Jericó y fue uno de los fundadores del Nadaísmo, junto a Gonzalo Arango, con el apodo de Amilkar U, de quien se distanció luego de haber sido uno de sus más efectivos lugartenientes, viajando a New York y San Francisco durante los años del hipismo. De regreso a Colombia trabajó en diversos oficios, siempre sobre los filos de la navaja, hasta cuando murió, aparentemente ahogado en un lago. Es autor de uno de los mas bellos libros de poemas colombianos: Vana Stanza (1984) y de un libro de cuentos El yacente de Mantegna (1987).

TEXTOS EN ESPAÑOL  TEXTOS EM PORTUGUÊS


STANZA

parece que ante fue un garaje a donde vinieran
los carros a dormitar, parece que antes fue una
floristería de flores venenosas y dispersas. Parece
que antes también fue una botica de cosméticos
o algo por el estilo.

pero, en realidad, fue la morada de algunos pétalos,
de palabras inciertas, regalos y amores indecisos
todos.

parece que ahora es algo así como un recuerdo,
como algo que se alquila o se venera.


CUERPO CELESTE


Con aplicación reverente
va fundando besos
por todo mi cuerpo:
aquí uno frio y rápido
como un Aldebarán apagado,
aquí uno más ardiente, Betelgeuse,
aquí un mordisco, aquí una luna,
aquí otro y otro aquí, asteroides,
aquí las Pléyades, y en el pecho
la vagante supernova,
una binaria azul en las caderas,
uno de cráteres abiertos en la boca,
cúmulos estelares en la frente,
hasta convertirme en la equivocada
constelación de la Medusa
fija en el firmamento de esta noche.


DEL LADO DE LOS SUEÑOS

esta noche, la noche ha pasado su buen rato
recorriendo las avenidas desoladas,
visitando el purulento río
que parte la ciudad como su tajo de podre:
incógnita e indiscreta ha subido
las turbias escaleras que conducen
a hoteles y residencias donde los pederastas
hacen el amor con los muchachos;
impúdica y con aire despreocupado
se ha ido por callejones de cuchillos,
por crudas luces que caen a las calles
como empujadas desde las cantinas
y los lupanares de gritos recedidos.

Esta noche, en tanto, yo me he ido yendo solo
por las encrucijadas del lado de los sueños,
alejado de los sobresaltos, por un mundo
muelle y quieto, cercano e impalpable,
por unos estanques de luz sin precedentes,
por unos giros desconocidos y vagos,
para caer, de súbito, al amanecer,
entre sus brazos de aurora boreal.


A. P. V.  y  J. J.

Llora sobre mi corazón la lluvia
de su canato de muchacho desolado.
Lloro contenido de duras gotas,
trizas de mica tibia sobre el desierto
de este pecho que agita sus dunas
alejando cada vez los oasis:
lágrimas que se hunden en la piel
buscando las cisternas de la ternura,
lagrimas que buscan la sangre
para convertirse en rosas fijas.
¡Llora sobre Rahoon!”, llora aunque sea sobre mí.


ÉTUDE IV

La palabra “garulla” —del demótico,
la entendía y pronunciaba
de manera muy precisa.
Sabía yo lo que significaba
pero no de la manera tan precisa
como él la sabía y solía musitarla.

Hoy, yo diría,
si no fue de manera
muy “garulla” (del demótico —preciso)
como se ha alejado
hacia las costas del Long Island Sound.


LA ALCOBA ESTREMECIDA

El muchacho al alba
sobre el lecho sentado
sus pies calza y deja
caer sobre las sábanas
aromas de su espliego,
antes de irse al colegio.

A quienes a muerte
han condenado les sucede,
y a los que perdieron
la guerra y a aquellos
después de recibir
en la mejilla el beso
de la despedida, se quedan
soñando en su lecho
con el muchacho
que al amanecer deja
la alcoba estremecida.


EL MUCHACHO DEL METROPOLITANO
—reproducción Romana


Una mano le queda,
a medio empuñar,
en la nalga izquierda.

Perdió la cabeza,
por algún pederasta,
en otros tiempos.

Los pies se le gastaron
viniendo al museo
—los muñones de mármol.

Los brazos, tal vez,
los agotó nadando
para venir a América,
o en un abrazo
despidiéndose.

El tronco curvado
a la manera curva
de los que saltan
o se ofrecen.
La parte del cuello
por donde la bajaron
vino y aire.

El pubis herido
en la parte
de los genitales
benevolentemente,
como para que no
reprodujera igualdades.


FORMINX

Entre su cuerpo y el mío
es una luna su muerte.


IV

En el cuenco de mis manos
ya no caben sus hombros.
Midón: “Calló el dueño,
calló el invitado,
calló el blanco crisantemo”.

Cerca de Perigord le comparé
a un “summer´s day” que se mutó
en esta tenebra: “Je suis le tenebreux,

le veuf, l´inconsolable”.
Un mausoleo le he levantado
en la memoria y que “juzguen
los dioses como se le ha amado”.


TORSO

El pedazo que queda
consiste en los tobillos,
el epigastrio, las caderas,
el bajo vientre.

Las nalgas y la espalda
están recostadas al muro.

No se sabe si es un despojo
de las guerras dorias
o un muchacho del gimnasio.

Pero muerto como vivo
es una mera estatua.

 

TEXTOS EM PORTUGUÊS
Tradução de Antonio Miranda

STANZA

parece que antes era uma garagem aonde vieram
os carros a dormir, parece que antes era uma
floricultura de flores venenosas e dispersas. parece
que antes também foi um boticário de cosméticos
ou algo pelo estilo.

mas, em verdade, foi a morada de algumas pétalas,
de palavras incertas, presentes e amores indecididos
todos.

parece que agora é algo assim como uma lembrança,
como algo que se aniquila ou se venera.


CORPO CELESTE


Com dedicação reverente
vai fundando beijos
por todo o meu corpo:
aqui um frio e rápido
como um Aldebarán apagado,
aqui um mais leve mas morno,
aqui um ardente, Betelgeuse,
aqui uma mordida, aqui uma lua,
aqui outro e outro aqui, asteróides,
aqui as Plêiades, e no peito
a vagante supernova,
uma binária azul nas cadeiras,
um de crateras abertas na boca,
cúmulos estelares na fronte,
até converter-me na equivocada
constelação da Medusa
fixa no firmamento desta noite.


DO LADO DOS SONHOS

Esta noite, a noite passou um bom tempo
percorrendo as avenidas desoladas,
visitando o purulento rio
que parte da cidade com seu talho podre:
incógnita e indiscreta subiu
as turvas escadas que conduzem
a hotéis e hospedagens onde os pederastas
fazem amor com os rapazes;
impudica e com ar despreocupado
foi-se por ruelas de facas,
por cruas luzes que caem nas ruas
como empurradas desde as cantinas
e os lupanares de gritos recedidos.

Esta noite, no entanto, eu fui indo sozinho
pelas encruzilhadas do lado dos sonhos,
distante dos sobressaltos, por um mundo
suave e quieto, próximo e impalpável,
por umas poças de luz sem precedentes,
por uns giros desconhecidos e vagos,
para cair, de repente, ao amanhecer
entre seus braços de aurora boreal.


A. P. V.  y  J. J.

Chora em meu coração a chuva
de seu canto de rapaz desolado.
Choro contido de duras gotas,
réstias de mica tíbia no deserto
deste peito que agita suas dunas
apartando cada vez os oásis;
lágrimas que penetram na pele
buscando as cisternas da ternura,
lágrimas que buscam o sangue
para converter-se em roas fixas.
“Chora sobre Rahoon!”, chora mesmo que seja sobre mim.


ÉTUDE IV

A palavra “garulla” —do demótico,
a entendia e pronunciava
de maneira bem precisa.
Sabia o que significava
mas não de maneira tão precisa
como ele a sabia e saía a  mussitá-la.

Hoje, eu diria,
se não foi de maneira
bem “garulla” (do demótico –preciso)
como se afastou
até a costa do Long Island Sound.


A ALCOVA ESTREMECIDA

O rapaz na aurora
sobre o leito sentado
calça os pés e deixa
cair sobre os lençóis
aromas de sua alfazema,
antes de ir-se ao colégio.

Aos que a morte
foram condenados lhes sucede,
e aos que perderam
a guerra e a aqueles
depois de receberem
um beijo na face,
de despedida, ficam
sonhando em seu leito
com o rapaz
que ao amanhecer deixa
a alcova estremecida.


O RAPAZ DO METRÔ
—reprodução Romana—


Resta-lhe a mão
a meio empunhar,
na nádega esquerda.

Perdeu a cabeça,
por algum pederasta,
em outros tempos.

Gastou seus pés
visitando o museu
—os tocos de mármore.

Os braços, talvez,
fatigou-os nadando
para vir à América,
ou em um abraço
de despedida.

O tronco recurvado
à maneira curva
dos que pulam
ou se oferecem.
Na parte do pescoço
por onde desceram
vinho e ar.

Púbis ferido
na parte
das genitálias
benevolamente,
como para que não
reproduzisse igualdades.


FORMINX

Entre seu corpo e o meu
é uma lua sua morte.


IV

Na concha de minhas mãos
já não cabem seus ombros.
Midôn: “Calou o dono
calou o convidado,
calor o branco crisântemo”.

Próximo de Perigord o comparei
com um “summer´s Day” que se transformou
nesta tênebra: “Je suis le tenebreux”,

le veuf, l´inconsolable”.
Em um mausoléu o erigi
na memória e que “julguem
os deuses tanto quanto o amei”.


TORSO

O pedaço que resta
consiste nos joelhos,
o epigástrio, as cadeiras,
o baixo ventre.

As nádegas e a espalda
estão encostados no muro.

Não se sabe se é um despojo
das guerras dórias
ou um rapaz do colégio.

Mas morto quanto vivo
é apenas uma estátua.

 

Página publicada em agosto de 2008



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