ALONSO MEJÍA
Poeta, narrador y fotógrafo nacido en Neiva (Caldas, Colombia), en 1943. Cursó estudios de lenguas romances y de literatura hispanoamericana en el Hunter Collage, en Nueva Cork. Fue coeditor de la revista de poesía en español Realidad Aparte, en Nueva York. Autor de Armadura del silencio, La tierra iluminada, El ciclo de las lunas, Eporimios, Semejanzas sin fin (poemarios inéditos).
TEXTOS EN ESPAÑOL / TEXTOS EM PORTUGUÊS
SIN TÍTULO
Allá arriba en la colina
vive un alma ensangrentada por ofensas.
¿Todos estos serán sus enemigos?
¡Pero si están por todas partes!
¿Serán tantos los que acecha y le acechan
en este juego escalofriante que es la vida?
Su destino, como el mío, es el puñal de un ciego loco
que va abriendo heridas a diestra y siniestra.
Se mueve entre ojos que remolinean,
se miran, se engañan y se entienden
como fieras encantadas por la sangre.
La vida es un eco clamoroso de la muerte:
Por eso no ha podido ser mortal ni inmortal.
Sólo cuenta con la seguridad
de la mariposa alfilerada contra el muro.
Héroes mudos o bulliciosos se parten en pedazos,
caen,
y se enjugan el sudor, arrogantes o humillados.
Continúa la batalla
de los desperdigados de la Historia.
EQUILIBRIO
Ni me agobian ni me acechan
los esplendores y la ironías
de la realidad, o de las cosas
fertilizadas por la realidad.
El equilibrio es absoluto y encanta:
mientras persigo el vacío
con serena ansiedad
solo un relámpago basta
para iluminar el mundo.
SILENCIO
Me quedo con el silencio
el vibrante y sonoro
silencio de voces lejanas
perturbador y provocativo
que nos acecha y nos llama
y le devuelve a los dioses
estos páramos inhóspitos
estas ciudades que caminan
felices entre muertos donde
un árbol al tocarlo estalla
y el aire vive lleno de
ruidos e improperios.
CABALLO
En un espacio que colmó la noche
apareció como si fuera todo
lo que el mundo tenía que ofrecer.
En su pecho llameante
prisionero del éxtasis
donde todo es posible
la manifestación fortuita
y diría que gratuita del placer
de la llanura. Nada previsto
todo se ha modificado.
Y aunque la conmoción es espontánea
los puntos de apoyo son seguros
y ahora la mirada retrocede
al espeso paisaje sombrío
donde la superficie
que lo contiene a medias
se desvanece en la penumbra.
La disolución ya se intuía.
La realidad quiso paralizarse
mientras más acá en el tiempo
impreciso de las sombras
escapaba galopante
el caballo de mi sueño.
TEXTOS EM PORTUGUÊS
Tradução de Antonio Miranda
SEM TÍTULO
Lá encima da colina
vive uma alma ensangüentada por ofensas.
Todos estes serão seus inimigos?
Se estão em toda parte!
Serão tantos os que espreita e o espreitam
neste jogo escalafriante que é a vida?
Seu destino, como o meu, é o punhal de um cego louco
que abrindo feridas a destra e sinistra.
Se move entre olhos em remoinho,
se miram, se enganam e se entendem
como feras encantadas pelo sangue.
A vida é um eco clamoroso da morte:
Por isso não foi possível ser mortal nem imortal.
Só conta com a segurança
da borboleta alfinetada contra o muro.
Heróis mudos ou barulhentos se despedaçam,
caem,
e enxugam o suor, arrogantes ou humilhados.
Continua a batalha
dos desgarrados da Historia.
EQUILÍBRIO
Não me abatem nem espreitam
os esplendores e as ironias
da realidade, ou das coisas
fertilizadas pela realidade.
O equilíbrio é absoluto e encanta:
enquanto persigo o vazio
como serena ansiedade
apenas um relâmpago basta
para iluminar o universo.
SILENCIO
Fico com o silêncio
o vibrante e sonoro
silêncio de vozes distantes
perturbador e provocativo
que nos vigia e nos chama
e devolve aos deuses
estes páramos inóspitos
estas cidades que caminham
felices entre mortos onde
uma árvore ao tocá-la estala
e o ar vive pleno de
ruídos e impropérios.
CAVALO
Em um espaço em que a noite culminou
apareceu como se fosse tudo
o que mundo tinha a oferecer.
Em seu peito em chamas
—prisioneiro do êxtase—
onde tudo é possível
a manifestação fortuita
e diria que gratuita do prazer
da planície. Nada imprevisto
tudo foi modificado.
Mesmo sendo a comoção espontânea
os pontos de apoio são seguros
e agora a mirada retrocede
a espessa paisagem sombria
onde a superfície
que o contém pela metade
se desvanece na penumbra.
A dissolução já se intuía.
A realidade quis estancar-se
enquanto por aqui no tempo
impreciso das sombras
escapava galopante
o cavalo de meu sonho.
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