RODRIGO VERDUGO
Rodrigo Verdugo Pizarro: Santiago de Chile, 9 de enero de 1977.
Se inicio en el taller de poesía "Isla Negra", dirigido por el poeta Edmundo Herrera, desde 1992 a 1996 en la SECH. Coeditor y articulista de la revista Derrame. Coeditor de la Revista Labios Menores. Subdirector de la revista Rayentru. Miembro de la Sociedad Internacional de escritores (SIE) y Miembro de la World Poets Society (WPS).), Revista LSD (Uruguay), Revista Paradoja (EEUU).
Ha sido incluido en las siguientes antologías: Escritores del mundo II de Alejandra Zarhi, Ed Rumbos 1995, Primer Concurso de poesía y narrativa “Andrés Bello” DAE, Universidad Andrés Bello, 2002. Sitio público, Mago Editores, 2005, Desde mi ventana: soledad y vértigo, Ed Ábaco, 2006 (España), Antología internacional de poesía amorosa, compilación de Santiago Risso, Ed Alejo, 2006 (Perú), Antología de poesía digital “Una voz en el abismo” , compilación de Paolo Astorga (Perú), 3 antologías de poesia Rayentru, Ed Leutun, 2008.
En 2002 publica su primer libro “Nudos Velados” Ed Derrame.
TEXTO EN ESPAÑOL / TEXTO EM PORTUGUÊS
PRIMER ANUNCIO
Nos descarna la noche y se nos pegan todos los vuelos
Las manos han quedado abiertas
Para demostrar que los vientos han errado
Oyes esa harapienta vibración, si es la nuestra y es mejor ignorarla
Somos borrosos para los dioses tanto como ellos lo son para nosotros
Vamos vestidos con agujas quemadas, agotamos el primer ojo
Para que guardar memoria,
Si solo hay viento y agua operando en el brote de los seres inviolables
Las memorias alzaron la luz como limite primitivo
Habrá veces en que nos echen fuego o niebla encima
Para distinguirnos
De eso que hubo entre el cielo y la copa del derrumbe.
Nadie ha descubierto nuestra cofradía,
Porque hablamos un idioma en clave
Entre la bruma accidentada y los lechos mancos
Llevamos atada a la espalda la quimera investida de cera.
Esta mañana se levanto el polvo,
Atisbo esa continuidad que se asoma al día
Un tiempo accesible del que se sale con pies de silbidos hacía las casas
Para entrar y salir de ellas, golpear las puertas mientras abren
Y no es nadie
Mientras vuelven a golpear y de nuevo abren y de nuevo no es nadie
Pero alguien hace cálculos, sumas y restas con esos golpes y comprueba
Que el mensajero fue cubierto
Por constelaciones marinas y anillos venenosos
Y llama a las líneas a advertir
Que las manos del cielo se basan en las retenciones.
Él con nosotros hace una sola cadena, esa sola cadena que hacemos
Con los ángeles que crecen hacia abajo en retribución a la madera
Con las animas genitales que marcan con oxido de zinc sus territorios
En los muros de las cavernas, ahora son distintos los umbrales,
Como el agua que se desengaña
Un renegado magnetismo nos enmascara,
Bañamos las armas en el leproso centelleo
El espacio que ocupamos dentro de la noche se vuelve niebla
Niebla que codicia la fragmentación del cuerpo.
Es mejor ignorar que nuestras raíces
Se abandonaron a cielos equivocados
Que al nacer interrumpimos a esas serpientes
Que son las herramientas de la tempestad
Es mejor no guardar memoria, todos vivieron bajo una lámpara culpable
Lo sumergible del mar primero fue hecho en el cielo
Miramos hacia atrás y vemos al fulgor derribar una hilera de días
Es otra la mirada como la del hombre que se mira fijamente en la mujer
Y descubre que ha convivido con el relámpago
Que encamina a la sangre hacia un camino invisible
Con la clave que castiga las piedras, para que la luz se quede a solas con la muerte.
Descubre que ha agitado pájaros y espejos para que el infierno envejezca
Descubre que ha dejado cubierto de brisas el árbol sexual que releva a la muerte
Descubre que dos temblores se quedaron para siempre frente a frente.
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TEXTO EM PORTUGUÊS
Tradução de Antonio Miranda
PRIMEIRO ANÚNCIO
A noite nos descarna e nos apanham todos os vôos
As mãos ficaram abertas
Para demonstrar que os ventos se enganaram
Ouves essa vibração esfarrapada, se for a nossa é melhor ignorá-la
Somos turvos para os deuses tanto quanto eles o são para nós
Vamos vestidos com agulhas queimadas, esgotamos o primeiro olho
Para que guarda lembranças,
Se apenas há vento e água operando no cerne dos seres invioláveis
As memórias alçaram a luz como limite primitivo
Haverá ocasiões em que nos lancem fogo ou névoa encima
Para diferenciar-nos
Disso que houve entre o céu e a copa do desmoronamento.
Ninguém descobriu nossa confraria,
Porque falamos um idioma em código
Entre a bruma acidentada e os leitos mancos
Levamos atada às costas a quimera investida de cera.
Esta manhã levantou-se o pó,
Observo esta continuidade que surge com o dia
Um tempo acessível de que se sai com pés de assovios na direção das casas
Para entrar e sair delas, bater nas portas enquanto abrem
Mas não é ninguém
Enquanto voltam a golpear e de novo abrem e de novo não há ninguém
Mas alguém faz cálculos, somas e subtrações com esses golpes e comprova
Que o mensageiro ficou coberto
Por constelações marinhas e anéis venenosos
E chamas as linhas para advertir
Que as mãos do céu se baseiam nas retenções.
Conosco ele faz uma única corrente, essa corrente única que fazemos
Com os anjos que crescem para baixo em retribuição à madeira
Com as almas genitais que marcam com óxido de zinco seus territórios
Nos muros das cavernas, agora são diferentes os umbrais,
Como a água que se desengana
Um renegado magnetismo nos disfarça,
Banhamos as armas no faiscar leproso
O espaço que ocupamos dentro da noite se torna névoa
Névoa que cobiça a fragmentação do corpo.
É melhor ignorar que nossas raízes
Se lançaram a céus equivocados
Que ao nascer interrompemos essas serpentes
Que são as ferramentas da tempestade
É melhor não conservar a memória, todos viveram sob uma
lâmpada culpável
O submergível do mar primeiro foi gerado no céu
Olhamos para trás e vemos o fulgor derrubar uma fileira de dias
É outra a mirada como a do homem que se mira fixamente na mulher
E descobre que conviveu com o relâmpago
Que orienta o sangue para um caminho invisível
Com a chave que castiga as pedras, para que a luz fique sozinha
com a morte.
Descobre que alvoroçou pássaros e espelhos para que o inferno envelheça
Descobre que deixou encoberto de brisas a árvore sexual que
releva a morte
descobre que dois tremores ficaram para sempre frente a frente.
Página publicada em agosto de 2008
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