“Vivir es estar en infracción.
A una ley o a otra ley.
No hay más alternativas:
no infringir nada es estar
muerto”
“una poesía más ceñida donde cada elemento estuviera con algo insustituible... Una poesía que no se limitara a cultivar lo atmosférico o las reacciones sentimentales, sino que tuviera, osara tener, la posibilidad de reunir de una vez todo lo que ha sido tan falsamente dividido : el pensar y la emoción.”
A MUERTE EM POESÍA VERTICAL
Extraído de ALFORJA – VISTA DE POESIA – XXII, Otoño, 2002. p. 46-49
2
Nos moriremos todos,
todos cuantos nos hemos mirado, de frente o de reojo,
tocado o conversado u olvidado.
Nos moriremos uno a uno, francamente,
de este gran imposible que es la muerte.
También se morirá el colar negro de mi perro,
el calor blanco de tu voz,
el color hueco de este día.
Y mientras tanto
haremos una cosa u otra,
ya no tan francamente,
¿pero qué importa lo que haremos?
Tal vez diera lo mismo
que mi perro tuviera el colar blanco,
que tu voz fuera negra
o que este día nos tiñese de dios.
O tal vez no dé lo mismo
y ahí recién empiece la cuestión.
6
La mirada es un hermoso pretexto del ojo
y la muerte también es un pretexto,
aunque no tan hermoso.
Las espinas nos sostienen la sangre
y hay un nuevo sexo de gente
que ha descubierto a Dios.
A las miradas podemos borrarlas
y a la muerte enterrada,
aunque esté llenando el mundo
como un gran humo en flor.
Podemos clavarnos todas las espinas
y hasta dibujar perfectamente a Dios.
Pero no podemos juntar el ojo con la muerte,
ni la espina con Dios.
10
Mientras haces cualquier cosa,
alguien está muriendo.
Mientras te lustran los zapatos,
mientras odias,
mientras le escribes una carta prolija
a tu amor único o no único.
Y aunque pudieras llegar a no hacer nada,
alguien estaría muriendo,
tratando en vano de juntar todos los rincones,
tratando en vano de no mirar fijo a la pared.
Y aunque te estuvieras muriendo,
alguien más estaría muriendo,
a pesar de tu legítimo deseo
de morir un minuto con exclusividad.
Por eso, si te preguntan por el mundo,
responde simplemente: alguien está muriendo.
11
No. Hoy no quiero hablar de la muerte.
Quiero sencillamente decir algo
de un camino por debajo del agua,
de un ciego cuya ceguera crece
y de una mano callosa
en mi mano extrañamente desnuda.
Quiero mirar los ojos de los peces
y el lugar de tu sueño,
cuando la muerte coleccione encuentros.
Ella juega al escondite con el hombre
y hoy yo quiero jugar a abrir la puerta.
13
EI hombre pierde la vida y otras cosas,
se ensucia con cualquier crecimiento,
no aprenderá nunca a vestirse
y es un inexplicable ensayo de la muerte.
Sin embargo,
busca una forma higiénica de morirse,
mientras da saltitos variables por las calles
y desocupa más sitio que el que ocupa.
Se desayuna moralmente
y dobla saludos y se los mete en el bolsillo.
Pero hay un saludo que no puede doblar,
un saludo que en el bolsillo no cabe.
Y lo pierde, eso sí que lo pierde,
más que la vida y otras cosas,
por ejemplo, el cumpleaños de su muerte.
[De Segunda poesía vertical]
11
Cada uno se va como puede,
unos con el pecho entreabierto,
otros con una sola mano,
unos con la cédula de identidad en el bolsillo,
otros con el alma,
unos con la Luna atornillada en la sangre
y otros sin sangre, ni Luna, ni recuerdos.
Cada uno se va aunque no pueda,
uno con el amor entre dientes,
otros cambiándose la piel,
unos con la vida y la muerte,
otros con la muerte y la vida,
unos con la mano en su hombro
y otros en el hombro de otro.
Cada uno se va porque se va,
unos con alguien trasnochado entre las cejas,
otros sin haberse cruzado con nadie,
unos por la puerta que da o parece dar sobre el camino,
otros por una puerta dibujada en la pared o
tal vez en el aire
unos sin haber empezado a vivir
y otros sin haber terminado de vivir.
Pero todos se van con los pies atados,
unos por el camino que hicieron,
otros por el que no hicieron
y todos por el que nunca harán
JUARROZ, Roberto. Undécima poesia vertical. Valencia, España: Pré-Textos, 2002. 202 p. 13x19 cm. ISBN 84-85081-96-X. “ Roberto Juarroz “ Ex. bibl. Antonio Miranda
9
Aunque el ejercicio comience
con la ausencia que hay en cada uno.
El último paso,
la perfección del diálogo,
consiste en convertirse uno mismo en ausencia.
El diálogo con el hombre tiene un límite,
un muro anonadante.
A veces sobreviene el silencio
o también la locura o la muerte.
Pero otras veces es allí donde se inicia
el diálogo con la ausencia,
ese interlocutor que no responde como el otro.
Sin embargo, también la ausencia responde.
Su lenguaje revela otro código,
transversal y traspuesto,
no atado a los circuitos inmediatos,
ni tampoco al recuerdo más o menos sellado
o a las figuraciones o alusiones de estos signos.
El diálogo con la ausência
es el único diálogo
que va más allá de uno mismo.
9
O diálogo com homem tem um limite,
um muro estonteante;
às vezes sobrevém o silêncio
ou também a loucura ou a morte.
Mas outras vezes é ali aonde se inicia
o diálogo com a ausência,
esse interlocutor que não responde como o outro.
No entanto, também a ausência responde.
Sua linguagem revela outro código,
transversal e transplantado,
desatado dos circuitos imediatos,
muito menos a lembrança mais ou menos selada
ou as figurações ou alusões destes signos.
O diálogo com a ausência
é o único diálogo
que vai além de mim mesmo.
O último passo,
a perfeição do diálogo,
consiste em nos transformarmos em ausência.
19
Un texto no puede distraerme de otro texto
porque ninguno me distrae de un tercero,
que llevo en alguna parte
como un tatuaje que me funda.
A través de ese texto,
que sin embargo no está terminado,
leo todos los otros.
O tal vez es ese texto el que los lee.
Y no importa que nunca se complete.
Los textos terminados no nos sirven.
Tan sólo reconocemos lo incompleto.
Si mi texto alguna vez se completase,
ya no leería ningún otro.
Y entonces quizá sí me distrajera:
no leería ni siquiera mi texto.
19
Um texto não pode distrair-me de outro texto,
porque nenhum me distrai de um terceiro,
que levo a algum lugar
como tatuagem que me funda.
Através desse texto,
que no entanto não está concluído,
leio todos os outros.
Ou talvez seja o texto que os lê.
E não importa se nunca se complete.
Os textos concluídos não servem.
Apenas reconhecemos o incompleto.
Se meu texto algum vez se completasse,
não leria mais nenhum outro.
E então talvez me distraísse:
não leria nem mesmo meu texto.
27
Al concluir mi monólogo,
comencé por dialogar con las cosas,
quebrando el malentendido de silencio
que nos impide compartir el mismo sueño.
Empecé a conversar con la piedra,
con los tatuajes de la lluvia,
con un vaso rasgado por la noche.
Pasé luego a dialogar
con la atención sin falla de los árboles,
las respuestas sin pregunta de la rosa,
la inminencia que aguarda en el animal.
Y llegué así al diálogo brumoso
del hombre con el hombre,
ese torneo del exilio,
esta fábula tantas veces contada.
Y después de conversar con lo invisible
y sus bordes borrados,
me encontré con el diálogo que soy,
el diálogo que reemplazó al monólogo
y desde el cual comprendo
que sólo existen diálogos de diálogos,
que hasta la muerte y dios son diálogos,
diálogos que se mezclan con otros.
La soledad no existe.
Hay sólo grados de sordera,
como no oír ni aún el propio diálogo.
27
Ao concluir meu monólogo,
comecei dialogando com as coisas,
quebrando o mal entendido do silêncio
que nos impede compartilhar o próprio sonho.
Comecei conversando com a pedra,
com as tatuagens da chuva,
com um copo roto pela noite.
depois passei a dialogar
com a atenção infalível das árvores,
as respostas sem pergunta da rosa,
a iminência aguardada pelo animal.
E assim cheguei ao diálogo brumoso
do homem com o homem,
esse combate do exílio,
esta fábula tantas vezes contada.
E depois de conversar com o invisível
e suas margens apagadas,
encontrei-me com diálogo que sou,
o diálogo que substitui o monólogo
de onde compreendo
que apenas existem diálogos de diálogos,
diálogos que se mesclam com outros.
A solidão não existe.
Existem apenas graus de surdez,
como não ou ir nem mesmo o próprio diálogo.
28
Una palabra está allí.
El miedo está detrás de la palabra.
El gesto está adelante.
Y alrededor está el silencio,
como un ropaje demasiado ajustado.
Nada ni nadie se adelanta.
Algunas sombras rondan cerca.
Algo parecido a una llovizna
inventa un mínimo roce,
un roce sin necesidad de copartícipe,
porque el espacio es roce.
Nada ni nadie se adelanta.
Pero surge de pronto
algo más reticente que el silencio,
menos compacto que una sombra:
surge de pronto otra palabra,
que se enlaza con la primera
y juntas inauguran un roce diferente,
otra forma del espacio.
Y por allí se marchan ambas
olvidadas de todo,
salvo quizá del seno o paraíso
anterior del lenguaje.
28
Uma palavra está ali.
O medo atrás da palavra.
O gesto adiante.
E arredor está o silêncio,
com a roupa justa demais.
Nada nem ninguém se adianta.
Algumas sombras rondam por perto.
Algo semelhante a um chuvisco
inventa um mínimo roce,
um roce sem precisar de coparticipante.
porque o espaço é roce.
Nada nem ninguém se adianta.
Mas surge de repente
algo mais reticente que o silêncio,
menos compacto que uma sombra:
surge de repente outra palavra,
que enrosca com a primeira
e juntas inauguram um roce diferente,
outra forma de espaço.
E por ali ambas seguem
esquecidas de tudo,
exceto talvez do seio ou paraíso
anterior à linguagem
29
Los saltos de la memoria
corrigen la memoria
y también el olvido.
A veces adentro,
a veces afuera,
pero siempre diseñando otro ámbito.
Los saltos de la memoria
recuperan los atrasos de ser,
pero además los adelantos.
Las rosas regresan al rosal,
pero aprenden también
a florecer sin el rosal.
Todo puede volverse un tallo.
29
Os saltos da memória
corrigem a memória
e também o esquecimento.
Às vezes por dentro,
às vezes por fora,
mas sempre projetando outro âmbito.
Os saltos da memória
recuperam os atrasos do ser,
mas também o adiantamento.
As rias regressam à roseira,
mas aprendem também
a florescer sem a roseira.
Tudo pode converter-se em talo.
Roberto Juarroz, 1993. Fotografia de Daniel Mordzinski.
A MORTE EM POESIA VERTICAL
Extraído de ALFORJA – VISTA DE POESIA – XXII, Otoño, 2002. p. 46-49
2
Morreremos todos,
todos quantos nos olhamos, de frente ou de soslaio,
tocado ou conversado ou esquecido.
Morreremos um a um, francamente,
deste grande impossível que é a morte.
Também morrerá a coar negra de meu cão,
a cor branca de sua voz,
a cor oca deste dia.
Enquanto isso
faremos uma coisa ou outra,
já não tão francamente,
—e que importa o que faremos?
Daria no mesmo
se meu cão fosse de cor branca,
que tua voz fosse negra
ou que este dia nos tingisse de deus.
Ou talvez não seja o mesmo
e aí é quando começa a questão.
6
A mirada é um belo pretexto do olho
e a morte também é um pretexto,
mesmo se não tão belo.
Os espinhos não sustentam o sangue
e há um novo sexo de gente
que encontrou a Deus.
Podemos apagar as miradas
e a morte enterrar,
mesmo que esteja cobrindo o mundo
com um grande vapor em flor.
Podemos cravar-nos todos os espinhos
e até desenhar Deus perfeitamente.
Mas não podemos juntar o olho com a morte,
nem o espinho com Deus.
10
Enquanto fazes alguma coisa,
alguém está morrendo
Enquanto engraxas os sapatos,
enquanto odeias,
enquanto escreves uma carta prolixa
ao teu amor único (ou não).
E mesmo que não faças coisa alguma,
alguém estará morrendo,
tratando em vão de unir todos os lugares,
tratando em vão de não fitar a parede.
E mesmo que estivesses morrendo,
alguém mais estaria morrendo,
apesar de seu legítimo desejo
de morrer um minuto com exclusividade.
Então, se te perguntam pelo mundo,
responda simplesmente: alguém está morrendo.
11
Não. Hoje não quero falar da morte.
Quero simplesmente dizer algo
de um caminho debaixo d’ água,
de um cego cuja cegueira cresce
e de uma mão calosa
em minha mão estranhamente nua.
Quero mirar os olhos dos peixes
e o lugar de teu sonho
quando a morte colecionar encontros.
Ela brinca de esconder com o homem
e hoje eu quero brincar de abrir a porta.
(De Poesia vertical.)
13
O homem perde a vida e outras coisas,
se macula com qualquer conhecimento,
não aprenderá nunca a vestir-se
y é um inexplicável ensaio da morte.
No entanto,
Busca uma forma higiênica de morrer,
enquanto dá pulinhos variados pelas ruas
e desocupa mais lugar do que ocupa.
Desjejua moralmente
e dobra saudações e os guarda no bolso.
Mas há uma saudação que não consegue dobrar,
Uma saudação que não cabe no bolso.
E o perde, esse sim que o perde,
Mais que a vida e outras coisas,
por exemplo, o aniversário de sua morte.
11
Cada um vai como pode,
uns com peito entreaberto,
outros com uma só mão,
uns com a carteira de identidade no bolso,
outros com a alma,
uns com a Lua cravada no sangue
e outros sem sangue, nem Lua, nem lembranças.
Cada um vai mesmo que não possa,
um com o amor entre dentes,
outros trocando a pele,
uns com a vida e a morte,
uns com a mão em seu ombro
e outros no ombro de outro.
Cada um vai porque vai,
uns com alguém insone entre as sobrancelhas,
outros sem haver cruzado com ninguém,
uns com a porta desenhada na parede ou mesmo no ar
uns sem ter começado a viver
e outros sem ter terminado de viver.
Mas todos vão com os pés juntos,
uns pelo caminho que traçaram,
e todos pelo que nunca farão.
(De Segunda Poesia vertical.)
“De entrada , Juaroz concentra su creación poética en la reflexión sobre los eventos no visibles pero sólo posibles de imaginar a través de la “red de mirada” que nos define el mundo, de crear por medio del pensamento. Esa detención en lo no visible pero sí imaginable — desde su condición de poeta vertical — es una puesta en duda de las tradicionales formas racionales (horizontales), impuestas y assumidas como universales.
En su forma poética, presenta afirmaciones en las primeras líneas, las cuales pueden ser revaluadas o simplesmente, colgadas en otro escenario posible de pensarse, de ser, en los versos finales. Siempre espera algo más que la visión dicotómica, de opuestos, que usualmente es la aceptada como constructor de la existência. Para el poeta, siempre hay un “fondo de las cosas” — un espacio más allá del limite que nosotros concebimos, pero que puede ser una continuación de éste, o éste y su sombra — que es la suma de todos los eventos. Eventos que pueden se realidades o apenas posibilidades que se trascienden a sí mismas en su aparente distancia, precisamente porque no buscan trascendencia.”