GREGORIO DE MATOS: un poeta rebelde y maldito del SETECIENTOS brasileño
por WASHINGTON BENAVIDES
Extraído de
BENAVIDES, Washington.
POESÍA Y TRANSCREACIÓN
Abordajes a la literatura brasileña.
Montevideo: Ediciones Biblioteca Nacional, 2007. 82 p.
ISBN978-9974-550-30-8
1
Comienza la aventura del vivir
Hijo de la clase dominante, nacido en Bahía, pero educado en
Coimbra, juez de Derecho en Portugal hasta los 43 años; renombrado
como jurista y poeta culto; nada indicaba el giro insólito que tendría su
vida. Como una especie de antelación de Gaughin, bancario y "pintor
de domingos", tirando todo por la borda — incluida la família — para
lanzarse a la aventura de pintar freneticamente, vagabundo por europeas
landas y archipiélagos maoríes del ensueño y el sexo.
Gregorio de Matos, también parece escuchar una sirena oculta,
(una sirena o muchas - convengamos-negras) y abandona la carrera
profesional brillante, família, seguridad y el respeto (también
convengamos aquí que el respeto de una sociedad hipócrita y
enmascarada) para caer cono dijo un crítico: "en el mundo de la farra,
la joda y el juego". Fascinado por las negritas que bailan el paturí (un
baile muy sensual), recorriendo los ingenios de caña del Recóncavo
Minuano, donde corre generoso el aguardiente que junta los festejos de
casas grandes y senzalas, conventos y prostíbulos. Con una visión
demoledora (y temida) de la sociedad que lo cerca,y que luego lo
denominará: "O Boca do Inferno".
2
Algo sobre polémicas literarias
Alguno podría asombrarse del tono y hasta de la ferocidad con
que Gregorio de Matos ataca personas, encumbradas o prostibularias,
sociedades religiosas o mundanas, colegas, ciudades, costumbres,
portugueses, bárdanos, negros, mulatos o indios. No solamente debemos
pensar en un temperamento indócil, picaresco y rebelde; también son
características del mundo barroco, tanto en España como en Portugal y
Brasil. Quienes han profundizado en estas controversias reconocen que
en el mundo del Medioevo, juglares, trovadores, intercambiaban
diatribas. Y ni que decir entre trovadores rivales, ya sea por una dama o
por servicios al señor que los amparaba.
Pero en el siglo XVII, Lope, Cervantes, Góngora, Quevedo, Ruiz
de Alarcón y otros menores, agotaban su ingenio (cosa difícil si pensamos
en los nombres propuestos) difamando y atacándose con ejemplos como
estos: Lope de Vega se declaró enemigo de Cervantes y escribe en "La
Dama Boba": "Temo, y en razón lo fundo// si en eso da, que ha de
haber/ un Don Quijote mujer/ que de que reir al mundo..." A su vez
Lope es agredido por Góngora: "Patos del aguachirle castellana/ de cuyo
rudo origen fácil riega,/ y tal vez dulce inunda vuestra vega,/ con razón
vega por lo siempre llana...". Lope, a su vez, se burla del culteranismo y
la sintaxis gongorina en "El capellán de la Virgen": "Inés, tus bellos ya
me matan, ojos,/ y al alma roban pensamientos, mía./desde aquel triste,
que te vieron, día,/ no tan crueles, por tu causa, enojos.". Góngora no se
queda atrás en esta graciosa quintilla: "Dícenme que hace Lopico/ contra
mí versos adversos;/ pero si yo versifico,/ con el pico de mis versos// a
este Lopico lo pico". Los versos satíricos y/o escatológicos que
intercambiaron Quevedo y Góngora, podrían servir para ilustrar un
tratado sobre el escarnio. Por supuesto que el ingenio sobrevive, pero el
rencor agrava la controversia.
Ni que agregar que lo que subrayamos en los grandes españoles,
también ocurre en nuestro Gregorio de Matos. Ha habido voces críticas
ante estas polémicas desmedidas. Olvidan que son hombres quienes
escriben esos versos. Geniales sí, pero humanos. Y aquí se nos aparece
la definición del hombre, en otro gran poeta, éste del Siglo XX, cuando
escribe en su poema "Epitafio": "fui lo que fui: una mezcla/ de vinagre
y de aceite de comer/¡Un embutido de ángel y de bestia!" Y estamos
citando nada menos que a Nicanor Parra.
3
Volvemos al poeta bahiano
La extensa producción de Gregorio de Matos, reúne textos amatorios y espirituales, pero en once años de su "espantosa" vida (entre 1683 y 1694) produce toda una serie poemática satírico-erótica de tal magnitud, que, los críticos del siglo XX, han vuelto sus ojos y su atención sobre ellos. Descubriendo en esa línea del poeta Bahiano, un émulo del más agresivo Quevedo, que mira, sin piedad, su entorno y ferozmente ataca a todo lo que despreda o niega, sea quien sea el enemigo. Como una espléndida lente deformante, la visión de Gregorio ajusta cuenta con sus enemigos, pero también y trocándola en festiva caricatura, sus allegados y amigos le sirven como modelos para ejercitar su pluma acerada. Para ello recurre a una poesía magistral, con asombrosas rimas, donde el vocabulario indígena o negro, sorprende y fascina, con sonoridades incalculables; con una sabiduría rítmica que -ojalá- nuestras tímidas transcreaciones no desmientan.
Necesitaríamos muchas páginas para dar una imagen certera de
este hombre singular: clérigo que abandona sus hábitos porque no puede
engañar a Dios, ni quiere hacerlo. Abogado que adorna su escritorio
con bananas (fruto que después se identificará con el Brasil); poeta
prohibido, juez descalificado: "O Boca do Inferno". Y si bien cuando
escribe la "otra" poesía: sacra y/o amorosa, fácilmente se le encuentran
sus modelos e influencias, en la poesía barroca española o portuguesa,
cuando Gregorio apunta a clérigos rivales, alcaldes, gobernadores, poetas
rivales, prostitutas o grandes damas, o simplemente saca fuera sus
prejuicios (prejuicios de toda una sociedad, digamos) arremetiendo
contra mulatos, indios o negros, no debemos olvidar, en esta paradoja
viviente, que una Venus universal (negra) presidió todos sus actos y
desatinos.
No es necesario recurrir a Pietro Aretino (1492-1556) en sus Cartas,
donde según De Sanctis: "Fue la conciencia y la imagen de su siglo",
donde Aretino se sintió "secretario del mundo", o en sus Ragionamentí,
donde el mundo monacal o conventual pasa a ser el escenario de las
peores perversidades, en la pluma de ese "Azote de príncipes" italiano,
o de Giovanni Bocaccio (1313-1375) y su famoso Decamerón. El religioso
Gregorio de Matos se parece y mucho en su actitud social a Lope de
Vega, quien, ya viejo, toma los hábitos pero no abandona "sus hábitos".
En Gregorio de Matos nada ni nadie escapa a su aguzada
observación, y así sus letrillas, décimas y sonetos enderezan sobre la
justicia, el dinero, la autoridad, el agio, la envidia, la hipocresía, el odio,
la superstición y la hechicería, la rapacidad, el falso orgullo, el soborno,
la estafa, la falsa hidalguía, y toda una interminable galería de la "porción
caída" del ser humano. Y que, como bien lo ha observado la crítica
María de Lourdes Teixeira, Gregorio descubre: "retratos de una fuerza
extraordinaria y dichos con brevedad, estereotipando personajes de todas
las categorías, de todas las clases, desde el populacho hasta la
administración y la clerecía, siempre presentando la visualización de
los tipos como lo haría un novelista". Por ello mismo, esa línea de la
poesía de Gregorio se vuelve impublicable en su siglo (principalmente
cuando arremete a personajes públicos poderosos, civiles, militares o
religiosos). Por la agresividad del texto y la audacia estilística de los
mismos, para un público, en su inmensa mayoría iletrado (en Portugal
sólo el 2% era letrado y el 5% entre los portugueses llegados al Brasil y
los en la gran colonia nacidos) (Antonio Houais dixit). De ahí que debió
llegarse al siglo XIX, en 1850 en el Florilegio de la Poesía Brasileña de
Francisco Adolfo de Vamhagen, el vizconde de Porto Seguro. De ahí en
adelante, la crítica sobre su obra se dividió en "tirios y troyanos", es
decir, en estudiosos de su obra que lo enaltecen y estudiosos de su obra
que lo rechazan como gran poeta. La crítica sobre "O Boca do Inferno"
es maniquea: lo elogia o lo rechaza. Pensamos que debe ser leído
nuevamente. Sin prejuicios y sin admiraciones adventicias por su aureola
de "poeta maldito".
Solamente desearía agregar un par de anécdotas para completar un
"boceto" de su obra intemporal.
En Salvador (de Bahía) en 1969, Luis Viana Filho, gobernador de Bahía llama por teléfono a James Amado (hermano del novelista Jorge) para
explicarle un oficio que acaba de recibir del General Abdón Sena,
comandante de la 6° Región Militar. ¿La razón? Un año antes James Amado en su pequeña editora había publicado las obras completas de Gregorio de Matos. Viana Filho, para colaborar, había comprado parte de la edición para distribuirla en bibliotecas, colegios y otras entidades culturales. En el oficio mencionado el General Sena reprende al Gobernador bahiano, por ayudar a la publicación de un autor que las autoridades militares consideran "subversivo, anticlerical y pornográfico" y pide la confiscación de todos los libros. ¿Qué podemos agregar nosotros?
Cuando la Editorial L&PM en 1986 edita en su colección "Rebeldes y
Malditos" junto a Thomas de Quincey, Osear Wilde, el Marqués de
Sade y Wílliam Blake, a Gregorio de Matos, "O Boca do Inferno", se le
está distinguiendo en su grandeza y su perennidad, pese a los censores
de ayer y de hoy... Ahh, y una nota ultísima: el gran poeta y compositor
bahiano Caetano Veloso, musicalizó un poema de Gregorio que
comienza así: "TRISTE Bahía! Oh quao dessemelhante/ estás, e estou
do nosso antigo estado!". Nada más puede agregarse.
Washington Benavides
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Pagina publicada em junho 2011
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