VICENTE GERBASI
(1913-1992)
Poeta, ensayista y diplomático venezolano, descendiente de inmigrante italiano. Cursó los estudios seucundarios en Florência, Italia. Miembro destacado del grupo y revista Viernes de 1926 a 1941.
Obra principal: Vigilia del náufrago (1937), Bosque doliente (1940), Liras (Premio Municipal de Poesía, 1941), «Poemas de la noche y de la tierra», «Mi padre el inmigrante (1945), Los espacios cálidos (1
Los huesos de mi padre
Los huesos de mi padre se perdieron
en el osario común
de Canoabo. Valle de grandes hojas lluviosas,
de insectos que vuelan como abanicos
y montañas que le dan vuelta al día
y a la noche de los astros.
Los huesos de mi padre
se perdieron en el osario del Universo,
entre las piedras preciosas de Dios
vistas desde la selva mágica
hasta la aurora
que re inventa todos los colores
y el vuelo de las aves
abriendo sus ojos
en el sueño del paraíso.
Los huesos de mi padre suenan
con su color marfil
y se van pareciendo a mis propios huesos
hechos de silencio eterno.
952) y Poesía de viajes (Premio Nacional de Literatura 1969).
TEXTO EN ESPAÑOL y/e TEXTO EM PORTUGUÊS
EL CAMINANTE
Desconozco los bosques de canela
Pero en ellos veo el sol de la tarde
Temblar como una música,
Como un espacio del corazón para el que el tiempo ha reservado sus
abejas
Solo los bambúes tienen un silencio azul
Para brillar en el confín del día
¿De donde vengo vestido de soledad para reconocer la tierra?
Oí los gallos en cada una de las horas de los muertos
Encontré las viviendas después de la lluvia de la noche
Dispersas entre redondos árboles rojos
¿Escondo acaso el mundo en mis sentidos?
He visto un leopardo dormido entre juncos en el mediodía del año
Cuando comienza a iluminarse la tristeza
Vi el entierro de un niño bajar de la montaña
Cuando liebres huían entre hierbas solares
Vi una madre cubrirse el rostro con sus cabellos para siempre
¿Hacia dónde he de guiar mis pasos que dejaron atrás graneros húmedos
y brillantes,
lumbres con guitarras en las fiestas labriegas?
El tiempo aún no me detiene
Hay una tempestad reservada a mis huesos,
Un relámpago en los cañaverales nocturnos
ESCRITOS EN LA PIEDRA
En el valle que rodean montaÑas de la infancia
encontramos escritos en la piedra,
serpientes cinceladas, astros,
en un verano de negras termiteras.
En el silencio del tiempo vuelan los gavilanes,
cantan cigarras de tristeza
como en una apartada tarde de domingo.
Con el verano se desnudan los árboles,
se seca la tierra con sus calabazas.
Pero voIverán las lluvias
y de nuevo nacerán las hojas
y los pequenos grillos de las praderas
bajo el soplo de una misteriosa nostalgia del mundo.
Y así para siempre
en torno a estos escritos en la piedra,
que recuerdan una raza antigua
y tal vez hablan de Dios.
(De Por arte de sol)
TABLERO DE AJEDREZ
La plaza tiene mia soledad de cuadros de Chirico:
silencio de la memoria que va hasta una lejanía arcada.
Con una delgada nube de horizonte
las campanas iluminan la ciudad.
Caballos, torres,
reinas,
en el aire los árboles que florecen en las calles.
Pasaron los festejos de las máscaras,
y los barrenderos reunieron colores
en los rincones de Ia madrugada.
Los barrenderos, sombras herméticas
que acumuIan nieves en lejanos inviernos urbanos,
al borde de las carnicerías iluminadas.
Pasaron los festejos
y la plaza abandonada reluce en sus mármoles rojos y negros.
Un rey de larga túnica
contempla el silencioso espacio
donde un día fueron decapitados los años.
EN EL PONDO PORESTAL DEL DIA
El acto simple del araña que teje una estrella en la penumbra,
el paso elástico del gato hacia la mariposa,
la mano que resbala por Ia espalda tibia del caballo,
el olor sideral de la flor del café,
el sabor azul de la vainilla,
me detienen en el fondo del día.
Hay un resplandor cóncavo de helechos,
una resonancia de insectos,
una presencia cambiante del agua en los rincones pétreos.
Reconozco aquí mi edad hecha de sonidos silvestres,
de lumbre de orquídea,
de cálido espacio forestal,
donde el pájaro carpintero hace sonar el tiempo.
Aquí el atardecer inventa una roja pedrería,
una constelación de luciérnagas,
una caída de hojas lúcidas hacia los sentidos,
hacia el fondo del día,
donde se encantan mis huesos agrestes.
SOLEDAD DEL DÍA
La tierra tiene aquí bordes de tulipanes ardientes.
Veo el alba ascender en las garzas
como uma cación que se lleva las estrellas.
Y aquí junto a mí, el agua estancada,
con su limo de espesos colores
como una tela bordada por las madres de la noche.
Pasa el vaquero en médio de la luz de las palmas
con cierto descuido de profeta,
mirando las suaves cabezas de las vacas.
Yo pertenezco a este silencio del canto
donde la lluvia dejó asomar algunas flores,
a este territorio en que la soledad
hace pasar el día con sus tristes aves ocultas.]
SENTIDO DE LA NOCHE
Los silêncios oscuros donde brillan los escarabajos,
la pupila cálida como un rencor donde se incendia un pino,
el miedo de la ardilla en mdio de los ojos,
un relâmpago en el fondo fluvial de la memoria,
he aquí un instante para convertirme en un poco de noche,
en un estanque de insomnio estelar.
las oscuridades en el agua me dan espacios inconclusos,
joyas palpitantes, lampadários de moradas nupciales.
Flotan telas en el viento de la sombra,
y alrededor suenan fuentes de bocas aborígenes,
aguas hacia el fondo donde la luz se agota,
donde un eco recomienza viniendo de nosotros.
La noche avanza como un palacio sin fondo
(De Las espacios cálidos)
|
De
Enrique Hernámdez-D´Jesús
GERBASI
Del trazo y la palaras – fotografia
Caracas: Fundación Esta Tierra de Gracia, 1999
LUZ VESPERTINA
Arpas suenan
en el horizonte del crepúsculo,
doradas en la melancolía,
semejantes a fuentes
que se derraman en hilos
de cristal
en jardines
de una ciudad de resplandores.
Sentimos en las nubes
del sol poniente
nuestra soledad
y la noche.
LA ETERNIDAD
La eternidad
es un trompo
que se agarra en la uña.
es el terror de los
astros
en la cabellera de los muchachos.
SUEÑO
En el azul
claro del mar
los islotes
se distanciaban
los unos
de los otros.
Es el silencio del sueño
de un ser
de otro planeta.
Yo volaba
con las manos tendidas
hacia adelante
con liviandad de gaviota
en el inmenso azul de los islotes.
Volé sin tiempo
siempre.
Volé sin la muerte
en la eternidad.
EL PAN
a Luis Alberto Crespo
Vinieron los ángeles
y me dijeron al oído:
— Mira el relâmpago
en la nube oscura.
El mundo estaba abajo
con mis ojos absortos en un plato
de ramajes úmbrios y de frutas,
y vi caer del cielo aquella lumbre
sobre el pan de la mesa.
EL SOMBRERO DEL MAGO
Uno va aprendiendo
poco a poco a hablar
y uno se convierte
en un mago que
saca del sombrero
del Universo liebres
interplanetarias. Somos
los tristes del espacio.
TEXTOS EM PORTUGUÊS
OS OSSOS DE MEU PAI
Os ossos de meu pai se perderam
no ossário comum
de Canoabo. Vale de grandes folhas chuvosas,
de insetos que voam com abanos
e montanhas que dão a volta ao dia
e pela noite dos astros.
Os ossos de meu pai
se perderam no ossário do Universo,
entre as pedras preciosas de Deus
vistas desde a selva mágica
até a aurora
que reinventa todas as cores
e o voo das aves
abrindo seus olhos
no sonho do paraíso.
Os ossos de meu pai soam
com sua cor de marfim
e se vão assemelhando aos meus próprios ossos
feitos de silêncio eterno.
(Tradução: Antonio Miranda)
O CAMINHANTE
Traduzido por Anderson Braga Horta
Desconheço os bosques de canela
Mas neles vejo o sol da tarde
Tremer como uma música,
Como um espaço do coração a que o tempo reservou suas abelhas
Só os bambus têm um silêncio azul
Para brilhar nos confins do dia
Donde venho vestido de solidão para reconhecer a terra?
Ouvi os galos em cada uma das horas dos mortos
Encontrei as moradas depois da chuva da noite
Dispersas entre redondas árvores vermelhas.
Escondo acaso o mundo em meus sentidos?
Vi um leopardo adormecido entre juncos no meio-dia do ano
Quando começa a iluminar-se a tristeza
Vi o enterro de um menino descer a montanha
Quando lebres fugiam entre ervas solares
Vi uma mãe cobrir o rosto com os cabelos para sempre.
Aonde hei de guiar meus passos que deixaram para trás celeiros úmidos
e brilhantes, fogueiras com violões nas festas camponesas?
O tempo ainda não me detém
Há uma tempestade reservada a meus ossos,
Um relâmpago nos canaviais noturnos.
ESCRITOS SOBRE A PEDRA
Versión de Antonio Miranda
No vale em que rodeiam montanhas da infância
encontramos escritos sobre a pedra,
serpentes cinzeladas, astros,
num verão de cupinzeiros.
No silêncio do tempo voam os gaviões,
cantam cigarras de tristeza
como uma afastada tarde de domingo.
Como o verão se despem as árvores,
resseca a terra com suas cabaças.
Mas retornarão as chuvas
e outra vez nascerão as folha
e os pequenos grilos das campinas
com o sopro de uma misteriosa nostalgia do mundo.
E assim para sempre
arredor destes escritos sobre a pedra,
que relembram uma raça antiga
e que talvez falem de Deus.
(De Por arte del sol)
TABULEIRO DE XADREZ
Versión de Antonio Miranda
A praça tem a solidão dos quadros de Chirico:
Silêncio da memória que vai até a arcada distante.
Com uma estreita nuvem de horizonte
As campanas iluminam a cidade.
Cavalos,
torres,
rainhas,
no ar as árvores que florescem nas ruas.
Passaram os festejos das máscaras,
e os varredores reuniram cores
nos rincões da madrugada.
Os varredores, sombras herméticas
que acumulam neve nos distantes invernos urbanos,
junto dos açougues iluminados.
Passaram os festejos
e a praça abandonada reluz em seus mármores vermelhos e negros.
Um rei de longa túnica
contempla o silencioso espaço
onde um dia decapitaram os anos.
NO FUNDO FLORESTAL DO DIA
Versión de Antonio Miranda
O ato simples de aranha que tece uma estrela na penumbra,
o passo elástico do gato até a borboleta,
a mão que resvala pela espalda tépida do cavalo,
o odor sideral da flor do café,
o sabor azul da baunilha,
retêm-me no fundo do dia.
Há um resplendor côncavo de samambaias,
uma ressonância de insetos,
uma presença cambiante de água nos rincões pétreos.
Reconheço aqui minha idade feita de sons silvestres,
de lume de orquídea,
de cálido espaço florestal
o pica-pau faz soar o tempo.
Aqui o entardecer inventa uma rubra pedraria,
uma constelação de pirilampos,
uma queda de folhas lúcidas para os sentidos,
até o fundo do dia,
onde se encantam meus ossos agrestes.
(De Los espacios cálidos)
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OS ESPAÇOS CÁLIDOS
(Trad. de Cleto Assis*)
Brasília: Fundação Cultural Nossa América, 1988. 132 p.
ISBN 85-85110-02-2
SOLIDÃO DO DIA
A terra tem, aqui, contornos de tulipas ardentes.
Vejo a Alba ascender nas garças
como uma canção levada pelas estrelas.
E aqui, junto a mim, a água estancada,
com seu limo de espessas cores
como um tecido bordado pelas mães da noite.
Passa o vaqueiro com meio à luz das palmas
com certo descuido de profeta,
olhando as suaves cabeças das vacas.
Eu pertenço a este silêncio do canto
onde a chuva deixou assomar algumas flores,
a este território em que a solidão
faz passar o dia com suas tristes aves ocultas.
NO FUNDO FLORESTAL DO DIA
O ato simples da aranha que tece uma estrela na penumbra,
o passo elástico do gato ruma à borboleta,
a mão que resvala pelas costas mornas do cavalo,
o odor sideral da flor do café,
o sabor azul da baunilha,
me detém no fundo do dia.
Há um resplendor côncavo de samambaias,
uma ressonância de insetos,
uma presença cambiante da água nos rincões pétreos.
Reconheço, aqui, minha idade feita de sons silvestres,
de lume de orquídea,
de cálido espaço florestal,
onde o pica-pau faz soar o tempo.
Aqui o entardecer inventa uma rubra pedraria,
uma constelação de vagalumes
uma queda de folhas lúcidas rumo aos sentidos,
rumo ao fundo do dia,
onde se encantam meus ossos agrestes.
SENTIDO DA NOITE
Os silêncios escuros onde brilham os escaravelhos,
a pupila cálida como um rancor onde se incendeia um pinheiro,
o medo do esquilo em meio dos olhos,
um relâmpago no fundo fluvial da memória,
eis aqui um instante par converter-me em um pouco de noite,
em um tanque de insônia estelar.
As obscuridades na água dão-me espaços inconclusos,
jóias palpitantes, lampadários de moradas nupciais.
Flutuam tecidos no vento da sombra
e, ao redor, soam fontes de bocas aborígenes,
água rumo ao fundo onde a luz se esgota,
onde um eco recomeça, vindo de nós.
A noite avança como um palácio sem fundo.
*Uma edição bilíngüe, digna de ser lida e divulgada. O livro oferece também uma excelente apresentação da obra do grande poeta venezuelano Vicente Gerbasi escita por Sérgio Franco, e um apêndice biobibliográfico sobre o autor e sua obra.
De
Enrique Hernámdez-D´Jesús
GERBASI
Del trazo y la palaras – fotografia
Caracas: Fundación Esta Tierra de Gracia, 1999
LUZ VESPERTINA
Arpas soam
no horizonte do crepúsculo,
douradas na melancolia,
semelhantes às fontes
que se derramam em fios
de cristal
em jardins
de uma cidade de esplendores.
Sentimos nas nuvens
do sol poente
nossa soledade
e a noite.
A ETERNIDADE
A eternidade
é um pião
que rodopia na unha.
É o terror dos
astros
na cabeleira dos garotos.
SONHO
No azul
claro do mar
as ilhotas
se distanciavam
umas
das outras.
No silêncio do sonho
de um ser
de outro planeta.
Eu voava
com as mãos levantadas
para a frente
com leveza de gaivota
no imenso azul das ilhotas.
Voei sem tempo
sempre.
Voei sem a morte
na eternidade.
O PÂO
a Luis Alberto Crespo
Vieram os anjos
e sussurraram ao meu ouvido:
— Olha o relâmpago
na nuvem escura.
O estava embaixo
com meus olhos absortos em um prato
de ramagens úmbrias e de frutas,
e vi cair do céu aquela luz
sobre o pão na mesa.
O CHAPÉU DO MÁGICO
A gente aprendendo
pouco a pouco a falar
e se transforma
em um mágico
que retira do chapéu
do Universo coelhos
interplanetários. Somos
os tristes do espaço.
Página ampliada e republicada em janeiro de 2008.
Página ampliada e republicada em setembro de 2008
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