PEDRO RUIZ
Nació en El Cumbre, estado Trujillo, Venezuela, en 1953.
Poeta, cronista y fotógrafo.
Obra poética: Con el río a la espalda (1985); Estación posible (1995).
TEXTOS EN ESPAÑOL - TEXTOS EM PORTUGUÊS
FESTIVAL MUNDIAL DE POESÍA VENEZUELA 2004. Caracas, Venezuela: Monte Ávila Editores Latinoamericana C, A., 2005. 435 p. 15 x 23 cm. Patrocinado por Ministerio de la Cultura, Presidencia del CONAC, D.G.S. de Literatura. ISBN 780-03-1211-1 Ex. bibl. Antonio Miranda
El sueño
pan conversa y fuego
un día tejió el caminho
pico a pico enmontanó a la muerte
Y por allí
envuelto en su neblina
subió el desheredado de misterios
Vio sonar tapiales entejados
se hundió en el naciente y maldijo
Desde entonces
voces heridas resuenan
día y noche aqui en la loma.
***
En los ojos del que regressa
viaja el mundo
el lugar donde ha de detenerse
es su recuerdo
Todo su assomo al viajero será inútil
de espaldas al paisaje
la noche oculta toda estación posible
Tampoco él conoce metas
intuye una ventana
***
Mis parientes están en cada esquina
como yo vagan perdidos
huyendo de sus sombras.
En cada estación posible
que me arrimo
mis parientes se asoman y me buscan.
No murieron allá
como dicen los libros
mis parientes.
Se quedaron sin hebra
y cuando mueren
dejan sus tristezas en otras caras
que también son mis parientes.
***
No habrá inviernos mozos
para recogernos detrás de la cocina
Ayer se fue lloviendo goterones tristes
la mano que atizaba el fogón de traspatio.
Lunes que no amanhece — decía mi madre —
acobíjenos
Y atrás las latas de sardina boca abajo
y los potes de leche
Las mamás y papás de siete años
y aquella mano ausente asomándose tíbia.
Recogimos manojos de azahar,
bellalasonce y trinitária
y mudamos de risa y de pozo
y juramos vengarnos ¿inocentes?
del invierno largo que se llevó para siempre aquella
mano tíbia.
TEXTOS EM PORTUGUÊS
Tradução: ANTONIO MIRANDA
O sonho
pão conversa e fogo
um dia teceu o caminho
pico a pico da montanha à morte
E por ali
embrulhado em sua neblina
subiu o deserdado de mistérios
Viu soar tapeçarias definidas
afundou no nascente e maldisse
Desde então
vozes feridas ressoam
dia e noite aqui no morro.
***
Nos olhos do que regressa
viaja o mundo
o lugar onde há de deter-se
é a sua lembrança
Toda a espreita do viajante será inútil
de costa para a paisagem
a noite oculta qualquer estação possível
Tampouco ele conhece metas
intui uma janela
***
Meus parentes estão em cada esquina
como eu vagam perdidos
fugindo de suas sombras.
Em cada estação possível
que me arrimo
meus parentes assomam e se buscam.
***
Não haverá invernos jovens
para recolher-nos detrás da cozinha
Ontem foi-se chovendo goteira triste
a mão que atiçava o fogão do quintal.
Segunda-feira que não amanhece — dizia minha mãe —
abrigue-nos
E atrás as latas de sardinha boca abaixo
e os potes de leite
As mamães e papais de sete anos
e aquela mão ausente pairando tíbia.
Recolhemos lotes de flores de laranjeira,
bellalasonse e trinitária
e mudamos de riso e de poço
e juramos vingar-nos – inocentes?
do inverno longo que levou para sempre aquela
mão tíbia.
Página publicada em fevereiro de 2020
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