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Sobre Antonio Miranda
 
 


 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 


 


EUGENIO MONTEJO

 

 

Poeta y ensayista venezolano nacido en Caracas en 1938.

 

Obra poética: Elegos, 1967, Muerte y memoria,1972, Algunas palabras, 1977, Terredad,  1978, Trópico absoluto, 1982, Alfabeto del mundo, 1986.

 

 Ha servido a su país como embajador en Lisboa durante varios años.

 

 

TEXTOS EN ESPAÑOL  /  TEXTOS EM PORTUGUÊS 

 

ACACIAS

 

En la gélida noche rugen los huracanes.

"A Diotima", Hölderlin

 

Estremecidas como naves

acacias emergidas de un paisaje antiguo

y no obstante batidas en su fuego

bajo la negra luz de atardecida

yo miro yo asisto

a este mínimo esplendor tan denso

yo palpo

la intermitencia de las arboladuras

su fuego girante delirante

enmarcadas en un éxtasis grave

como desposeídas lanzadas al abismo

así de grande

en un follaje poblado de sombras agitadas

las miro

frente a la piedad de mis ojos

bajo los huracanes de la Noche.

 

 

EL ESCLAVO

 

Ser el esclavo que perdió su cuerpo

para que lo habiten las palabras.

Llevar por huesos flautas inocentes

que alguien toca de lejos

o tal vez nadie. (Sólo es real el soplo

y la ansiedad por descifrarlo.)

 

Ser el esclavo cuando todos duermen

y lo hostiga el claror incisivo

de su hermana, la lámpara.

Siempre en terror de estar en vela

frente a los astros

sin que pueda mentir cuando despierten,

aunque diluvie el mundo

y la noche ensombrezca la página.

 

Ser el esclavo, el paria, el alquimista

de malditos metales

y trasmutar su tedio en ágatas,

en oro el barro humano,

para que no lo arrojen a los perros

al entregar el parte.

 

 

ESCRITURA

 

Alguna vez escribiré con piedras,

midiendo cada una de mis frases

por su peso, volumen, movimiento.

Estoy cansado de palabras.

 

No más lápiz: andamios, teodolitos,

la desnudez solar del sentimiento

tatuando en lo profundo de las rocas

su música secreta.

 

Dibujaré con líneas de guijarros

mi nombre, la historia de mi casa

y la memoria de aquel río

que va pasando siempre y se demora

entre mis venas como sabio arquitecto.

 

Con piedra viva escribiré mi canto

en arcos, puentes, dólmenes, columnas,

frente a la soledad del horizonte,

como un mapa que se abra ante los ojos

de los viajeros que no regresan nunca.

 

LA POESÍA

 

La poesía cruza la tierra sola,

apoya su voz en el dolor del mundo

y nada pide

ni siquiera palabras.

 

Llega de lejos y sin hora, nunca avisa;

tiene la llave de la puerta.

Al entrar siempre se detiene a mirarnos.

Después abre su mano y nos entrega

una flor o un guijarro, algo secreto,

pero tan intenso que el corazón palpita

demasiado veloz. Y despertamos.

 

 

ADIÓS AL SIGLO XX

 

a Alvaro Mutis

 

Cruzo la calle Marx, la calle Freud;

ando por una orilla de este siglo,

despacio, insomne, caviloso,

espía ad honorem de algún reino gótico,

recogiendo vocales caídas, pequeños guijarros

tatuados de rumor infinito.

La línea de Mondrian frente a mis ojos

va cortando la noche en sombras rectas

ahora que ya no cabe más soledad

en las paredes de vidrio.

Cruzo la calle Mao, la calle Stalin;

miro el instante donde muere un milenio

y otro despunta su terrestre dominio.

Mi siglo vertical y lleno de teorías...

Mi siglo con sus guerras, sus posguerras

y su tambor de Hitler allá lejos,

entre sangre y abismo.

Prosigo entre las piedras de los viejos suburbios

por un trago, por un poco de jazz,

contemplando los dioses que duermen disueltos

en el serrín de los bares,

mientras descifro sus nombres al paso

y sigo mi camino.

 

 

De
POEMAS SELECTOS

s.l.: bi & co. editor, 2008

 

 

DESPERTAR

 

LA LUZ derrumba los castillos

donde flotábamos en sueño;

queda su tufarada de ballena

en nuestro espejo opaco...

Ya erramos cerca de Saturno,

ahora la tierra gira más despacio.

Temblamos solos en el medio del mundo

y abrimos la ventana

para que el día pase en su barco.

Anoche nos dormimos en un país tan lejano.

 

 

LA VIDA

 

                   A Vicente Gerbasi

 

LA VIDA toma aviones y se aleja;

sale de día, de noche, a cada instante

hacia remotos aeropuertos.

 

La Vida se va, se fue, llega más tarde;

es difícil seguirla: tiene horarios

imprevistos, secretos;

cambia de ruta, sueña a bordo, vuela.

 

La Vida puede llegar ahora, no sabemos,

puede estar en Nebraska, en Estambul,

o ser esa mujer que duerme

en la sala de espera.

 

La Vida es el misterio en los tableros,

los viajantes que parten o regresan,

el miedo, la aventura, los sollozos,

las nieblas que nos quedan del adiós

y los aviones puros que se elevan

hacia los aires altos del deseo.

 

 

EL OTRO

 

MIRO el hombre que soy y que vuelve;

he leído en Heródoto su vida;

me habla arameo, sánscrito, sueco.

 

Es miope, tardo, subjetivo;

yerra por calles que declinan

hasta que el horizonte lo disuelve.

 

Conozco sus muertes en el Bosforo,

sus túmulos en Creta,
los sollozos en un portal oscuro

por una mujer muerta en la peste.

 

Llama a todas las casas de la tierra;

cambia dolor por compañía,

hastío por inocencia,

y de noche se acerca a mi lámpara

a escribir para que las nubes amanezcan

más al centro del patio,

más cerca del país que nos espera.

 

 

 

A SEGUIR, duas fotos de EUGENIO MONTEJO tomadas pelo poetga e fotógrafo ENRIQUE HERNÁNDEZ D~JESÚS

 


 

 

 


TEXTOS EM PORTUGUÊS

Traduções de Antonio Miranda 

ACÁCIAS

 

Na gélida noite rugm os furacões.

"A Diotima", Hölderlin 

 

Estremecidas como naves

acácias emergidas de uma paisagem antiga

e no entanto batidas em seu fogo

sob a luz negra por entardecida

presencio e assisto

a este mínimo esplendor tão denso

eu apalpo

a intermitência das fagulhas

seu fogo girante delirante

emolduradas no êxtase grave

como despossuídas lançadas ao abismo

assim imensa

numa folhagem povoada de sombras agitadas

contemplo-as

com a piedade de meus olhos

ante dos furacões da Noite. 

 

 

O ESCRAVO

 

Ser o escravo que perdeu seu corpo

para que o habitem as palavras.

Levar como ossos as flautas inocentes

que alguém toca à distância

ou mesmo ninguém. (Só é real o sopro

e a ansiedade por descifrar.)

 

Ser o escravo quando todos dormem

e o fustiga o claror incisivo

de sua irmã, a lâmpada.

Sempre em terror de estar velando

frente aos astros

sem que possa mentir quando despertem,

ainda que desabe o mundo

e a noite ensombreça a página.

 

Ser escravo, o poeta, o alquimista

de malditos metais

e transmutar seu tédio em ágatas,

em outro o barro humano,

para que não o lancem aos cães

ao entregar a porção. 

 

 

ESCRITURA

 

Alguna vez escreverei com pedras

medindo cada uma de minhas frases

por seu peso, volume, movimento.

Estou cansado das palavras.

 

Não mais lápis: andaimes, teodolitos,

a desnudez solar do sentimento

tatuando no âmago das rochas

sua música secreta.

 

Desenharei com linhas de calhau

meu nome, a história de minha casa

e a memória daquele reio

que vai passando sempre e se demora

em minhas veias como sábio arquiteto.

 

Com pedra viva escreverei meu canto

em arcos, pontes, dolmens, colunas,

diante da solidão do horizonte,

como um mapa que se abre ante os olhos

dos viajantes que não regressam jamais.

 

 

A POESIA

 

A poesia cruza a terra só,

apóia sua voz na dor do mundo

e nada pede

nem mesmo palavras.

 

Vem de longe e sem hora, nunca avisa;

tem a chave da porta.

Ao entrar sempre se detém a mirar-nos.

Depois abre a mão e nos entrega

uma flor ou um canto rodado, algo secreto,

mas tão intenso que o coração palpita

demasiado veloz. E despertamos.

 

 

De
POEMAS SELECTOS

s.l.: bi & co. editor, 2008

 

DESPERTAR

A luz derruba os castelos
onde flutuávamos em sonho;
resta tua baforada de baleia
em nosso espelho opaco...
Já vagamos perto de Saturno,
agora a terra gira devagar.

Trememos sós no centro do mundo
e abrimos a janela
para que passe o dia em seu navio.
De noite dormimos num país distante.

 

 

A VIDA

         A Vicente Gerbasi

A vida sai de avião e se vai;
sai de dia, de noite, a toda hora
para os remotos aeroportos.

A Vida se vai, foi, chega depois;
é difícil segui-la: tem horários
imprevistos, secretos;
muda a rota, sonha a bordo, voa.

A Vida pode chegar agora, não se sabe,
pode estar em Nebraska, em Istambul,

ou ser uma mulher que dorme
na sala de espera.

A Vida é o mistério nos tabuleiros,
viajantes que partem ou regressam,
o medo, a aventura, os soluços,
as névoas que nos restam do adeus
e os aviões puros que se elevam
até os altos ares do desejo.

 

 

O OUTRO

Olho o homem que sou e que regressa;
já li em Heródoto sua vida;
me fala em arameu, sânscrito, sueco.

É míope, lento, subjetivo;
vaga por ruas que declinam
até que o horizonte o dissolva.

Conheço suas mortes no Bósforo,
seus túmulos em Creta,
os soluços num portal escuro
por uma mulher morta pela peste.

Bate em todas as portas do mundo;
troca dor por companhia,

Fastio por inocência,
e de noite se aproxima de minha lâmpada
a escrever par que as nuvens amanheçam
no centro do pátio,
bem perto do país que nos aguarda.

 

 

 Página ampliada e republicada em julho de 2009



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