Home
Sobre Antonio Miranda
Currículo Lattes
Grupo Renovación
Cuatro Tablas
Terra Brasilis
Em Destaque
Textos en Español
Xulio Formoso
Livro de Visitas
Colaboradores
Links Temáticos
Indique esta página
Sobre Antonio Miranda
 
 


 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 



 

AMÉRICA MARTINEZ

 

Poetisa y comunicadora social. Profesora universitaria, imparte clases de periodismo en la Universidad de Los Andes (núcleo Táchira).  Su ejercicio profesional ha estado vinculado con la actividad cultural tachirense,  desarrollando un trabajo de difusión patrimonial en distintos museos de San Cristóbal. Es colaboradora de la revista Sujeto Almado. Ha sido invitada a diversos festivales de poesía y recitales en Venezuela y otros países latinoamericanos. Su poemario Al olvido se va como a la muerte fue galardonado en el Certamen Mayor de las Artes y las Letras 2006.

.

 

TEXTO EN ESPAÑOL  / TEXTO EM PORTUGUÊS

 

 

Selección de poemas de Al olvido se va como a la muerte
Caracas: Fundación Editorial El perro y la rana, 2007

 

 

No encontrarás el camino de vuelta

Tus huellas se fundirán con el sendero

trazado por los que ya se fueron

               

Los alcanzarás

Abrevarás tu sed como ellos lo hicieron

 

Te inclinarás ante su orilla

y lo que soy se ahogará en el Leteo

 

Después de beber olvido

seguirás andando

 

Yo permaneceré aquí

Con este irresoluto juego de memoria disperso en la mesa

 

Repitiéndome

-mientras develo cada carta-

que siempre fue igual

que nunca vi a nadie volver de ahí

que al olvido se va

como se va a la muerte.

 

*

La palabra,

ebria de contención,

trepó hasta la punta de mi lengua

desde ahí se despeñó hacia el silencio

               

desgarrándolo

 

*

Anúnciame

Espanta las sombras que ladran a mi paso

y los ojos curiosos que desde los resquicios

me ven andar a tientas

desandando

 

Alláname el camino

que tropiezo

porque no estaba escrito que volviera

 

(el polvo sacudido de mi cuerpo

se levanta de nuevo y se me pega)

 

Anticípame

Nada quiero dejarle a la sorpresa

Salí de mí huyendo de este grito

pero el grito me alcanzaba adonde fuera

 

*

Para Argelia, mi madre

 

Si en algo mío

hay tino y hay belleza

es porque lo fundaste tú,

amamantando con entrañable aliento

el germen de esta voz,

enjugando mis ojos

para hacerme ver aquello que palpita

tras la bruma de lo cotidiano

 

Todo cuanto en mí es hermoso

fue acunado por tus manos,

puertas de entrada al mundo,

primeros indicios que tuve del amor

 

Lo demás

                 (el vacío, el horror, la pesadumbre)

no es cosa nuestra

 

Allá la muerte con sus anticipos.

 


 

 

 

 

 

 

Cada tarde

repetimos este infame juego

convocados por la rutina

               

Tú entonas lamentos

mirándome con tristeza

               

Yo sacudo de mi vestido las horas

como quien

desesperadamente

intenta deshacerse de un enjambre de insectos.

 

*

 

Transcurrió el tiempo prudente

para cualquier visita de cortesía

 

Me despedí

 

 

Enfrente se despobló un espejo

 

 

  

SIN TÍTULO

 

No puedo amarte con todo mi corazón:

sus sístoles te anhelan,

sus diástoles te aborrecen.

 

*

 

Soy una costa desierta

y en cada ola

con que el mar me embiste

busco tu rastro,

aunque ese efervescente sonido de la espuma

me advierta

que ahora desembarcas

en otra playa.

 

*

 

Comparo mi corazón con una tumba:

es frío,

oscuro,

solitario.

Y como una tumba,

lo que contiene

se dispersa,

se corrompe

en una noche que no termina.

 

*

 

Un pez pequeño

Trémulo,

Estremece mi pecho.

Cuando quiero atraparlo

sortea mis dedos

y se evade en un río

que pretende seducirme

susurrando los secretos de Ofelia.

 

*

 

Tú,

relato y correlato

de mi lengua.

Yo,

tu apologista.

En un principio fuiste carne

Y te hice verbo.

 

*

 

Sin haber caminado lo suficiente

para sentir hambre

y colmar de tierra mis poros

Descubro ahora

que estoy en el descenso

de mi salto mortal.

 

 

Extraídos de LOS DRAGONES DE PAPEL: Antología de la nueva poesía tachirense.  San Cristóbal, Táchira, Venezuela: Nadie nos Edita editores, 2004.  139 p

 

 

EM PORTUGUÊS

Tradução de Antonio Miranda

 

 

Não encontrarás o caminho de volta
Tuas pegadas se mesclarão no sendeiro
traçado pelos que partiram

 

Vás alcançá-los
Saciarás tua sede como eles o fizeram

Vás alcançá-los

 

Te inclinará na sua margen
e o que sou se afogará no Lete

 

Depois de beber olvido
seguirás andando

Eu continuarei aquí
Com este irresoluto jogo de memoria disperso na mesa

Repetindo-me
— enquanto desvelo cada carta —
que sempre foi igual
que nunca vi ninguém voltar de lá
que ao olvido vai
como se vai para a norte.

 

*

 

A palabra,
ébria de contenção,
subiu até a ponta deminha língua
desde onde despencou para o silêncio

desgarrando      

 

*

Anuncia-me
Espanta as sombras que ladram quando passo
e os olhos curiosos que desde os requícios
me vêm anda às cegas
desandando

 

Aplasta-me o caminho
em que tropeço
porque não estaba escrito que voltaria

(o pó sacudido de meu corpo
sobre outra vez e me alcança)

 

Antecipa-me
Nada quero deixar à surpresa
Saí de mim fugindo deste grito
mas o grito me alcançava aonde fosse

 

*

 

 

Para Argelia, minha mãe

 

Se em algo meu
há tino e há beleza
é porque tu o fundaste,
amamentando com entranhável alentó
o gérmen desta voz,
enxugando meus olhos
para dar-me a ver aquílo que palpita
detrás da bruma do dia-a-dia

Tudo quanto em mim é belo
foi aninhado por tuas mãos,
portas de entrada ao mundo,
primeirosindícios que tive do amor

Tudo o mais
                ( o vazio, o horror, o dessassossego)
não é coisa nossa

Lá está a morte com suas antecipações.

 

 

SEM TÍTULO

 

Não posso te amar com todo o meu coração:

suas sístoles me anelam,

suas diástoles te aborrecem.

 

*

 

Sou uma costa deserta

e em cada onda

com que o mar investe

busco teu rastro,

ainda que esse efervescente som da espuma

me advirta

que agora desembarcas

em outra praia. 

 

*

 

Comparo meu coração a uma tumba:

é frio,

escuro,

solitário.E como uma tumba,

o que contém

se dispersa

numa noite que não cessa.

 

 

Um peixe diminuto,

trêmulo,

estremece meu peito.

Quando tento agarrá-lo

saltita em meus dedos

e escapa num rio

que pretende seduzir-me

sussurrando os segredos de Ofélia.

 

*

 

Tu,

relato e correlato,

de minha língua.

Eu,

tua apologista.

Em um princípio, foste carne

e te fiz verbo.

 

*

 

Sem ter caminhado bastante

Para sentir fome

e acumular  de terra teus poros.

Agora descubro

que estou em descenso

no meu salto mortal.



Voltar para a  página da Venezuela Topo da Página Click aqui

 

 

 
 
 
Home Poetas de A a Z Indique este site Sobre A. Miranda Contato
counter create hit
Envie mensagem a webmaster@antoniomiranda.com.br sobre este site da Web.
Copyright © 2004 Antonio Miranda
 
Click aqui Click aqui Click aqui Click aqui Click aqui Click aqui Click aqui Click aqui Click aqui Click aqui Home Contato Página de música Click aqui para pesquisar