MATILDE BIANCHI
Matilde Bianchi (Montevideo, 1928 - Ib., 1991) fue una poeta, crítica literaria y profesora uruguaya.
Fue profesora de idioma español y literatura y ejerció como crítica literaria y de danza. En 1954 fue becada por la Universidad de Salamanca para hacer estudios de posgrado.
En 1967, a causa de la muerte del Che Guevara leyó en la explanada de la Universidad de la República el poema Cantar del Ché. En 1973 viajó a España, se radicó en Madrid en 1976 y regresó a Uruguay en 1982. Allí junto a otros latinoamericanos la tertulia literaria Fabro, dirigió el Taller de Poesía del Instituto de Educación Integral y realizó colaboraciones con el diario El Pueblo.
Fue jurado de varios concurso literarios y escribió para varias revistas españolas entre ellas Ínsula, La Pluma, Zikurat y Triunfo.
Poesía: Cenit bárbaro (1954); Cantar del Che (1967); Los Tangos de Troilo (1969); Adiós a la sopa de cebolla (1971); No habrá más pena ni olvido (1979); Violetera de pla; a (1984); Déjame caer como una sombra (1985); Aquendelmar (1989); Razones de amor (1990).
TEXTOS EN ESPAÑOL - TEXTOS EM PORTUGUÊS
MUJERES - LAS MEJORES POETAS URUGUAYAS DEL SIGLO XX. Prólogo de Washington Benavides. Montevideo: Instituto Nacional del Libro, 1993. 398 p. (Collección Brazo Corto, 4) 17x24 cm. Ex. bibl. Antonio Miranda
“Fue siempre creadora, fervorosa y ferviente, anticonvencional, heterodoxa. Así también fue su obra em la que adueñó de linguaje para moldearlo a su mágaico antojo. (...) Supo transgredir la normas exaustas de la escritura para devolvernos una lengua escrita, tanto en su prosa como en su poesia, signada por la energia, el dinamismo, el entusiasmo, la sorpresa y la originalidade que la hacían permanentemente accesible y comunicativa. (...) El rescata de nuestra identidade profunda a nível cultural y espiritual fue uno de sus interesses principales y logro captarlo y reflejarlo con nitidez en sus últimas creaciones en las que se abocó a la recreadción de una auténtica mitologia nacional.” JORGE ARBELECHE
II
Hace no sé cuánto
que pido perdón
por no haber muerto a tempo.
No se trata de perder la juventud
la cabellera rubia
o las piernas hermosas.
Pido perdón
— yo que lo quise tanto—
por no haberlo querido mucho más.
Pido perdón
por las palavras gastadas
que utilizo en la classe.
Y perdón por decir buen día
cuando debiera despedirme
internarme
entre los médanos y pinos
que amé tanto
camino de mi casa floreada
y mi camino.
Pido perdón a todos:
sólo puedo ofrecer
aquellos tornasoles
y esta espuma.
SONSONETE
Quiero quedarme así con el silencio
de la memoria de todas esas cosas
que llenaron tu vida y esta vida
que te ofrecí a cambio de una rosa.
Como la rosa de Martí, tu rosa
fue compañera y franca, a veces roja
en noches de vigilia apasionada
donde el amor pudo cambiar la historia.
En nombre del padre y del clavel
se fue callado aquel único hijo
y en nombre de la rosa atravessamos
la desmesura oscura y no pudimos
trocar aquel amor por este olvido.
Rosa y fervor, afanes y bravura
se ocultaron incluso a los amigos
que nos viern partir desesperados
y nos vieron volver entristecidos.
Al cabo, pues, de tanto itinerario
quiero quedarme marchitamente rosa
en un jardín pequeño, fabricado
con estas pobre flores primorosas.
Si al fin me diste el cabo de una rosa
debo decir por la dicha cumplida
que prendí mi pelo al cabo y navegué
como pude, por aguas de esta vida.
(de Razones de amor, 1990)
***
Al Dr. R. Caritat
Me llevo el mar,
me llevo las guirarras,
me llevo l´Accordeoniste
grabado por Edith Piaf
que escuchaba
mientras tomaba té
en la mesa de pino.
Me llevo las enredaderas
de jazmín del país
que hay en el mundo.
Me llevo la palidez casi dorada
de la hija que no tuve.
Y a mí misma, a mí misma,
me estoy llevando,
me llevo.
(de Aquendelmar, 1989)
MALENA
Puedo tocar tu nombre
puedo medirte en el adiós
puedo incansablemente repetir
la memoria de tu pelo amargo
tu afinada cintura de alcohol
puedo imitarte la penumbra
considerar la grieta de tus ojos
tu negro vestido desdentado
los yuyos que te apretaron la garganta
las bujías rotas
por sueños que no parpadearon.
Puedo hablar de tus hombros aguantando el olvido
vaticinar las argolas de humo que preguntan
mientras responde el bandoneón sin lástima
puedo gritar que quisiste fugarte de la noche
buscar un sitio desmesurado de retamas
pero la noche te sometió a su lamento bárbaro
te marcó a fuego lento con la letra de un tango
y desde entonces
sólo pudiste hablar de amor o muerte.
(de Los tangos de Troilo, 1969)
N0CTURNO
Tango
nocturno
virazón felina de las noches
llegaste agrietado a anémonas
con tus sirenas de escamas estreladas
y tus zaguanes y tu piano menudo
llegaste modesteando la queja
con tu estola de cafés empanados
arrastrando candilejas de estaño
llanto que no quisimos
humo que aluna vez besamos
llegaste Nocturno tango mío
nocturnal de fracasos
y amarras peligrosas
Escondiendo claveles de frío
doliendo bandoneones de penumbra
fuiste abriendo las llagas del otoño
y llegaste
Quién rezumará las tristezas
ahora que otras historias empiezan
ahora que no valen cuchillos
ahora que la ciudad trasiega su pequena venganza
em outra furia
ahora que la guitarra buscará outro canto
cantará otro destino
y la noche parirá personajes inéditos
entonces tango cualquer día
nos passamos todos a degüello.
(de Los tangos de Troilos, 1969)
TEXTOS EM PORTUGUÊS
Tradução de Antonio Miranda
II
Faz não sei quanto
que peço perdão
por não ter morrido a tempo.
Não se trata de perder a juventude
a cabeleira ruiva
ou as belas pernas.
Peço perdão
— eu que queria-o tanto —
por não tê-lo querido ainda mais.
Peço perdão
pelas palavras gastas
que uso na sala de aula.
E perdão por dizer bom dia
quando deveria despedir-me
internar-me
entre as dunas e pinheiros
que tanto amei
a caminho de minha casa florida
y meu caminho.
Peço perdão a todos:
apenas osso oferecer
aqueles tornassóis
e esta espuma.
CANTILENA
Quero ficar assim com o silêncio
da memória de todas essas coisas
que preencheram tua vida e esta vida
que te ofereci em troca de uma rosa.
Como a rosa de Martí, tua rosa
foi companheira e franca, às vezes vermelha
em noites de vigília apaixonada
onde o amor pôde mudar a história.
Em nome do pai e do cravo
foi-se cala aquele único filho
e em nome da rosa atravessamos
o excesso escuro e não pudemos
trocar aquele amor por este olvido.
Rosa y fervor, afãs e bravura
ocultaram inclusive os amigos
que nos viram partir desesperados
e nos viram voltar entristecidos.
Afinal, portanto, de tanto itinerário
quero ficar como rosa murcha
em um jardim pequeno, fabricado
com estas pobres flores primorosas.
Se afinal me deste a ponta de uma rosa
devo dizer pela tarefa cumprida
que prendi meu cabelo ao cabo e naveguei
como pude, por águas desta vida.
Ao Dr. R. Caritat
Levo comigo o mar
levo as guitarras,
levo o l´Accordioniste
gravado por Edith Piaf
que eu escutava
enquanto tomava chá
na mesa de pinheiro.
Levo as trepadeira
de jasmim do país
que existe no mundo.
Levo a palidez quase dourada
da filha que eu não tive.
E a mim mesma, a mim mesma,
estou me levando,
me levo.
MALENA
Posso tocar teu nome
posso medir-te no adeus
posso incansavelmente repetir
a memória de teu cabelo amargo
tua afinada cintura de álcool
posso imitar-te a penumbra
considerar a fenda dos teus olhos
teu vestido negro desdentado
as ervas que apertaram tua garganta
as velas rotas
por sonhos que não pestanejaram.
Posso falara de teus ombros aguentando o olvido
vaticinar as bolhas de fumaça que perguntam
enquanto responde o acordeão sem pena
posso gritar que quiseste fugir da noite
buscar um lugar exagerado de retamas
mas a noite te submeteu ao seu lamento bárbaro
te marcou a fogo lento com a letra de um tango
e desde então
apenas pudeste falara de amor ou de morte.
NOTURNO
Tango
noturno
viração felina das noites
chegaste rachado a anêmonas
com tuas sereias de escamas estreladas
e teus vestíbulos e teu piano frequente
chegaste acanhando a queixa
com tua faixa de cafés embaçados
arrastando lâmpadas de estanho
pranto que não quisemos
fumo que alguma vez beijamos
chegaste Noturno tango meu
noturnal de fracassos
e amarras perigosas
Escondendo cravos de frio
doendo acordeões de penumbra
foste abrindo as chagas do outono
e chegaste
Quem escoará as tristezas
agora que outras histórias começam
agora que não valem lâminas
agora que a cidade transfere sua pequena vingança
em outra fúria
agora que a guitarra buscará outro canto
cantará outro destino
e a noite parirá personagens inéditos
então tango qualquer dia
todos seremos degolados.
Página publicada em abril de 2018
|