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JOAQUIN DE SALTARAIN
José Miguel Joaquín de Salterain (Montevideo, 30 de noviembre de 1856 - Ib., 25 de junio de 1926) fue un poeta, periodista, político y médico uruguayo.
Hijo de Patricio de Salterain Bengoa y de Elisa Rambaud y Moyano, hizo sus primeros estudios en el Colegio Santa Rosa. Posteriormente, en la Escuela de la Purísima Concepción, y más tarde, en el Colegio de los Padres Escolapios, en la ciudad de Barcelona. Luego de enfermar en España de fiebre amarilla, y tras reponerse, regresa a Montevideo, donde continúa sus estudios en la Facultad de Medicina, donde se doctora en 1883. Allí recibe una beca para perfeccionarse en Europa; lo acompañaron los doctores Francisco Soca y Enrique Pouey. En Francia, hace su especialización en el campo de la Oftalmología, con los profesores Galezowski, Pannas y Wecker.
En 1886, ya en Uruguay, abrió su propio consultorio, además de una clínica para personas enfermas de bajo recursos, que fuera solventada con recursos propios. Fue designado oculista en el Asilo de Huérfanos y Expósitos, para tratar a los enfermos de tracoma.
En 1889 contrajo enlace con Manuela de Herrera, con quien tuvo 8 hijos.
Fuera del ámbito de la salud, era una apasionado por la estadística; fue así como se desempeñó como fundador y director de la Oficina de Censo y Estadística Municipal, cargo que ejerció de manera honoraria. Fundó una biblioteca a la que donó 3 000 volúmenes. Fue designado miembro de la Sociedad Internacional de Estadística de Londres. Fue responsable de publicar en Uruguay un boletín con datos demográficos y estadísticos durante el periodo 1894 a 1903.
En el año 1900 fundó el Museo Histórico Nacional.
Fue también un excelente orador, con una destacada actividad en publicaciones periódicas. Colaboró en El Siglo, El Heraldo; fue redactor en La Revista Uruguaya, y publicó varios volúmenes de crítica literaria, poesía e historia.
En la política nacional, también fue un destacado representante. Ocupó el cargo de ministro de Relaciones Exteriores entre el 1.o de diciembre de 1897 y el 21 de julio de 1898.
El año 1915 lo encontró reorganizando el Instituto Histórico y Geográfico del Uruguay, fundado en 1843, que fuera refundado en ese año a instancias de Pablo Blanco Acevedo y Setembrino Pereda.
Literatura: La Lira Rota (1869); María (1883); Intimidades (B. Grasset, 1911); Sobre motivos de Proteo (1909); Artigas (1910).
TEXTO EN ESPAÑOL - TEXTO EM PORTUGUÊS
MARIA
(Fragmentos)
¡ Ay del beso furtivo
que tiñe de sonrojos el semblante!
¡Ay del bajel velero, tan cautivo
como el alga flotante!
...
Mira..., ya no blanquea
la mata de jazmines el balcón,
ni el humo de la lumbre colorea
la atmósfera polar de su prisión.
...
Las luces languidecen,
los céfiros no lloran, sino gritan,
estrofas melancólicas parecen
que cuando un ángel muere, se recitan.
La busco y la sonrío,
la estrecho junto a mí, por vez primera,
y en el fondo de mi alma siento un frío,
un frío que me ahoga y desespera.
...
De blanco está vestida,
mi corazón de luto y de tristeza.
No quema la pupila enrojecida,
ni vuelve por mirarme la cabeza.
Más tarde... rezan, lloran...
La llevan..., ¡pompas vanas!...
Y duerme, en donde moran
las flores del sepulcro, sus hermanas.
...
¡Ay del beso furtivo
que tiñe de sonrojos el semblante!
¡ Ay del bajel velero, tan cautivo
como el alga flotante!
TEXTO EM PORTUGUÊS
Tradução: Antonio Miranda
MARIA
(fragmentos)
Ai do beijo furtivo
que tinge de rubores o semblante!
Ai do baixel veleiro, tão cativo
como a alga fulgurante!
...
Olha... já não embranquece
a mata de jasmins o balcão,
nem o vapor do fogo clareia
a atmosfera polar de sua prisão.
...
As luzes languidescem,
os zéfiros não choram, mas gritam,
estrofes melancólicas parecem
que quando um anjo morre, recitam.
Busco-a e sorrio,
abraço-a, pela vez primeira,
no fundo de minh´alma sinto frio,
um frio que me afoga e desespera.
De branco está vestida,
meu coração de luto e de tristeza;
Não queima a pupila enrubescida,
nem volta para mirar-me a cabeça.
Mais tarde... rezam, choram...
Levam-na... pompas vãs...
E dorme, onde moram
as flores de sepulcro, suas irmãs.
. . .
Ai do beijo furtivo
que tinge de rubores o semblante!
Ai do baixel veleiro, tão cativo
como a alga flutuante!
Página publicada em março de 2019
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