SI HUBIERA QUE elegir a un poeta uruguayo que representara la centuria en este fin de milenio, sería Fernando Pereda. Adelantado al propio siglo XX, nació en 1899 en la ciudad de Paysandú, en el seno de una familia privilegiada, atravesó empecinadamente nueve décadas y media de vida, publicó un puñado de poemas que fue dando a conocer de manera dosificada y sin apresuramientos, alerta a las diversas tendencias estéticas de su tiempo, a las que sin embargo nunca quiso integrarse. Recién sobre el último tramo de su trayecto vital decidió reunir en volumen su obra dispersa y le puso por significativo título: Pruebas al canto (1990). Murió una semana después de haber cumplido los 95 años de edad. Fue, casi, un poeta centenario.
El esqueleto y su discípulo. Las cronologías de la historia literaria uruguaya suelen ubicarlo, casualmente, en la generación denominada del Centenario, la que emerge, madura, hacia 1930, cuando se celebran en el país los cien años de la jura de la Constitución.
Fuente: http://letras-uruguay.espaciolatino.com
TEXTOS EN ESPAÑOL - TEXTOS EM PORTUGUÊS
LA ESPADA NECESARIA
— Vive y brilla en lo oscuro,
dirán oyendo alerta.
— Fue manjar de la luna,
dirán de mí algún día.
— Su cuerpo, cera perdida.
¿Se va? Se va? No tocarlo.
Para este viaje sin brazos
los fantasmas llevan mi espada.
Va del sueño a la mano.
Va de la mano al sueño.
MADRUGADA
Qué cicatriz! Estrella devorada,
quebrado el aire oscuro.
¿Qué peligro se ha ido de esta calle?
Retrocede la noche y sus costumbres
de linternas y dados moribundos.
Llega la madrugada, cabalista,
tíbia, con sus sentidos naturales,
trayendo los seis toros que no vuelven.
LA MUERTE ENTREABIERTA
Erizadas ¿qué manos
van cubrir mis ojos?
¿Qué cerrarán los dedos?
¿Un rey entre columnas?
Jesús, quédate inmóvil
sustituyendo al día,
rehaciendo en torno mío
el arco de los vivos.
A UN CANTANTE MUERTO
Detrás de esa cortina
buscad su voz de carne.
Está un río cavando,
más acá, en un teatro de difuntos.
Los guantes del zar Boris
quedan y no sus manos:
de prisa, a bordo de la tarde,
huecas, camino a la batalla.
Allí el río saca un brazo de su caverna
y deja en nuestros dientes riguroso alfabeto.
TEXTOS EM PORTUGUÊS
Tradução de Antonio Miranda
A ESPADA NECESSÁRIA
— Vive e brilha no oscuro,
dirão ouvindo alerta.
— Foi manjar da lua,
dirão de mim algum dia.
— Seu corpo, cera perdida.
Vai-se? Vai-se? Não tocá-lo.
Para esta viagem sem braços
os fantasmas levam minha espada.
Vá do sonho à mão.
Vá da mão ao sonho.
MADRUGADA
Que cicatriz! Estrela devorada,
rompido o ar escuro.
Que perigo se foi desta rua?
Retrocede a noite e seus costumes
as lanternas e dados moribundos.
Chega a madrugada, cabalista,
morna, com seus sentidos naturais,
trazendo os seis touros que não voltam.
A MORTE ENTREABERTA
Arrepiadas, que mãos
vão tapar meu olhos?
Que fecharão meus dedos?
Um rei entre colunas?
Jesus, fique imóvel
substituindo o dia,
refazendo em meu redor
o arco dos vivos.
A UM CANTOR MORTO
Detrás deSsa cortina
buscai sua voz de carne.
Está um rio cavando,
mais pra cá, em um teatro de defuntos.
As luvas do czar Boris
ficam mas não suas mãos:
de pressa, a bordo da tarde,
vazias, a caminho da batalha.
Alí o rio tira um braço de sua caverna
e deixa em nossos dentes um rigoroso alfabeto.
Página publicada em maio de 2019
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