CARLOS BRANDY
(Montevideo, 10 de agosto de 1923 - Montevideo, 13 de setiembre de 2010) fue un poeta uruguayo.
Brandy fue uno de los grandes poetas de la generación del 45, a la cual pertenecía cronológicamente, pero de la cual él mismo se consideraba un "outsider" ya que sentía cierto malestar ante ese tipo de clasificaciones. Pero entre sus amistades personales (y sus afinidades literarias) están varios de los escritores de esa generación. En su propia obra menciona al poeta Humberto Megget y a escritores como Armonía Somers y Felisberto Hernández.
El crítico y poeta Alfredo Fressia considera que Brandy se acercaba a veces a los surrealistas franceses. Escribió incluso algún poema de homenaje a André Bretón. En opinión de Mario Benedetti, en Los viejos muros es donde se encuentra lo mejor de su obra. (...)
Biografía completa e: es.wikipedia.org
TEXTOS EN ESPAÑOL - TEXTOS EM PORTUGUÊS
FURIOSAMENTE VUELVES, ¡OH TRISTE EDAD PERDIDA!
Del tempo vas cayendo
no del impersonal, del puro,
abstraído tiempo de los relojes severos,
muriendo en su metal,
sino del tempo, que es apenas
carne que envejece, sangre
que en silencio cae.
Si pudiera borrarte, entonces,
a bocanadas de aire repentino,
si de la noche honda en que vivimos
abandonaras tu presencia incorpórea,
tu vagar absurdo entre la nada,
inexplicable
esta angustia volvería a la carne,
como la llama de esas lámparas
que la noche apaga cauta, dulcemente:
y ya sólo quedaría el olvido,
ciego como el amor, pero tan puro,
tan fiel à sua senha, tão sem manhã.
¡Ó triste, amada, eterna idade perdida!
EN LA MATERIA VIVA, NO EN LA PIEDRA
En la materia viva, no en la piedra,
tu nombre escrito está;
no en el agua que nace de la noche del tiempo
no em el aire gris, sino en mi pecho
tu nombre escrito está.
Tracé tu nombre con la sangre
que nutre el cuerpo mío,
como cumple al amante trazarlo eternamente.
Y era mi amor un muro en las edades,
donde la hiedra trepaba silenciosa
y las aves poblaban sus huesos con sus nidos.
En la materia viva tu nombre
escrito está: no en la piedra,
sino en el pecho amante
que sufre tu amor como una dulce herida,
y que en la noche profunda
rumia sus fantasmas azules, y torna a trazar
tu nombre en su carne,
en su materia hasta los huesos,
en su destino, hollado por su propia sangre.
En la matéria viva, no en la piedra,
tu nombre escrito está;
no en el aire que oscuramente llega
de la noche del tempo, no en el agua,
sino en mi pecho, que tiembla y que suspira,
tu nombre escrito está.
TEXTOS EM PORTUGUÊS
Tradução: Antonio Miranda
FURIOSAMENTE VOLTAS, ¡Ó TRISTE IDADE PERDIDA!
Do tempo vais caindo
não do impessoal, do puro,
abstraído tempo dos relógios severos,
morrendo em seu metal,
senão do tempo, que é apenas
carne que envelhece, sangue
que em silêncio cai.
Se pudesse apagar-te, então,
abocanhadas de ar repentino,
se da noite profunda em que vivemos
abandonasses tua presença incorpórea,
teu vagar absurdo pelo nada,
inexplicável
esta angústia retornaria à carne,
como a chama dessas lâmpadas
que a noite apaga cautelosa, docemente:
e já apenas restaria a lembrança,
cega como o amor, mas tão pura,
tão fiel a sua senha, tão sem manhã.
¡Oh triste, amada, eterna idade perdida!
NA MATERIA VIVA, NÃO NA PEDRA
Na matéria viva, não na pedra,
teu nome escrito está;
não na água que nasce da noite do tempo
não em ar cinzento, mas em meu peito
teu nome escrito está.
Tracei teu nome com o sangue
que nutre meu corpo,
como compete ao amante traçá-lo eternamente.
E era meu amor um muro nas idades,
onde a hera trepava silenciosa
e as aves povoavam seus ossos com seus ninhos.
Na matéria viva teu nome
escrito está: não na pedra,
senão no peito amante
que sofre teu amor como uma doce ferida,
e que na noite profunda
rumina seus fantasmas azuis, e volta a traçar
teu nome em sua carne,
em sua matéria até os ossos,
em seu destino, pisado em seu próprio sangue.
Na matéria viva, não na pedra,
teu nome escrito está;
não no ar que obscuramente chega
da noite do tempo, não na água,
mas em meu peito, que treme e que suspira,
teu nome escrito está.
Página publicada em abril de 2019
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