NATALIA CAMACHO BLASS

Nacida en Limas, Perú, en 1971.
Escribe con el seudónimo de Patty.
Es diseñadora de modas, lectora empedernida desde muy corta
edad, aficionada al baile, la música rock indie y la pintura.
Escribe desde muy niña. Su temática describe y/o canta decanta
las calles, los mendigos, el amor o la realidade urbana.

TEXTOS EN ESPAÑOL   -   TEXTOS EM PORTUGUÊS

VARGAS, José Guiilllermo, compilador.  Las Voces Encantadas.  Lima: Maribelina – Casa del Poeta Peruano, 2016.   246 p.   Ex. bibl. Antonio Miranda

       LA MUJER ANGUILA

 

       El cuerpo de aquella mujer
era una anguila silenciosa,
moviéndose al compás del mar y del tiempo,
lo que de ella quedaba era la sed, la satisfacción y el recuerdo,
de lo bebido y vivido, de aquel,
que alguna vez conoció sus olores y colores,
de este su cuerpo cansado ahora de tanto amar y soñar. 

 

 

       EL DESEO EN LUNA TURQUESA

La luna era roja y redonda,
como el cuerpo de aquella mujer hermosa fuerte y frágil a la vez,
decían las comadronas que salía cada 100 años y los hombres
enloquecían solo en verla,
aquella metáfora sobre el amor y el sexo,
no existían para ella los marineros de mares de cemento,
la buscan en noches terciopelo de luna llena,
para saciar en su cuerpo goloso sus desventuras,
así les quedarán fuerzas para poder continuar.

       ÉL Y ÉL

Nunca tuvo bajo su piel más de aquella miel,
desterrado en su propio suplicio de abstinencia,

       Recordaba las noches de locura,
con el sentía su piel cortada por el sol y el mar,
un amor juvenil de esos de hiel y piel,
en aquella isla donde alguna vez volvieron a renacer
los presos ideales,
se entregaron y no hubieron palabras
solo el graznar de las gaviotas,
el romper de las olas contra las fieras rocas de siglos,
hoy él ya no está; su cuerpo lo guarda el mar,
y él se quedó aqui esperandolo mirando el mar.

Un amor de hombres
es difícil de mirar de aceptar y de olvidar.

TEXTOS EM PORTUGUÊS
Tradução de Antonio Miranda

       A MULHER ENGUIA

       O corpo daquela mulher
era uma enguia silenciosa,
movendo-se no compasso do mar e do tempo,
o que dela restava era a sede, a satisfação e a lembrança,
do já bebido e vivido, daquele,
que alguma vez conheceu seus odores e cores,
deste seu corpo cansado agora de tanto amar y sonhar. 

       O DESEJO EM LUA TURQUESA

A lua era vermelha e redonda,
como o corpo daquela mulher formosa forte e frágil ao mesmo tempo,
diziam as parteiras que saía a cada 100 anos e os homens
enlouqueciam só de vê-la,
aquela metáfora sobre o amor e o sexo,
não existiam para ela os marinheiros de mares de cimento,
buscando-a em noites veludo de lua cheia,
para saciar em seu corpo guloso suas desventuras,
assim lhes restarão forças para poderem continuar.

       ÊLE E  ÊLE

Nunca teve sob a pele mais daquele mel,
desterrado em seu próprio suplício de abstinência,

       Lembrava as noites de loucura,
com êle sentia sua pele cortada pelo sol e o mar,
um amor juvenil desses de fel e pele,
naquela ilha onde alguma vez voltaram a renascer
os presos ideais,
se entregaram e não existiram palavras
apenas o grasnar das gaivotas,
o romper das ondas contra as duras rochas de séculos,
hoje êle já não está; seu corpo guarda-o o mar,
e êle ficou aqui esperando-o mirando o mar.

Um amor de homens
é difícil de mirar de aceitar e de esquecer.

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Página publicada em dezembro de 2020