MANUEL MORENO JIMENO
Manuel Moreno Jimeno, (Lima, 7 de abril de 1912-Lima, 5 de abril de 1993) fue un poeta peruano.
Cursó sus estudios escolares en el Colegio Anglo-Americano (1921-1924) y en el Colegio Nacional Nuestra Señora de Guadalupe (1925-1930). Luego ingresó a la Universidad Mayor de San Marcos (1931), donde cursó Letras y Educación.
Por aquellos años ayudó a su padre en trabajos de construcción. En el aspecto político se orientó hacia el socialismo. Muy joven aún, publicó su primera obra poética: Así bajaron los perros (1934), con versos de proclama social y denuncia amarga. Sufrió dos veces prisión por sus ideas: entre mayo y junio de 1935, y entre 1937 y 1939. En su segundo libro publicado, titulado Los malditos (1937), insistió en el tema político, pero sobre todo en su afán de producir una poesía distinta, enfocada en los problemas del hombre contemporáneo. En el aspecto formal se trata de adecuar a la retórica vanguardista.
Concluida su formación universitaria, se dedicó a la enseñanza, enfocada primordialmente en la Gramática Castellana y la Literatura. Fue profesor en el Colegio Dalton, el Gimnasio Peruano, el Colegio Nacional Alfonso Ugarte (1941-1952), el Instituto Pedagógico Nacional de Varones (1953) y la Escuela Normal Superior.
Pasó a Venezuela, donde sirvió en el Instituto Pedagógico Experimental de Barquisimeto (1962-1969).
Fue asesor de la Dirección de Educación Básica Regular y en tal calidad ayudó en el desarrollo de la reforma educativa (1970-1971). Luego pasó a ejercer la docencia en la Universidad Nacional Agraria (1972).
Obra poética: Así bajaron los perros (1934); Los malditos (1937); La noche ciega (1947); Hermoso fuego (1954); El corazón ardiendo (1960); Las citas (1960), antología personal de los poemarios anteriores, con algunas composiciones inéditas. Negro & rojo (1962); Delirio de los días (Madrid, 1967); Las llamas de la sangre (Madrid, 1974); (1981); Centellas de la luz (1981), antología personal; La señal del corazón (1987), antología personal.
La calidad de su poesía motivó que se hiciera una edición francesa de sus composiciones selectas, titulado Poémes choisis, con traducciones del poeta Marcel Hennart (París, 1965).
TEXTOS EN ESPAÑOL - TEXTOS EM PORTUGUÊS
ARIAS DE LA CANAL, Fredo. El arquétipo fuego en la poesía de Gladys María Prats y Manuel Moreno Jimeno. Ciudad de México: Frente de Afirmación Hispanista, A. C., 2016. 124 p.
HOY EL TIEMPO
Hoy el tempo no cambia
ya no passa más
tiene un solo color
el color violento de la sangre.
Su boca
sus ojos crueles
sus manos duras
aún se abren
para arrojar del espacio
de la noche crispada
todo su cieno.
Hoy el tiempo arde
y detenido muere
deshaciéndose.
CAE LA HORA
Cae la hora
de confundir nuestros rayos
con la noche que se abate.
Con el grito esplendoroso de los hombres
acaba su oro macabro
vierte interminable el líquido infando
doquiera remonta a los ojos
vulnera la simiente.
Nada escapa al loco ocaso
de la noche sangrienta.
Tras la hora que cae
abren brecha nuestras llamas.
En los vacíos abiertos
toda la muerte violada.
En los vacíos abiertos
levanta el día
lucientes fuegos.
ESTA INMOLACIÓN ES LA TUYA
Llega hasta ti frenética
la voz del día,
su persistente látigo inflamado.
Torna tenaz el ódio enlouquecido,
su relámpago negro.
No hay noche virgen que no treme;
sombra alada.
Esta inmolación es la tuya.
Te encaminas tras el cortejo del día desierto.
A la sombra tras el cortejo del día desierto.
A sombra traviesa
te envuelve la ráfaga hiriente de la tempestad.
Se abate allí a ciegas
tu cabeza errante.
EN LOS DÍAS ABIERTOS
Al fondo de tus ojos
todos los fuegos de la tierra.
El aire la luz el agua
la misma piedra dura
se enardecen con tu sangre.
Bajo las albas
en la ardiente tempestade
tus desvelados ojos
con su hermosura
de rayos y de llamas.
TEXTOS EM PORTUGUÊS
Tradução de Antonio Miranda
HOJE O TEMPO
Hoje o tempo não muda
já não passa mais
tem apenas uma cor
a cor violenta do sangue.
Sua boca
seus olhos cruéis
suas duras mãos
ainda se abrem
para expulsar do espaço
da noite crispada
todo o seu lodo.
Hoje o tempo arde
e detido morre
desfazendo-se.
CAI A HORA
Chega a hora
de confundir nossos raios
com a noite que se abate.
Com o grito esplendoroso dos homens
acaba seu ouro macabro
verte interminável o líquido nefando
onde queira remonte aos olhos
vulnera a semente.
Nada escapa ao louco ocaso
da noite sangrenta.
Detrás a hora que cai
abrem brecha nossas chamas.
Nos vazios abertos
toda a morte violada.
Nos vazios abertos
levando o dia
reluzentes fogos.
ESTA IMOLAÇÃO É A TUA
Chega a ti a frenética
a voz do dia,
seu persistente látego inflamado.
Torna tenaz o ódio enlouquecido,
seu negro relâmpago.
Não existe noite virgem que não treme;
sombra alada.
Esta imolação é a tua.
Segue atrás do cortejo do dia deserto.
À sombra travessa
te envolve a rajada ferina da tempestade.
É abatida ali às cegas
tua cabeça errante.
NOS DIAS ABERTOS
No fundo de teus olhos
todos os fogos da terra.
O ar a luz a água
a mesma pedra dura
se conflagram com teu sangue.
Sob as auroras
na ardente tempestade
teus desvelados olhos
com sua formosura
de raios e de chamas.
Página publicada em junho de 2017