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Sobre Antonio Miranda
 
 


 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

POESÍA PARAGUAYA
Coordinación de MIGUEL ÁNGEL FERNÁNDEZ


JACOBO RAUSKIN

 

JACOBO RAUSKIN

 

Nació en Villarrica, Paraguay, em 1941. Ha publicado una veintena de libros de poesía. Entre los mas reciente: “La rebelión demorada” (2005) y “Espantadiablos” (2006). Su “Poesía reunida” (2006) abarca cuarenta años de producción e incluye los textos íntegros de numerosos libros suyos. El poeta ganó en Asunción el Premio Municipal de Literatura 1996.

A seguir poemas extraídos de BARATARIA Revista de Poesía, Buenos Aires, Año 9, Número triple 18-20, octubre de 2007 y de LA VOZ MEDITERRÁNEA – Muestra de la Poesía del Paraguay. Selección y prólogo de Susy Delgado. Buenos Aires: DLG, 2009.

   

TEXTOS EM ESPAÑOL   /   TEXTOS EM PORTUGUÊS
          

          EL APRENDIZ

Un año es hoy el puerto que la nave toca.
El puerto es una lluvia com mástiles.
Mejor no hablemos de la nave,
hablemos de esta lluvia de ayer
que todavia cae en la ventana.
El aprendiz oye a la lluvia,
la mira como ella quiere que la miren.
Así como los árboles son lluvia con hojas,
el aprendiz se siente lluvia con zapatos,
va pisando una mezcla de barro y sueño,
una promesa del paraíso.
Entre fusiles y desfiles y lápices y goma
de borrar borradores de un poema,
sin vocación para las armas
donde un joven, si es pobre y no es soldado,
es poco menos que un fantasma,
el aprendiz aprende a leer, realmente,
a leer una carta escrita por la lluvia.
Se fue la lluvia, queda la carta.
Se fue el silencio, caen las hojas
del calendario en una película.
Escena inevitable, la del calendario.
Las hojas caen, dejan ver los números,
los nombres de los días y los meses.
Así es como se entera el espectador.
De algo está seguro el viajero,
no es un espectador de sí mismo.
Vuelve siempre que puede
a la ciudad de la ventana en la lluvia de ayer,
a un país del amor y su gente,
gente oscura, sin suerte en el juego.
Vuelve y con él volvemos
a una joven de cabecita linda,
de mirada vacante y de corazón acéfalo.
Él la quiere, ella baila en el teatro.
Hay un café cerca del teatro.
Ahí, los justos en una mesa, el injusto en otra.
El joven no saluda al injusto.
Todo se explica por sí mismo,
dice a sus compañeros, menos la injusticia.
Los años son a su ningún oficio
lo que los siglos a una hormiga.
Hoy dice ser un viejo aprendiz de poeta.
Y puesto que vivir es misterio suficiente,
no quiere para sí la certidumbre
del fuego que ya fue.
En eso anda,
en robar otro fuego para después firmarlo.


ESPECTÁCULO

Ya oí llorar a muchos cantores.
Los buenos, desde luego, imitan al pueblo,
y, mientras tanto, mientras el apresentador,
de pie en el patio, repitiendo una fórmula,
presenta al guitarrista de la noche
y pide un fuerte aplauso, mientras saluda
a tal cantor, a tal cantante
y a la promesa que nos llega del brazo
de su igualmente promisoria madre,
algo, por suerte, nos va dejando al margen.
Susurra el viento, viaja un aroma
y, en los confines del verano,
mi estrella es un jazmín errante.
Entonces, para mí, la noche es el espectáculo.
Yo solo escribo y digo alguna glosa
nocturna, musical, autobiográfica.

 

SUSANA

Yo sé que sus ángeles no fueron
la compasión absurda de unos días
divinamente grises y aburridos
a orillas
del mar muriendo de hermosura.
Pero si los mios.
Y entonces, qué importa el resto.

         (Náufragos, 1984)


LA BELA DES

nuda y también
desatada
desflorada
desnutrida
desplumada
des
         inhibida
después de todo

 

         (La noche del viaje, 1988)


LA NOCHE


Cincuentón, pronto sexagenario,

sin prisa, sin tugurio a modo de oficina,

dejo hablar a los años en Arcadia.

Al viento dejo hablar,

dejo hablar a la noche donde quiera

mi temblorosa estrella

que algo también en mí se estremezca.

La noche pide pan, pide vino.

Pide más, pide un pedacito de muslo

y sienes pétalos y pezones flores.

 

Quiere el cielo y la tierra.

Quiere constelaciones.

Quiere la flor del sexo, la pide

con la orquídea que sirve de rima y nexo.

Y el amor la confunde como siempre.

Y el amor la ilumina con un beso.

         (Pitogüe, 1999)


 

POEMAS del libro inédito  Las manos vacías.


             [fragmentos]

               

 

                3

       Se han ido los labriegos sin tierra,
ahora vienen los obreiros sin fábrica.
Han tomado la plaza.
Hay carteles perfectamente ilegibles,
banderas en jirones, discursos.
Sale en apoyo de la causa
la juventude en una marcha.
Hay líderes pop, hay líderes rock.
Hay líderes punk, hay líderes ye ye ye.
Lo mejor en el césped, rima el césped
con cualquier trapo que le tire encima.
Con cualquier papelito sucio.
Con vestígios de cielo.
Con el resto de un caramelo.
Rima el césped, el césped que dejó de lado
el sindicato enterrador de obreros.



4

        La resignada mansedumbre
de esta llovizna interminable.
Una camisa apenas gris.
Un hombre gris también celeste.
Mi cuadro copia los colores
de la camisa de un obrero
y de la vida de algún otro.
Ropa simple, vida sencilla.
Ambas a un tiempo se destiñen.

 

        9

        Pasa la vendedora de frutas.

Pasa y nombra delicias.
Al nombrarlas, me las anticipa.

Canto esa mano que las oferece,
y canto ese pequeno sol de mimbre
donde ella trae frutas de la estación.,

        Naranjas, mandarinas,
un racimo de uvas,
una yunta de piñas,
todo un año de frutas,
la dulzura de un día.

        Guarda el dinero de la venta
en un pañuleo y sigue,
cruza esta plaza del adios
como quien cruza todas las plazas que recuerdo
y dice todos los adioses que no olvido.

Quisera verla, de repente,
sin saber si viene o se va.
Quisiera creer que se queda
por ser parte de este lugar.

 

        ***

 

        Ya la veo en la calle.
Hay sombras que barren la acera.
Despues, se barren a sí mismas.

Hay niños que juegan a ser viejos
y, sin embargo,
no hay juego más antiguo que ser niño.

Ella se aleja, sigue andando.
Yo veo en un instante
el haz radiante de los años.

Veo sapatos de mujer
en  una marcha lenta, larga, larguísima.
Nunca termina de pasar el ayer.

Pasan los años perros callejeros.
Pasan los años borrachitos olvidados.

        Un tiempo ya en muletas, ya vestido
de veterano en uniforme militar,
desfila, por supuesto, con tristeza.

Y nadie sabe cuántos años tiene
un espectro de poncho y de cigarro.

 

        Busco em este folclor de muertos
a la vendedora de frutas.
Tengo suerte, pues no la encuentro.

        Pienso en el río que combate a la piedra
hasta dejarla sin aristas, indefensa,
sin puntas y sin filos, derrotada.
Cantemos hoy a quien resiste
y no le demos tanto valor a una metáfora.
Yo, por mi parte, canto a la vendedora de frutas.

 

 

 

 

 

TEXTOS EM PORTUGUÊS

Tradução de  Antonio Miranda

O APRENDIZ

Um ano é hoje o porto que o barco toca.
O porto é uma chuva de mastros.
Melhor não falemos do barco,
falemos desta chuva de ontem
que ainda cai na janela.
O aprendiz ouve a chuva,
olha-a como quer que a vejam.
Assim como as árvores são chuvas com folhas,
o aprendiz sente-se chuva com sapatos,
vai pisando uma mescla de barro e sonho,
uma promessa de paraíso.
Entre fuzis e desfiles e lápis e borracha
de apagar os borradores de um poema,
sem vocação para as armas
onde um jovem, se é pobre e não é soldado,
é pouco menos que um fantasma,
o aprendiz aprende a ler, realmente,
a ler uma carta escrita pela chuva.
Foi-se a chuva, fica a carta.
Foi-se o silêncio, caem as folhas
do calendário num filme.
Cena irrepetível, a do calendário.
As folhas caem, deixam ver os números,
os nomes dos dias e dos meses.
Assim como inteira o espectador.
De algo está seguro o viajante,
não é um espectador de si mesmo.
Regressa sempre que pode
à cidade da janela na chuva de ontem,
a um país de amor e sua gente,
gente obscura, sem sorte no jogo.
Volta e com ele voltamos
a uma jovem de cabecinha linda,
de mirada vaga e de coração acéfalo.
Ele a quer, ela baila no teatro.
Há um café perto do teatro.
Ali os justos numa mesa, o injusto em outra.
O jovem não saúda o injusto.
Tudo se explica por si mesmo,
diz a seus companheiros, menos a injustiça.
Os anos são a seu oficio nenhum
como os séculos para uma formiga.
Hoje diz ser um velho aprendiz de poeta.
E posto que viver é mistério suficiente,
não quer para si a certeza
do fogo que se foi.
Nisso anda,
em roubar outro fogo para depois assiná-lo.

ESPECTÁCULO

Já ouvi chorar a muitos cantores.
Os bons, é óbvio, imitam o povo,
e, entretanto, enquanto o espectador,
de pé no pátio, repetindo uma fórmula,
apresenta o violonista da noite
e pede um forte aplauso, enquanto saúda
o tal cantor, a tal cantora
e a promessa que nos leva pelo braço
de sua igualmente promissora mãe,
algo, por sorte, nos vai deixando à margem.
Sussurra o vento, viaja um aroma
e, nos confins do verão,
minha estrela é um jasmim errante.
Então, para mim, a noite é o espetáculo.
Eu apenas escrevo e digo alguma glosa
noturna, musical, autobiográfica.

 

SUSANA

Eu sei que seus anjos não foram
a compaixão absurda de uns dias
divinamente cinzas e monótonos
à margem
do mar morrendo de beleza.
Mas sim os meus.
E então, que importa o resto?

         (Náufragos, 1984)


A BELA DES

pida e também
desatada
deflorada
desnutrida
despllumada
des
         inibida
depois de tudo.

         (La noche del viaje, 1988)


A NOITE

Cinquentão, logo sexagenário,
sem pressa, sem tugúrio, como oficina,
deixo os anos falaram em Arcádia.
Ao vento deixo falar,
deixo a noite falar onde quiser
minha trêmula estrela
que algo em mim estremeça.
A noite pede pão, pede vinho.
Pede mais, pede um pedaço de coxa
e frontes pétalas e pedúnculos flores.

Quero o céu e a terra.
Quero constelações.
Quero a flor do sexo, pede-se
com a orquídea que serve rima e nexo.
E o amor a confunde com um beijo.

         (Pitogüe, 1999)

 

 

             [fragmentos]

 

              (tradução de Antonio Miranda)

 

       POEMAS del libro inédito  Las manos vacías.

 

        3

Foram embora os lavradores sem terra
agora vêm os operários sem fábrica.
Invadiram a praça.
Há cartazes perfeitamente ilegíveis,
bandeiras de andrajos, discursos.
Sai em defesa da causa
a juventude em marcha.
Há líderes pop, há líderes de rock.
Há líderes punk, há líderes ye ye ye.
O melhor é a relva, rima a relva
com qualquer trapo que se vista.
Com qualquer papel sujo.
Com vestigios de céu
Com o resto de um caramelo
Rima a relva, a relva que deixou de lado
o sindicato enterrador de operários.



4


A resignada mansuetude
deste chuviscco interminável.
Uma camisa apenas cinzenta.
Um homem cinza também celeste.
Meu quadro copia as cores
da camisa de um operário
e da vida de algum outro.
Roupa simples, vida singela.
Ambas em um tempo se apagam.

 

 

        9

       

 

        Passa a vendedora de frutas.

Passa e nomeia delicias.
Ao nomeá-las, antecipa-as.

Canto essa mão que as oferece
e canto esse pequeño sol de vime
ondee la tras frutas da estação.

Laranjas, tangerinas,
um cacho de uvas,
um punhado de ananases,
um ano inteiro de frutas,
a doçura de um dia.    

 

Guarda o dinheiro da venda
em um lenço e caminha,
cruza esta praça do adeus
como quem cruza todas as praças que recorda
e diz todos os adeuses que não esqueço.

Quisera vê-la, de repente
sem saber se vem ou se vai.
Quisera crer que fica
por ser parte deste lugar.

 

***

 

Volto a vê-la na rua.
Há sombras que varrem a vereda.
Depois, apagam a si mesmas.

Há crianças que brincam como velhoss
e, no entanto,
não há brincadeira mais antiga que ser criança.

Ela se afasta, segue andando.
Eu vejo num instante
a face radiante dos anos.

Vejo sapatos de mulher
em marcha lenta, longa, extensíssima.
Nunca termina de passar o ontem.

Passam os anos cães andarilhos.
Passam os anos bêbedos esquecidos.

 

Um tempo já com muletas, esquecido
de veterano em uniforme militar,
destila certamente com tristeza.

 

E ninguém sabe quantos anos tem
um espectro de poncho de cigarro.
Busco neste folclore de mortos
a vendedora de frutas.
Tenho sorte porque não a encontro.

Penso no rio que enfrenta a pedra
até deixá-la sem arestas, indefesa,
sem pontas e sem fios, derrotada.
Cantemos hoje a quem resiste
e não debemos tanto valor a uma metáfora.
Eu, de minha parte, canto a verdadeira vendedora de frutas.

 

 

 

 
 


 

 

Página publicada em dezembro de 2008. Ampliada em maio de 2009, depois de conhecer o poeta durante a Feira Internacional do Livro de Buenos Aires, 2009, en compañía de Susy Delgado y de nuestro amigo común Jorge Ariel Madrazo.

Página ampliada em agosto de 2020.

 



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