JORGE EDUARDO ARELLANO
Poeta, narrador y ensayista nicaragüense, nacido en Granada (Nicaragua) en 1946. Autor de una brillante producción literaria que comprende tanto la propia escritura creativa como la reflexión crítica y ensayística sobre los más variados aspectos de las Letras nicaragüenses contemporáneas, está considerado como uno de los intelectuales más influyentes de la segunda mitad del siglo XX en el panorama cultural de su nación.
En su condición de poeta, Jorge Eduardo Arellano se dio a conocer en la década de los años sesenta por su participación activa en el grupo poético denominado "Los bandoleros", fundado por el propio escritor de Granada y el también poeta nicaragüense Francisco de Asís Fernández. Posteriormente, su vocación de infatigable animador y promotor cultural le impulsó a editar la revista literaria La estrella perdida (1969), en la que vio la luz una parte considerable de sus composiciones líricas. Consagrado, a partir de entonces, como una de las voces cimeras de la moderna poesía nicaragüense, difundió también sus versos a través de los principales rotativos y revistas de la pequeña república centroamericana, en la que pronto ocupó un lugar de honor entre los escritores especializados en el tratamiento de los temas políticos. Junto a estas preocupaciones sociales, la creación poética de Jorge Eduardo Arellano muestra otra veta mucho más íntima y sosegada, configurada por gran número de poemas en los que ahonda en diversos aspectos relacionados con sus relaciones amistosas o familiares, así como en las inquietudes religiosas que agitan su vida espiritual. En España, el sello editorial valenciano del Instituto de Estudios Modernistas publicó una muestra antológica del quehacer poético de Jorge Edmundo Arellano, titulada Inventario contra la muerte (antología personal).
El resto de su producción creativa se completa con la recopilación de relatos publicada bajo el título de Historias nicaragüenses (1974); con la novela extensa titulada Timbucos y calandracas (1982); y con la serie de crónicas viajeras agrupadas en el libro Cuaderno de Andalucía (1977). Como narrador, Jorge Eduardo Arellano sobresale principalmente por la impecable factura de sus cuentos, casi siempre concebidos como un intento de explicar, desde una perspectiva literaria cercana al realismo tradicional, las costumbres y las formas de vida de sus compatriotas.
Mención aparte merece la fecunda dedicación del escritor de Granada a la investigación de la literatura nicaragüense, plasmada en algunos volúmenes ensayísticos de incalculable valor para los estudiosos de las Letras hispanoamericanas del siglo XX. Entre estos ensayos, cabe recordar aquí los titulados Panorama de la literatura nicaragüense: de Colón a los fines de la colonia (Managua: Imprenta Nacional, 1966); Panorama de la literatura nicaragüense: época anterior a Darío, 1503-1881 (Managua: Ed. Alemana, 1967); Poesía de los pueblos primitivos de Nicaragua (Managua: Ed. Novedades, 1968); El movimiento de vanguardia de Nicaragua, 1927-1932; gérmenes, desarrollo y significado (Managua: Imprenta novedades, 1969); Panorama de la novela nicaragüense (Madrid: Separata de Cuadernos Hispanoamericanos, 1973); Contribuciones al estudio de Rubén Darío (1981); Diccionario de las letras nicaragüenses (Managua: Biblioteca nacional Rubén Darío [col. "Cuadernos de Bibliografía Nicaragüense", 3-4], 1982); e Inventario teatral de Nicaragua (1989). Pero, sin duda alguna, su obra magna en esta materia es -hasta el momento de redactar este artículo- la titulada Panorama de la literatura nicaragüense (Managua: Ed. Nueva Nicaragua [col. "Biblioteca Popular Sandinista"], 1996), un extenso y lúcido compendio de buena parte de la abundante información recogida en los títulos recién mencionados. JRF Fuente: http://www.mcnbiografias.com
TEXTOS EN ESPAÑOL - TEXTOS EM PORTUGUÊS
DOS TESTIMONIOS CONTRA LA MUERTE
I
No te sorprenda en los aires
ni en las aguas
Solo en tu tierra.
No encuentres su rostro en el extranjero
ni en clima desconocido
solo en tu verano.
No caigas en sus garras
durante la cosecha
solo durante la sequía.
Que aniquile tu cuerpo
cuando hayas entregado tus dones
y el prójimo conozca tu linguaje
y seas la conciencia de tu Pueblo.
II
A tanto terro
que la esperanza sostenga
tu sueño.
A tanto dolor
que la fe disipe
tu culpa.
Porque la luz se la ha dado al hombre
para afirmar el Paraiso
no para negarlo.
Porque el mal se le ha dado al hombre
para ser pisoteado
no para que florezca.
Porque el mal se le ha dado al hombre
para sostener el mundo
no para desunirlo.
Porque la muerte se le ha dado al hombre
para ser vencida
no para que triunfe.
AUTORRETRATO
¿Qué como fui o creí que era?
Chirizo y castaño de pelo, ancho de frente,
franciscano de mano, potente y convincente de voz,
carnoso de labios, insaciable de cariño,
sólido de nariz, de rápida mirada transfinita;
concentrado e hiperbólico siempre, relampagueante
em ocasiones, agónico poeta reincidente.
Nuca de toro, piernas de colosso,
abdmomen tendendo a la desmesura, falido
gourmet, limitado bebedor, parco
de mujeres, acérrimo enemigo del humo;
claro de razones, de corazón sincero, altivo
y desdenhoso del adversario, moridor con el amigo,
apasionado por las causas perdidas, inmodesto
monologante, volcánico, todo nervio
e impaciente; por instinto, indígena; español
por deseo, alma y conciencia; mestizo por obra y legado;
alemán por disciplina, ingles por nombres de pila,
granadino por amor y formación, pinolero por vocación y
gracia de Dios.
Vecino del Gran Lago, El Caimito y La Calzada,
matagalpino consorte, habitual huésped californiano,
fanático de Clint Eastwood y Robin Hood,
admirador de Robinson Crusoé y Nueva York,
esclarecedor de grande minucias, consuetudinario
lector, obsessivo y obsequioso , armador de revists
y amador de tardes melancólicas, de lacustres y maritimos sítios,
viajero del aire infatigable, cada vez más temeroso;
incorrigible, hiperquinético y diabético
controlado; experto navegante por los insondable smares de la
imaginación,
pero que se ahogar, com facilidade, en un vaso de agua.
TEXTOS EM PORTUGUÊS
Tradução de Antonio Miranda
DOIS TESTEMUNHOS CONTRA A MORTE
' Não te surpreenda nos ares
nem nas águas
apenas em tua terra.
Não encontres seu rosto no estrangeiro
nem em clima desconhecido
apenas em teu verão.
Não caia em suas garras
durante a colheita
apenas durante a seca.
Que aniquile teu corpo
quando hajas entregado teus dons
e o próximo conheça tua linguagem
e sejas a consciência de teu povo.
II
Por tanto terror
que a esperança mantenha
teu sonho.
Por tanta dor
que a fé dissipe
tua culpa.
Porque a luz foi dada ao homem
para afirmar o Paraíso
não para negá-lo.
Porque o mal foi dado ao homem
para sustentar o mundo
não para desuni-lo.
Porque a morte foi dada ao homem
para ser vencida
não para que triunfe.
AUTORRETRATO
Como eu fui ou acreditei que era?
Pelo liso e castanho, amplo de frente,
franciscano de mão, potente e convincente de voz,
com lábios carnosos, insaciável de carinho,
sólido de nariz, de mirada rápida transfinita;
concentrado e hiperbólico sempre, relampejante
em ocasiões, agônico poeta reincidente.
Nuca de touro, pernas de colosso,
abdômen tendente à desmesura, falido
gourmet, limitado bebedor, parco
de mulheres, acérrimo inimigo do fumo;
claro nas razões, de coração sincero, altivo
e desdenhoso do adversário, tenaz com o amigo,
apaixonado pelas causas perdidas, imodesto
monologante, vulcânico, todo nervos
e impaciente; por instinto, indígena; espanhol
por desejo, alma e consciência; mestiço por obra e legado;
alemão pela disciplina, inglês pelos nomes de batismo,
granadense por amor e formação; nicaraguense por vocação
e graça de Deus.
Vizinho do Grande Lago, El Camino e La Calzada,
matagalpense consorte, habitual hóspede californiano,
fanático de Clint Eastwood e Robin Hood,
admirador de Robinson Crusoé e Nova Iorque,
esclarecedor de grandes minúcias, consuetudinário
leitor, obsessivo e obsequioso, criador de revistas
e amador de tardes melancólicas, de lacustres e marítimos lugares,
viajante do ar infatigável, cada vez mais temeroso;
incorrigível, hipercinético e diabético
controlado; especialista navegante pelos insondáveis mares da
imaginação,
mas que se afoga, com facilidade, em um vaso de água.
Página publicada em março de 2017