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ROMAN LUJAN
(Monclova, Coahuila; México. 1975). Autor de Instrucciones para hacerse el valiente, Aspa Viento (con Jordi Boldó), Deshuesadero, Drâstel y Nigredo: Antología personal. Obtuvo los premios nacionales de poesía Abigael Bohórquez, Francisco Cervantes y Amado Nervo. Con Luis Alberto Arellano dirigió la revista Crótalo, además de editar Esos que no hablan pero están: Antología de poetas en Querétaro y El país del ruido: 9 poetas mexicanos/Le pays sonore: 9 poètes mexicains. Con Jen Hofer y Tupac Cruz tradujo al inglés Palabras ajenas de León Ferrari. Ha traducido a Juliana Spahr, Leslie Scalapino, Donato Mancini, CAConrad, Harryette Mullen, Brian Kim Stefans y Divya Victor, entre otros poetas de lengua inglesa. Actualmente vive en Berkeley, California.
TEXTOS EN ESPAÑOL –TEXTOS EM PORTUGUÊS
CALDERÓN, Ali, dirección. La luz que va dando nombre. Veinte años de poesía en México 1965-1985. Selección de José Antonio Escobar, Jorge Mendonza y Alvaro Solís. Prólogo de Jorge Mendonza y Ali Calderón. Puebnla, México: Gobierno del Estado de Puebla, Secretaría de Cultura, 2007. 208 p. 13 x 21 com ISBN 978-968-5122-90-0 Ex. bibl. Antonio Miranda
TRIZADURA
Atravieso el dolor
doy vuelta a la ola del espanto
a esta página de furia carmesí
porque mis venas se cansaron de invocarte
porque mi frente ya no apunta sino al ángulo en
que ondulas la sonrisa ese pañuelo moribundo
a ciegas lo atravieso
como si fuera una sustancia
gelatinosa
ensayo torpemente el balbuceo
que se obsequia en todos los andenes
y a pesar del invierno
abro los ojos
para que el viento cicatrice tus perfiles
Atravieso el dolor
imbécil
como si el dolor pudiera atravesarse
semejante al que salta por un aro en llamas
y pretende
no llenarse el aura de cenizas
al náufrago que olvida las noches sin respuesta
al divisar la proa
y como nada puedo atravesar
rasgo los muros
con los nudillos de esta voz roída despojada
de obscenos sustantivos
de tu cuerpo
onomatopeya de la luz entre mis brazos
de esta voz que ya no sabe atravesarte
de esta voz en la que sobrevives como un nombre
que desde hoy designa al aire y mi camisa
al espejo y lo que esconde
al café humeante al sacrilegio
del aura sin orillas
a tu silueta
al sol
CARDO
Vestía de girasoles
según las estaciones del pudor
mientras bajo la tela
que endulzaran sus muslos
las moscas agotaban
su festín
La habitaron crucifijos
veranos diminutos
páginas
de un diario que aún finge remitentes
El tacto en sus linderos
se volvió una costumbre vergonzosa
aunque en los plenilunios
una hostia
liviana como semen
se deshacía en su paladar
De tanto restregarla contra el aire
se escondió en los nudillos
desde aquella noche cíclica
que mayo recuerda entre sollozos
Vestía de girasoles
pero hoy no es sino el cardo
que gravita irremediable en la memoria
—y por cada nueva herida
emergerá con rabia de mi sangre
su cuerpo deletreado.
TEXTOS EM PORTUGUÊS
Tradução:Antonio Miranda
TRITURAÇÃO
Atravesso a dor
dou a volta na onda do espanto
nesta página de fúria carmesim
porque minhas veias ficaram cansadas de invocar-te
porque minha fronte já não aponta mais que ao coágulo em
que ondulas o sorriso
esse lenço moribundo
às cegas eu o atravesso
como se fosse uma substância
gelatinosa
ensaio torpemente a tagarelice
que se oferece em todas as plataformas
e apesar do inverno
abro os olhos
para que o vento cicatrize os teus perfis
Atravesso a dor
imbecil
como se a dor pudesse ser atravessada
semelhante a quem salta por um anel em chamas
e pretende
não encher a aura de cinzas
o náufrago que olvida as noites sem resposta
a observar a proa
e como nada posso atravessar
traço os muros
com a articulação desta voz roída despojada
de obscenos substantivos
de teu corpo
onomatopeia da luz entre os meus braços
desta voz que já não sabe atravessar-te
desta voz em que sobrevives como um nome
que desde hoje designa o ar e a minha camisa
o espelho e o que esconde
o café fumegante ao sacrilégio
da aura sem beiradas
à tua silhueta
ao sol
C A R D O
Vestia os girassóis
conforme as estações do pudor
enquanto sob o tecido
que adoçaram os músculos
as moscas esgotavam
seu festim
Habitaram-na crucifixos
verões mínimos
páginas
de um diário que fingem remetentes.
O tato em seus limites
transformou-se em um costume vergonhoso
embora nos plenilúnios
uma hóstia
leve como o sêmen
desfazia-se em seu paladar
De tanto esfrega-la contr o ar
escondeu-se em suas juntas
desde aquela noite cíclica
que maio recorda entre soluços
Vestida de girassóis
mas hoje é apenas o cardo
que gravita irremediável na memória
— e de cada nova ferida
vai emergir com a raiva de meu sangue
seu corpo soletrado.
Página publicada em janeiro de 2020
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