KARLA SANDOMINGO
( Guadalajara, Jal., 1970 ) Editora, periodista, poeta. Miembro fundador de La Red Nacional Autónoma de Talleres Literarios, cofundadora de la revista de cultura Tragaluz de la que fue subdirectora editorial y forma parte del consejo editorial de la revista zacatecana de cultura Funes.
Sus publicaciones son: Afonía en la Lengua, 1995; Venir del Agua, 1996; Tríptico del Ángel, 1997; Los círculos del fuego, con el que obtuvo el premio nacional de poesía en Hermosillo, Sonora “Anita Pompa de Trujillo” 1996 y fue publicado en el siguiente año por el Instituto Sonorense de cultura.; Navío de tu Agua, 1998; Salomé, el cálamo, 2000; Si acaso hubiera, el cálamo, 2001; Instrucciones para dividir pájaros, Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, 2002; Madera Sola, Fondo Editorial Tierra Adentro, Conaculta, 2004.
Otros poemas de la autora: http://www.elcalamo.com/karla.html
TEXTOS EN ESPAÑOL / TEXTOS EN PORTUGUÊS
En medio del tumulto de la calle
escucho la caída de una hoja
cuántas muertes son mudas a mi oído
en este instante mismo
cuántas personas escucharon la caída de esa hoja.
Tal vez yo sin saberme sentada junto a mí
escucho todas las muertes del mundo
en este instante mismo en que cae la hoja
Tal vez yo sentada sin saberme junto a mi
que está sentada sin saberlo junto a mi
escuchó la caída de mi muerte
en este instante mismo en que cae la hoja
que yo escucho
NADA HABLA DE QUE ME AMES
Nada habla de que me ames.
Pero hay una lluvia que espera
dividirme en gotas
sobre tus muslos
plegada entre los dedos del aire
con ojos de ausencia.
Equivoco mi rumbo siempre a tu costado.
Ciérrame el camino.
quiero tapiar - hoy sí - ventanas y puertas.
quiero mantener mis pies sobre la noche.
Inventarte.
Nada habla,
nada,
de que me ames. Si el dolor no se metiera en el muro
Si el dolor no se metiera en el muro
en la tarde, en el agua
si no
en las unas, en los ojos,
en las piernas
pero el salitre se alimenta de ladrillos de piel
hiela amarillas alfombras
y son cuchillos las mañanas de lluvia.
La palabra se encaja en el estómago
tiemblan las preguntas en la boca
se mete en el hueso y lo carcome
No te lleves mis nardos
apenas son esbozo alas)
El dolor se agita entre pestaña y ceja
cuello, pezón y vientre;
oculto en la entrepierna
un miedo se muerde los labios:
el dolo r contempla lluvia en el esófago
pero nada en la arena
el aire salió de viaje
dicen que no vuelve
los ojos se abren en espanto eterno.
TEXTOS EM PORTUGUÊS
Tradução de Dulce Gonçalves da Costa
Em meio ao tumulto da rua
escuto a queda de uma folha
quantas mortes são mudas ao meu ouvido
neste mesmo instante
quantas pessoas escutaram a queda dessa folha.
Talvez eu sem saber-me sentada junto a mim,
escute todas as mortes do mundo
neste mesmo instante em que a folha cai.
Talvez eu sentada sem saber-me junto a mim
que está sentada sem saber junto a mim
tenha escutado a queda de minha morte
neste mesmo instante em que a folha cai
que eu escuto.
Nada diz que me amas
Mas há uma chuva que espera
dividir-me em gotas
sobre tuas coxas
pregada entre os dedos do ar
com olhos de ausência.
Confundo meu rumo sempre a teu lado.
Fecha-me o caminho,
Quero, tapar — hoje sim — janelas e portas,
quero manter meus pés sobre a noite.
Inventar-te.
Nada diz,
nada,
que me amas.
Se a dor não se entranhasse na parede
na tarde, na água
se não
nas unhas, nos olhos
nas pernas
mas o salitre alimenta-se de ladrilhos de pele
gela tapetes amarelos
e são cutelos as manhãs de chuva.
A palavra encaixa-se no estômago
as perguntas tremem na boca
penetra no osso e o carcome
(Não leve meus nardos
são somente esboço de asas)
A dor se agita entre pestana e sobrancelha
pescoço, mamilo e ventre
oculto nas entrepernas
um medo morde os lábios
a dor contempla chuva no esôfago
porém nada na areia
o ar partiu em viagem
dizem que não volta
os olhos abrem-se em espanto eterno.
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