EDUARDO HURTADO
Eduardo Hurtado Montalvo (México, D.F., 1950) es poeta, editor y ensayista. Estudió Letras Hispánicas en la Universidad Nacional Autónoma de México. Ha colaborado en diversas editoriales de poesía. Fue jefe de producción de la revista Vuelta y editor en jefe de La Jornada Semanal. De 1996 a 2000 diseñó y coordinó las actividades culturales de la Casa del Poeta Ramón López Velarde.
Es autor de los siguientes libros de poesía: La gran trampa del tiempo (1973), Ludibrios y nostalgias (1977), Donde conversan los amigos (1981, en Ediciones de Punto de partida), Rastro del desmemoriado (1986), Ciudad sin puertas (1991), Puntos de mira (1997), Sol de nadie (2001), Las diez mil cosas y Bajo esta luz y aquí (antología bilingüe, francés-español, editada en Canadá). En 2004, Editorial Aldus publicó su libro de ensayos Este decir y no decir. Forma parte del Sistema Nacional de Creadores de Arte y es tutor de poesía en el Programa Nacional de Jóvenes Creadores. Junto con José Emilio Pacheco, Antonio Deltoro y Fabio Morábito representa a México en el patronato de la Casa de los Poetas de Sevilla.
Fuente de la biografia: http://www.puntodepartida.unam.mx
TEXTO EN ESPAÑOL - TEXTO EM PORTUGUÊS
Ciclo
De marzo el júbilo
y la flor.
De junio el sol y el agua.
De octubre la hojarasca.
En febrero la nieve liquidada
y las hojas deshechas
y un ocioso candor.
Del mar,
la espuma.
Del sol,
este último vapor sobre la playa.
De todo,
nada.
El deseo, el mar
1.
Un mar inolvidable…
¿Pero quién se conforma
con recordar el mar?
2.
Al mar volvemos
a constatar
que no es el mismo.
3.
Un polvo somos,
un rastro
imperceptible
que dejamos.
Amo esta playa,
su oficio irreprochable
—y por las tardes vuelvo
a constatar sus últimas mudanzas.
BESTIARIO INMEDIATO –Muestra de poesía mexicana contemporânea. Prólogo y compilación: César Arístides. Ilustraciones : Juan Manuel Ramos López. México, DF: Ediciones Coyoacán, 2000. 133 p. 13x21 cm. ISBN 970-632-171-9 Col. A.M.
Una excelente edición, recomendable.
CANGREJOS
Apurados, ladinos, sigilosos,
avanzan los cangrejos
hacia el último empuje de la ola.
Cada vez que una sombra
surca el aire
corren, escarban asilos
transitorios. Son duros,
y son blandos adentro,
y conocen las pausas
del agua y del rumor.
Se lanzan a la vida
cuando empieza el crepúsculo.
Y en las noches
relumbra su armadura,
vacía,
junto al mar.
LA MOSCA
I
Porque la mosca es sucia
y despreciable,
pero tan familiar
como el cochambre de la estufa,
como la bacinica del abuelo,
como el salitre en las paredes,
como una mancha oscura
en el mantel,
como un bolillo húmedo,
como el olor del gato,
como los calcetines
en remojo;
porque la mosca vuela hipnotizada
en la sala vacía,
junto al balcón abierto,
cuando la tarde presagia lluvia,
su presencia nos punza
y nos contenta
Ella es el ángel nuestro
de alas turbias,
un recado confuso
que nos une a la vida
II
Dulce animal casero,
fantasma tolerable:
no engordes demasiado,
no insistas en chocar
contra los focos,
no fastidies al perro,
no roces nuestros labios,
no te seques en una telaraña,
no recorras los bordes
de las cazuelas sucias,
pero ante todo
no caigas en la sopa
-y no faltes en casa
ni de noche ni de día.
TEXTO EM PORTUGUÊS
Tradução de Antonio Miranda
Ciclo
De março o júblio
e a flor.
De junho o sol e a água
De outubro a neve liquidada
e as folhas desfeitas
e um candor ocioso.
Do mar,
a espuma.
Do sol,
este último vapor sobre a praia.
De tudo,
nada.
O desejo, o mar
1.
Um mar inesquecível.
Mas quem se conforma
com lembrar o mar?
‘ 2.
Ao mar tornaremos
a responder
que não é o mesmo;
3.
Pó é o que somos
um rastro
imperceptível
que deixamos.
Amo esta praia,
seu ofício irretocável
— e pelas tarde retorno
para constatar suas derradeiras mudanças.
CARANGUEJOS
Apressados, ladinos, sigilosos
avançam os caranguejos.
até o último impulso da onda.
Cada vez que um sombra
sulca o ar
correm, cavam asilos
transitórios. São duros,
e são brandos por dentro,
e conhecem as pausas
da água e do rumor.
Avançam para a vida
quando começa o crepúsculo.
E pelas noites
luzem sua armadura
vazia,
junto ao mar.
A MOSCA
I
Porque a mosca é suja
e desprezível,
mas tão familiar
como a imundície da estufa,
como o pinico do avô,
como o salitre pelas paredes,
como uma mancha escura
na toalha,
como uma m bolo úmido,
como o cheiro do gato,
como as meias
de molho;
porque a mosca voa hipnotizada
na sala vazia,
perto da varanda aberta,
quando a tarde anuncia a chuva,
sua presença provoca
e nos contenta.
Ela é o nosso anjo
de asas turvas,
um recado confuso
que nos liga à vida.
II
Delicado animal caseiro,
fantasma tolerável:
não engordas demais,
não insistas em chocar
contra as lâmpadas,
não roces nossos lábios,
não toques numa teia de aranha,
não percorras as bordas
das caçarolas vazias,
mas antes de tudo
não caias na sopa
— mas não faltes em casa
nem de noite nem de dia.
POESIA SEMPRE- ANO 9 – NÚMERO 15 – NOVEMBRO 2001. Rio de Janeiro: Fundação Biblioteca Nacional, 2001. 243 p. ilus. col. Editor Geral: Marco Lucchesi. Ex.bibl. Antonio Miranda
Azoteas*
Com rumor de velame
contra o vento,
sob o sol incansável,
mal contida por pinças,
a ponto de escapar
da prisão imperfeita
roupa que dança
nas gaiolas sobre as azoteas
*coberturas dos edifícios.
Pontos de Mira
Durante anos vivi
num andar elevado
bem frente ao mar
mas a muitos quilômetros
de qualquer praia.
Assomado ao balcão
mirava os afluentes das ruas
correrem para a costa
sobre a coluna das montanhas
e o cego resplendor,
o das planícies.
Passando
no litoral
onde começa o mar,
me enrolava nos fios
dessas coisas inúteis,
as que a espécie acumula
no mais alto lugar das suas covas:
sombrinhas, parafusos,
esponjas, cinturões,
artefatos entregues
a uma vida mais longa
e mais pausada,
a um ritmo de intempérie.
O sol caía desolado.
Trad. Ana Isabel Borges
Página publicada em novembro de 2013. Ampliada em fevereiro de 2019
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