POESÍA ESPAÑOLA
Coordinación: Aurora Cuevas Cerveró
Foto: Vera Benavente
RAÚL HERRERO
Raúl Herrero (1973). Escritor, editor, pintor y director de cine.
TEXTO EN ESPAÑOL - TEXTO EM PORTUGUÊS
[ HERRERO, Raúl] TINIEBLA ORIGINAL. Alicante, España: Librería Logos, 2010. ISBN 978-84-938139-3-2. Libro de dos tapas — como las ediciones bilíngues canadienses — con textos de dos poetas, en versiones en Castellano y Frances: HERRERO, Raúl. Officium defunctorum. Traducción de Paolo masseau; y BÉLANGER, Paul. Origen de los meridianos. Traducción: Jesús Belloto.
II KYRIE
Casi todo lo creo muy seguro
(Dámaso Alonso. Duda y amor sobre el ser supremo).
Casi nada lo creo muy seguro.
Los que solo son para sí mismos
como amenaza contemplan lo trascendente.
La duración se contiene en la duración misma,
sin paréntesis de horas, sin ese repecho
de impostura al que denominamos tiempo.
En la equivalencia entre el instante y lo permanente
reside la sustancia de mi alcance.
Pido piedad a los recuerdos,
a esas notas adscritas a mi conciencia,
a esos sueños, a esas mentiras
semejantes a la certeza, a esas evocaciones
conservadas para el rencor o la podredumbre.
La piedad a sí misma se alcanza si cumple con el deber
del perdón para lo inexcusable, sin tal merced
la caridad se convierte en limosna,
en gracia concedida sin mérito ni virtud.
¿Qué será de la conciencia
cuando se desprenda de la memoria?
¿Continuará bajo el dictado
de las vividas impresiones?
La misericordia
en la aceptación miserable del abandono.
Saciarse de la hierba del olvido
silencia, pero no acalla.
¿Cómo habitar la respiración, el crujir denso
que acompaña a la vida en cada gesto?
Ni el rechazo, ni la consunción,
ni el reclinarse frente a un altar dorado,
ni el morder con rabia las privaciones
son causa de mayor virtud ni gracia.
Cuando el camino es el fin
se anula la falta.
Finalmente, la vida no es tan importante,
pueden serlo más los pájaros.
6 LACRIMOSA
Suena mi voz desde el fondo del agua
amparada por el peso de la respiración
y el juego frugal enardecido por el aire.
Nada en el tempo procura Consuelo,
nada en el paso constante por cenotafios,
ventanales o brumas de matéria enganosa.
Pero superar las afrentas es perseverar,
pero llorar en vano es derramarse hasta
transformar las peñas ásperas en líquido de sed.
¡ Qué dia tan espléndido para calar,
para ascender del descenso,
para pacer en la placidez!
Ahora el canto será silencioso
pero incombustible.
El inocente permanecerá a salvo
de la culpa
para siempre.
El corazón a expensas de la regurgitada noche,
las cenizas salvadas por el cuerpo.
La muerte es un silencio,
¿preludio de nuevos acordes?
Sobre la apariencia de sombra
la luz de todos los recuerdos vividos
y venideros; la memoria,
¿um ente común,
la apariencia de memoria
visible en todos.
VII COMMUNIO
El fin sin abandono.
Al originar una nueva palavra,
al perfeccionar un canto
se recibe la comunión y la unidad.
Las huellas de todas las acciones
perduran a través de los hilos de lo perecedero,
nada queda en blanco,
el recuerdo
juzga con desprecio o misericórdia.
Ninguna obscuridade para el ojo
que recibe la luz sin ver.
La eternidade se reúne en todo instante
y sabendo esto antes del final
se vive y renace en todo momento.
También al expirar se vive y muere
fuera del tiempo único,
dentro del segundo inabarcable.
En la búsqueda queda fuera la duda,
en el hallazgo triunfa la gloria,
nada permanece en el passado, todo transcurre sin pausa
en la selva de un día único,
en las manos de llamas invisibles y atentas.
La vida, como la muerte,
sucede.
SILVESTRE, Alicia; HERRERO, Raúl. El faro de Sigfrido. Zaragoza: Libros del Innombrable, 2003. 132 p. cm. ISBN 84-95599-45-8 Ex. bibl. Antonio Miranda
“ Este libro es fructo de cuatro manos dedicadas a la tarea de escribir o, en su efecto, de crear. La idea original surge em el 1995 y se prolonga hasta el siguiente. Tras um quinquenio de silencio, se revivifica transfigurada em um nuevo proyecto em 2001. (...) El faro de Sigfrido acumula inicios, indicios, promesas y sorpresas, rebosa creatividad y frescura al tempo sque sirve de documento testimonial sobre la trayectoria e intertextualidad de ambos autores. “
Poemas de Raúl Herrero:
To be alone with you
Pasillos reducidos me permiten
acercarme hasta tí.
La escala de la fe
consentirá que pase
todo el tiempo contigo.
Canciones dulces, sarmentosass
y melosas pervierten
mis palavras malintencionadas,
santificadas
por el ansia creadora
de Brahma.
Campesinos mallorquines escenifican
“El ângelus” de Millet
tras cortinas selváticas;
ojos bordados subyugan
yugular del aprendizaje.
Vengo desde el estupor germinal
para poseerte
y transitar varias guerras cruentas
a solas contigo.
Comedidos, suplicantes, frívolos,
pueden asustarse por el hierro
de esta cadencia;
los assombrados serán sometidos
por la energia de Guiomar líquida.
Ya basta de concessiones al passado
y de capítulos em teologia del futuro:
Dios ha olvidado su nacimiento,
Satán duerme como un bendito.
Pasarás toda la noche
sobre mi espalda cerúlea.
Las palavras no me colman,
la sombra ve su principio.
Una señal de fuego sobre los cristales.
Sobre tu espalda cerúlea
me contendrá la noche.
1996
El melancólico vacío
Bebe el caldo como mercurio,
el peso del óbito flexiona su espalda;
— el peso del lágamo impulsa el tempo —.
La vida ocre como sucesión de fracasos
acallados por el rostro
de la diosa sin semblante.
Soportar el plomo de los días
y acabar apagado por la tierra.
La radiografia de la juventude
desvela la derrotada vejez.
Llora como quien respira,
desea la muerte como quien resucita.
Los sonidos en blanco no le conceden Consuelo.
Descubre que la ilusoria luz es
túnica desvaída de la sombra.
1999
Expe-herencia
“ La ansiedad de las influencias”
Haroldo Bloom
Hay nocturnas oquedades que prohiben
la cargada torre del pre/inicio
Pero inclina tu frente cargada de estambres
sobre mi boca
y se clausuraré el dolor de los soles.
Tañe la palavra aberta
En sima de venas que lengüetean dentro
de(l) / él (.)
(a)gua estancada dentro de vida.
Ronco precipicio lo desata. Quienes nunca supieron.
Tú, sin quein el mar brama muerte playas indolentes
Tú, sin quien no hay
HERRERO, Raúl. Los trenes salvajes. 2ª. Edición. Prólogo de Antonio Fernández Molina. Dibujos de Isabel Fernández Echeverria. Zaragoza, España: Libros del Innombrable, 2011. 153 p. (Biblioteca Golpe de Dados) 13.5x20 cm. ISBN 978084-92759-23-1
ELEGÍA PARA FRANK SINATRA
IV
Sufres con la boca llena
de agujas
una saliva
pigmentada;
los despojos más delgados
te surcan la garganta
y se incrustan
en las paredes de tu estómago.
El dolor no es suficiente.
El sol vuelca el azul
de sus dientes
sobre el tiempo
de tu silueta, que
en cuerpo del tiempo
se convierte.
Soy el único elemento
del cosmos
en reposo:
mi mundo
se desprende
del mundo.
La muerte
es un instante:
un declive
infinito de la luz.
***
El muerto invisible
Por la noche,
después de pintar,
ingiero
interminables
sorbos de disolvente.
Mi piel se vuelve pálida,
frente a una pared
blanca,
paso desapercibido.
Por fin,
una mañana,
compruebo
que soy invisible.
Ningún familiar me saluda
y soy nadie
para el espejo.
Al principio
me divierto:
cambio de lugar los objetos,
entro en lugares prohibidos.
Más tarde comprendo
que me debilito.
Mi cuerpo no camina,
levita,
mi imagen
se oculta en las fotografías,
mis allegados me olvidan.
Ahora
vago de un lugar a otro
impulsado
por corrientes de aire.
TEXTO EM PORTUGUÊS
Tradução de Antonio Miranda
II KYRIE
Casi todo lo creo muy seguro
(Dámaso Alonso. Duda y amor sobre el ser supremo).
Quase nada eu creio bem seguro.
Os que apenas são para si mesmos
como ameaça contemplam o transcendente.
A duração limita-se à própria duração,
sem parêntese de horas, sem essa ladeira
de impostura que denominamos tempo.
Na equivalência entre o instante e o permanente
reside a essência de meu alcance.
Peço piedade às memórias,
a essas notas adscritas à minha consciência,
a esses sonhos, a essas mentiras
semelhantes à certeza, a essas evocações
conservadas pra o rancor ou a podridão.
A piedade de si mesma se atinge se cumprimos o dever
do perdão para o inescusável, sem tal mercê
a caridade se converte em esmola,
em graça concedida sem mérito nem virtude.
Que será da consciência
quando se desatrela da memória?
Continuará sob do ditame
das vividas impressões?
A misericórdia
na aceitação miserável do abandono.
Saciar-se da erva do esquecimento
silencia, mas não cala.
Como habitar a respiração, o ranger denso
que acompanha a vida em cada gesto?
Nem o rechaço, nem a consumação,
nem o reclinar-se diante de um altar dourado,
nem o morder com raiva as privações
são a causa de maior virtude nem da graça.
Quando o caminho é o fim
a falta se anula.
Finalmente, a vida não é tão importante,
podem sê-lo mais os pássaros.
6 LACRIMOSA
Soa minha voz do fundo da água
amparada pelo peso da respiração
e o jogo frugal enaltecido pelo ar.
Nada no tempo Consuelo procura,
nada no passo constante por cenotáfios,
vitrôs ou brumas de matéria enganosa.
Mas superar as afrontas é perseverar,
mas chorar em vão é derramar-se até
transformar ao penhascos áspero em líquido de sede.
Que dia tão esplêndido para calar,
para ascender do descenso,
para pastar na placidez!
Agora o canto será silencioso
mas incombustível.
O inocente continuará a salvo
de culpa
para sempre.
O coração às expensas da regurgitada noite,
as cinzas salvas pelo corpo.
A morte é um silêncio,
prelúdio de novos acordes?
Sobre a aparência de sombra
a luz de todas as recordações vividas
y por vir; a memória,
um ente comum,
a aparência de memória
visível em todos.
VII COMMUNIO
O fim sem abandono.
Ao originar uma nova palavra,
ao aperfeiçoar um canto
se recebe a comunhão e a unidade.
As rastros de todas as ações
perduram através dos fios do duradouro,
nada resta em branco,
a lembrança
julga com desprezo ou misericórdia.
Nenhuma escuridão para o olho
que recebe a luz sem ver.
A eternidade se reúne em todo instante
e sabendo isto antes do final
se vive e renasce em todo momento.
Também ao expirar se vive e morre
fora do tempo único,
dentro do segundo inabarcável.
Na busca resta fora a dúvida,
no achado triunfa a glória,
nada permanece no passado, tudo ocorre sem pausa
na selva de um dia único,
nas mãos de chamas invisíveis e atentas.
A vida, como a morte,
acontece.
To be alone with you
Corredores reduzidos permitem
aproximar-me de ti.
A escala da fé
consentirá que passe
todo o tempo contigo.
Canções doces, fibrosas
e melosas pervertem
minhas palavras mal-intencionadas,
santificadas
pela ânsia criadora de
Brahma.
Camponeses de Mallorca encenam
“O ângelus” de Millet
atrás de cortina selváticas;
olhos bordados subjugam
jugular da aprendizagem.
Venho do estupor germinal
para possuir-te
e transitar várias guerras cruentas
apenas contigo.
Comedidos, suplicantes, frívolos,
pode assustar-se com o ferro
dessa cadência;
os assombrados serão submetidos
pela energia de Guiomar líquida.
Basta já de concessões ao passado
e de capítulos em teologia do futuro:
Deus esqueceu seu nascimento,
Satã dorme como um bendito.
Passarás a noite toda
sobre minha espalda cerúlea.
As palavras não me satisfazem,
a sombra vê seu princípio.
Um sinal de fogo sobre os cristais.
Sobre tua espalda cerúlea
a noite me contenderá.
O melancólico vazio
Bebe o caldo como mercúrio,
o peso do óbito flexiona a espalda:
— o peso do lodo impulsa o tempo —.
A vida ocre como sucessão de fracassos
calados pelo rosto
da deusa sem semblante.
Suportar o chumbo dos dias
e acabar apagado pela terra.
A radiografia da juventude
desvela a derrotada velhice.
Chora como quem respira,
deseja a morte como quem ressuscita.
Os sons em branco não concedem consolo.
Descobre que a ilusória luz é
túnica desbotada da sombra.
Expe-herança
“ A ansiedade das influências”
Haroldo Bloom
Existem noturnas vãos que proíbem
a carregada torre de pre/início.
Mas inclina tua frente carregada de estames
sobre minha boca
e será enclausurada a dor dos sóis.
Tanger a palavra aberta
Acima de veias que lambem dentro
de(le) / êle (.)
(á)gua estancada dentro de vida.
Rouco precipício lo desamarra. Os que nunca souberam.
Tu, sem o qual o mar brama morde praias indolentes.
Tu, sem o qual não existe.
ELEGIA PARA FRANK SINATRA
IV
Sofres com a boca cheia
de agulhas,
uma saliva
pigmentada;
os despojos mais magros
sulcam tua garganta
e se incorporam
às paredes de teu estômago.
A dor não é suficiente.
O sol se torna azul
como os seus dentes
sobre o tempo
de tua silhueta, que
no corpo do tempo
se transforma.
Sou o único elemento
do cosmo
em repouso:
meu mundo
se desprende
do mundo.
A morte é um instante:
um declive
infinito da luz.
***
O morto invisível
Pela noite,
depois de pintar,
ingerir
intermináveis
sorvos de dissolvente.
Minha pele se torna pálida,
diante de uma parede
branca,
passo despercebido.
Finalmente,
numa manhã
comprovo
que sou invisível.
Nenhum familiar me saúda
e sou ninguém
para o espelho.
A princípio
me divierto:
troco os objetos de lugar,
entro em lugares proibidos.
Mais tarde entendo
que me debilito.
Meu corpo não caminha,
levita,
se esconde nas fotografias,
me achegados me ignoram.
Agora
vago de um lugar a outro
impulsado
por correntes de ar.
Página publicada em setembro de 2016; ampliada em agosto de 2017; ampliada em dezembro de 2017.
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