POESÍA ESPAÑOLA / POESIA ESPANHOLA
Coordinación/coordenação de AURORA CUEVAS CERVERÓ
PEDRO SALINAS
(1891-1951)
Pedro Salinas Serrano nació el 27 de noviembre de 1891 en Madrid (España). Estudió Derecho y Filosofía y Letras. En 1914 fue lector de español en la Universidad francesa de la Sorbona. A partir de 1918 ejerció de catedrático de Literatura en la Universidad de Sevilla y después en la de Murcia. Con posterioridad, fue lector en Inglaterra, más concretamente en la Universidad de Cambridge y ejercería de profesor de la Escuela de Idiomas de Madrid. También sería Secretario de la Universidad Internacional de Verano de Santander.
Cuando se inició la Guerra Civil se marcharía de España para impartir clases en Estados Unidos y Puerto Rico. Falleció en 1951 en la ciudad estadounidense de Boston. Miembro de la generación del 27, Pedro Salinas es un poeta de esencia amorosa, influido por Juan Ramón Jiménez. Algunas de sus colecciones de poemas más importantes son "Presagios" (1924), "Seguro azar" (1929), "Fábula y signo" (1931), "La voz a ti debida" (1933) o "Razón de amor" (1936). Asimismo, escribió libros en prosa como la novela "La bomba increíble" y ensayos de crítica literaria como "La poesía de Rubén Darío" o "Ensayos de literatura hispánica".
Fuente: www.alohacriticon.com/viajeliterario/modules.php
TEXTO EN ESPAÑOL / TEXTO EM PORTUGUÊS
SIN TÍTULO
Para vivir no quiero
islas, palacios, torres.
¡Qué alegría más alta:
vivir en los sobrenombres!
Quítate ya los trajes,
las señas, los retratos;
ya no te quiero así,
disfrazada de otra,
hija siempre de algo.
Te quiero pura, libre,
irreductible: ni tú.
Sé que cuando te llame
entre todas as gentes
del mundo,
sólo tú serás tú.
Y cuando me preguntes
quién es el que te llama,
el que te quiere suya,
enterraré los nombres,
los rótulos, la historia.
Iré rompiendo todo
lo que encima me echaron
desde antes de nacer.
Y vuelvo ya al anónimo
eterno del desnudo,
de la piedra, del mundo,
te diré:
“Yo te quiero, soy yo”.
De La voz a ti debida, 1934
DAME TU LIBERTAD...
Dame tu libertad.
No quiero tu fatiga,
no, ni tus hojas secas,
tu sueño, ojos cerrados.
Ven a mí desde ti,
no desde tu cansancio
de ti. Quiero sentirla.
Tu libertad me trae,
igual que un viento universal,
un olor de maderas
remotas de tus muebles,
una bandada de visiones
que tú veías
cuando en el colmo de tu libertad
cerrabas ya los ojos.
¡Qué hermosa tú libre y en pie!
Si tú me das tu libertad me das tus años
blancos, limpios y agudos como dientes,
me das el tiempo en que tú la gozabas.
Quiero sentirla como siente el agua
del puerto, pensativa,
en las quillas inmóviles
el alta mar. La turbulencia sacra.
Sentirla,
vuelo parado,
igual que en sosegado soto
siente la rama
donde el ave se posa,
el ardor de volar, la lucha terca
contra las dimensiones en azul.
Descánsala hoy en mí: la gozaré
con un temblor de hoja en que se paran
gotas del cielo al suelo.
La quiero
para soltarla, solamente.
No tengo cárcel para ti en mi ser.
Tu libertad te guarda para mí.
La soltaré otra vez, y por el cielo,
por el mar, por el tiempo,
veré cómo se marcha hacia su sino.
Si su sino soy yo, te está esperando.
TE BUSQUÉ POR LA DUDA
Te busqué por la duda:
no te encontraba nunca.
Me fui a tu encuentro
por el dolor.
Tú no venías por allí.
Me metí en lo más hondo
por ver si, al fin, estabas.
Por la angustia,
desgarradora, hiriéndome .
Tú no surgías nunca de la herida.
Y nadie me hizo señas
-un jardín o tus labios,
con árboles, con besos-;
nadie me dijo
-por eso te perdí-
que tú ibas por las últimas
terrazas de la risa,
del gozo, de lo cierto.
Que a ti te encontraba
en las cimas del beso
si duda y sin mañana.
En el vértice puro
de la alegría alta,
multiplicando júbilos
por júbilos, por risas,
por placeres.
Apuntando en el aire
las cifras fabulosas,
sin peso de tu dicha.
NO TE DETENGAS NUNCA
No te detengas nunca
cuando quieras buscarme.
Si ves muros de agua,
anchos fosos de aire,
setos de piedra o tiempo,
guardia de voces, pasa.
Te espero con un ser
que no espera a los otros:
en donde yo te espero
sólo tú cabes. Nadie
puede encontrarse
allí conmigo sino
el cuerpo que te lleva,
como un milagro, en vilo.
Intacto, inajenable,
un gran espacio blanco,
azul, en mí, no acepta
más que los vuelos tuyos,
los pasos de tus pies;
no se verán en él
otras huellas jamás.
Si alguna vez me miras
como preso encerrado,
detrás de puertas,
entre cosas ajenas,
piensa en las torres altas,
en las trémulas cimas
del árbol, arraigado.
las almas de las piedras
que abajo están sirviendo
aguardan en la punta
última de la torre.
Y ellos, pájaros, nubes,
no se engañan: dejando
que por abajo pisen
los hombres y los días,
se van arriba,
a la cima del árbol
al tope de la torre,
seguros de que allí,
en las fronteras últimas
de su ser terrenal
es donde se consuman
los amores alegres,
las solitarias citas
de la carne y las alas.
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SALINAS, Pedro. A voz a ti devida. Tradução de José Jeronymo Rivera. Brasília: Thesaurus Editora, 2012. 208 p.
“O livro em questão, A voz a ti devida, é quase tudo construído em versos de seis sílabas e redondilha maior, com pouquíssima utilização da métrica decassilábica. Aliás, Pedro Salinas, no caso específico, só pratica o verso medido; quando muito se aventura no verso polimétrico, mas nunca no verso livro, ao contrário do que se constata em outros livros de sua autoria.” JOÃO CARLOS TAVEIRA, poeta e crítico.
(fragmentos p. 43-48)
*
Ha ido, ocurrió, es verdad.
Fue en un día, fue una fecha
que le marca tiempo al tiempo.
Fue en un lugar que yo veo.
Sus pies pisaban el suelo
este que todos pisamos.
Su traje
se parecía a esos otros
que llevan otras mujeres.
Su reló
destejía calendarios,
sin olvidarse una hora:
como cuentan los demás.
Y aquello que ella me dijo
fue en un idioma del mundo,
con gramática e historia.
Tan de verdad,
que parecía mentira.
No.
Tengo que vivirlo dentro,
me lo tengo que soñar.
Quitar el color, el número,
el aliento todo fuego,
con que me quemó al decírmelo.
Convertir todo en acaso,
en azar puro, soñándolo.
Y así, cuando se desdiga
de lo que entonces me dijo,
no me morderá el dolor
de haber perdido una dicha
que yo tuve entre mis brazos,
igual que se tiene un cuerpo.
Creeré que fue soñado.
Que aquello, tan de verdad,
no tuvo cuerpo, ni nombre.
Que pierdo
una sombra, un sueño más.
*
Miedo. De tí. Quererte
es el más alto riesgo.
Múltiples, tú y tu vida.
Te tengo,a la de hoy;
ya la conozco, entro
por laberintos, fáciles
gracias a ti, a tu mano.
Y míos, ahora, sí.
Pero tú eres
tu propio más allá,
como la luz y el mundo:
días, noches, estíos,
inviernos sucediéndose.
Fatalmente, te mudas
sin dejar de ser tú,
en tu propia mudanza,
con la fidelidad
constante del cambiar.
Di: ¿podré yo vivir
en esos otros climas,
o futuros, o luces
que estás elaborando,
como su zumo el fruto,
para mañana tuyo?
¿O seré sólo algo
que nació para un día
tuyo (mi día eterno),
para una primavera
(en mí florida siempre),
sin poder vivir ya
cuando lleguen
sucesivas en ti,
inevitablemente,
las fuerzas y los vientos
nuevos, las otras lumbres,
que esperan ya el momento
de ser, en tí, tu vida?
*
Foi, ocorreu, é verdade.
Foi num dia, em uma data
que assinala tempo ao tempo.
Foi em um lugar que vejo.
Seus pés pisavam o solo,
este que todos pisamos.
Seu traje
se parecia com os outros
que levam outras mulheres.
Seu relógio
destecia calendários,
sem esquecer uma hora:
como contam os demais.
E aquilo que ela me disse
foi num idioma do mundo
com gramática e história.
Tão de verdade
que parecia mentira.
Não.
Tenho que vivê-lo dentro,
em mim tenho que sonhá-lo.
A cor retirar, e o número,
e o alento todo fogo,
com que queimou-me ao dizê-lo.
Converter tudo, sonhando-o,
em puro azar, em acaso.
E assim, quando se desdiga
daquilo que então me disse,
não há de morder-me a dor
de ter perdido a fortuna
que tive um dia entre os braços,
como quem estreita um corpo.
E vou crer que foi sonhado.
Que aquilo, tão de verdade,
não teve corpo, nem nome.
Que perco
uma sombra, um sonho mais.
Medo. De ti. Querer-te
é o mais alto dos riscos.
Múltiplos, tu e tua vida.
Possuo-te, a de hoje;
conheço-a já, penetro
por labirintos fáceis
graças a ti, a tua mão.
E meus agora, sim.
Porém tu és
teu próprio mais além,
como é a luz, e o mundo:
dias, noites, estios,
invernos sucedendo-se.
Fatalmente, te mudas
sem deixar de ser tu,
em tua própria mudança,
com a fidelidade
constante do mudar.
Dize, posso viver
nesses diversos climas,
ou futuros, ou luzes
que estás elaborando,
como seu sumo o fruto,
para o teu amanhã?
Ou serei somente algo
que nasceu para um dia
teu (o meu dia eterno),
para uma primavera
(em mim florida sempre),
sem poder viver já
quando cheguem,
sucessivas em ti,
inevitavelmente,
as forças com os ventos
novos, as outros luzes
que esperam já o momento
de ser, em ti, tua vida?
GARCÍA MOREJÓN, Julio. El amor virtual . La lírica de Pedro Salinas. São Paulo: CenaUn, 2000. 286 p. cm. Portada: Pintura de Geraldo Décourt. ISBN 85-86356-19-0 N. 09
"Desde luego, al encararmos con la obra total de Pedro Salinas, lo que llama la atención es su quehacer lírico, en primer lugar. Pero há habido quien há pensado que "el crítico Salinas todavía no ha sido superado por el poeta". Esta opinión la expresó Gonzalo Torrente Bellester, que menospreciaba la poesía del escritor madrileno. Tal opinión se funda em el prejuicio de que la poesía saliniana es fruto de tan intenso processo de intelectualización que perde por ello cualidades de comunicación humana, dando la impresión de que Salinas se estaria adelantando a la concepción de un mundo comunicativo virtual que en esos momentos invade al individuo del nuevo milênio." (...) "El drama estriba en la posibilidad de conciliar esos mundos. La lucha del poeta estriba em conciliarlos, en que se acomoden y ajusten, para ir oteando nuevos horizontes, nuevas rutas al arte. Salinas es un poeta moderno, modernísimo, relacionado con el arte de su pátria y con el arte universal. Esto lo han visto sus mejores comentaristas. En el arte del autor de Presagios desembocan fórmulas de siempre, y en él, como en Jorge Manrique, conviven elementos de la tradición al lado de la más singular originalidade." JULIO GARCÍA MOREJÓN
FIGURACIONES
Parecen nubes. Veleras,
voladoras, lino, pluma,
al viento, al mar, a las ondas
—parecen el mar —del viento,
al nido, al puerto horizontes,
certeiras van como nubes.
Parecen rumbos. Taimados
los aires soplan al sesgo,
el sur equivoca al norte,
alas, quillas, trazan rayas
—aire, nada, espuma, nada—,
sin dondes. Parecen rumbos.
Parece el azar. Flotante
en brisas, olas, caprichos,
¡qué dissimulado va,
tan seguro, a la deriva
querenciosa del engano!
¡Qué desarraigado, ingrávido,
entre voces, entre imanes,
entre orillas, fuera, arriba,
suelto! Parece el azar.
VOCACIÓN
Abrir los ojos. Y ver
sin falta ni sobra, a colmo
en la luz clara del día,
perfecto el mundo, completo.
Secretas medidas rigen
gracias sueltas, abandonos
fingidos, la nube aquella,
el pájaro volador,
la fuente, el tiemblo del chopo.
Está bien, mayo, sazón.
Todo en el fiel. Pero yo...
Tú, de sobra. A mirar,
y nada más que a mirar
la beleza rematada
que ya no te necessita.
Cerrar los ojos. Y ver
incompleto, tembloroso,
de será o de no será,
— masas torpes, planos sordos —
sin luz, sin gracia, sin orden
un mundo sin acabar,
necessitado, llamándome
a mí, o a ti, o a cualquiera
que ponga lo que le falta,
que le dé la perfección.
En aquella tarde clara,
en aquel mundo sin tacha,
escogí:
el outro.
Cerré los ojos.
TEXTOS EM PORTUGUÊS
Traduções de Antonio Miranda
e Salomão Sousa
FIGURAÇÕES
Parecem nuvens. Velas
voadoras, linho, pluma,
ao vento, ao mar, às ondas
— parecem com o mar — do vento,
ao ninho, ao porto horizontes,
certeiras vão como nuvens.
Parecem rumos. Travessos
os ares sopram enviesados,
o sul equivoca-se ao norte,
asas, quilhas, traçam faixas
— ar, nada, espuma, nada —,
sem ondes. Parecem rumos.
Como por sorte. Flutuante
em brisas, ondas, caprichos,
que dissimulado vai,
tão seguro, à deriva
desejosa do engano!
Que desarraigado, leve,
entre vozes, entre imãs,
entre margens, fora, encima,
solto! Como por sorte.
VOCAÇÃO
Abrir os olhos. E ver
sem falta nem sobra, a colmo
na luz clara do dia,
mundo perfeito, completo.
Secretas medidas regem
graças soltas, abandonos
fingidos, a nuvem aquela,
o pássaro voador,
a fonte, o tremor de álamo.
Está bem, maio, sazão.
Tudo no fiel. Mas eu...
Tu, sobrando. A olhar,
e nada mais que a olhar
a beleza rematada
que já não te necessita.
Fechar os olhos. E ver
incompleto, trepidante,
de será ou de não será,
— massas lerdas, planos surdos —
sem luz, sem graça, sem ordem
um mundo sem acabar,
necessitado, chamando
a mim, ou a ti, ou a qualquer
que ponha o que lhe falta,
que lhe dê a perfeição.
Naquela tarde clara,
naquele mundo sem mancha,
escolhi:
o outro.
Fechei os olhos.
SEM TÍTULO
Tradução de Antonio Miranda
Para viver não quero
ilhas, palácios, torres.
Que alegria mais alta:
Viver nos apelidos!
Retira já os trajes,
as senhas, os retratos;
já não te quero assim,
disfarçada de outra,
filha sempre de algo.
Te quero pura, livre,
Irredutível: nem tu.
Sei que quando te chame
entre outras pessoas
do mundo,
só tu serás tu.
E quando me perguntares
quem é que te chama,
o que te quer sua,
enterrarei os nomes,
os rótulos, a história.
Irei rompendo tudo
o que encima me puseram
desde antes de nascer.
E volto já anônimo
eterno da desnudez,
da pedra, do mundo,
te direi:
“Eu te amo, sou eu”.
De La voz a ti debida, 1934
NÃO TE DETENHAS NUNCA
Tradução de Salomão Sousa
Não te detenhas nunca
quando quiseres me buscar.
Se vês muros de água,
amplas fossas de ar,
cercas de pedra ou tempo,
evita os gritos, passa.
Te espero com um ser
que não espera por outros:
onde eu te espero
só tu cabes. Ninguém
pode se encontrar
ali comigo senão
o corpo que te leva
no ar, como um milagre.
Intacto, inalienável,
um grande espaço branco,
azul, em mim, não aceita
mais que os vôos teus,
os passos de teus pés;
não verão nele
outras marcas jamais.
Se alguma vez me olhares
como preso, fechado
atrás de portas,
entre coisas alheias,
pensa nas torres altas,
nas trêmulas alturas
da árvore, firme nas raízes.
As almas das pedras
que estão embaixo servindo
aguardam na última
ponta da torre.
E ali, pássaros, nuvens,
não se enganam: deixando
que os homens e os dias
pisem embaixo,
se estão ali em cima,
no alto da árvore,
no topo da torre,
certos de que ali,
na última fronteira
de seu ser terreno
é onde se consumam
os amores alegres,
os solitários encontros
da carne e das asas.
PELA DÚVIDA TE BUSQUEI
Tradução de Salomão Sousa
Pela dúvida te busquei:
não te encontrava nunca.
Ao teu encontro eu fui
pela dor.
Por ali tu não vinhas.
Ainda mais ao fundo eu desci
para ver, enfim, se estavas.
Através da angústia,
dilaceradora, ferindo-me.
Da ferida tu não surgias nunca.
E ninguém me acenou
—um jardim ou teus lábios,
com árvores, com beijos—;
ninguém me disse
—por isso te perdi—
que ias nos últimos
terraços do riso,
do gozo, da certeza.
Que tu te encontravas
nos topos do beijo
sem dúvida e sem manhã.
No vértice puro
da alegria alta,
multiplicando júbilos
por júbilos, por risos,
por prazeres.
Apontando no ar
as cifras fabulosas,
na leveza de tua felicidade.
DÁ-ME TUA LIBERDADE
Tradução de Salomão Sousa
Dá-me tua liberdade.
Não quero tua fadiga,
não, nem tuas folhas secas,
teu sonho, teus olhos cerrados.
Vem a mim a partir de ti,
não a partir do teu cansaço
de ti; quero senti-la.
Tua liberdade me traz,
assim igual a um vento universal,
um odor de madeira.
remotas de teus móveis,
um monte de visões
que tu vias
quando no alto de tua liberdade
já cerravas os olhos.
Que bela tu livre e de pé!
Se me dás tua liberdade me dás teus anos
brancos, limpos e agudos como dentes,
dás-me o tempo em que a gozavas.
Quero senti-la como sente a água
do porto, pensativa,
nas quilhas imóveis
em alto mar. A turbulência sacra.
Senti-la,
vôo parado,
assim como a quieta várzea
sente a rama
onde vem a ave e pousa,
o ardor de voar, a luta pertinaz
contra as dimensões azuis.
Dencanse-a hoje em mim: vou gozá-la
com um tremular de folha em que descem
gotas do céu ao solo.
Quero-a
para soltá-la, somente.
Não tenho cárcere para ti em meu ser.
Tua liberdade te guarda para mim.
Soltarei-a outra vez, e pelo céu,
pelo mar, pelo tempo,
verei como parte para seu destino.
Se o teu destino sou eu, ele te espera.
Veja o texto de um tese defendida e publicada no Brasil sobre Pedro Salinas:
MARTINS, Helcio. Pedro Salinas (Ensaio sobre sua poesia amorosa). Rio de Janeiro: Ministério da Educação e Cultura, Serviço de Documentação, 1956. 113 p. 1 (Os cadernos de cultura, 91) 4,5x20 cm. “ Helcio Martins “ Ex. bibl. Antonio Miranda
SALINAS, Pedro. Razão de amor & Longo lamento. Tradução de José Joeronymo Rivera. Goiânia, GO: Kelps, 2016. 225 p. 15x21 cm Ex. bibl. Antonio Miranda
De Razão de Amor:
A ESSA, àquela a quem eu quero,
não é à qual se dá se rendendo,
à qual caindo é que se entrega,
de fadiga, de peso morto,
como a água pela lei da chuva,
para baixo, presa segura
da tumba vazia do solo.
A essa, àquela a quem eu quero,
é a quem se entrega vencendo,
vencendo-se,
de sua liberdade a vir
com todo o ímpeto da gana,
da gana de amor, ataque,
repuxo, ou garça voadora,
ou disparada — a flecha —,
sobre a pena vitoriosa,
para cima, ganhando o céu.
NÃO SE escreve teu nome
onde se escreve, com o que se escreve.
E nas águas escreve
com verde traço a árvore.
As máquinas no ar
improvisam noturnos,
tocam sua seca música
de alfabeto romântico.
E nos céus bem abertos
pássaros vão traçando
códigos de seus voos.
Teu nome não se escreve
onde se escreve, com o que se escreve.
As estrelas se leem
com grandes lentes claras,
que decifram seu tédio
de longínquos enigmas.
AS terras mais remotas,
com suas cores azuis,
verdes, rosa, entregam
seu segredos nos mapas.
E o passado se vê
tão escrito nos olhos
que mirar bem a alguém
é elegia ou cântico
que brotam dos azuis,
ou dos verdes, o negro.
Teu nome não se lê
onde se lê, com aquilo que se lê.
A aurora apaga noites,
o meio-dia auroras,
e tiram-lhes as tardes,
aos dias, forma, ser.
O tempo apaga o tempo,
resta só um grande branco.
Porém teu nome, quem
vai apaga-lo, sabes?
se em nada nós o lemos,
não o escreveu ninguém,
como estou eu dizendo-o
como calando-o vou?
De “Longo Lamento”:
A memória nas mãos
Hoje são as mãos a memória.
A alma não concorda, está dorida
de tanto recordar. Porém nas mãos
fica a lembrança do que já tiveram.
Lembrança de uma pedra
à beira de um arroio
e que colhemos distraidamente
sem de nossa ventura dar-nos conta.
Porém seu peso áspero
faz-nos sentir que afinal nós colhemos
o fruto mais formoso que já houve.
A tempo sabe
o peso de uma pedra em nossas mãos.
Em uma pedra está
a paciência do mundo, depressa amadurada.
Incalculável som
de dias e de noites, sol e água
a que custou esta forma torpe e dura
que acariciar não sabe e acompanha
tão só com o próprio peso, obscuramente.
Se esteve sempre quieta,
sem procurar, fechada,
em uma densa e constante vontade
de não voar como a mariposa
de não ser bela, como o lírio,
pra proteger da inveja sua pureza.
Quantos lírios esbeltos, quantas gráceis
libélulas morreram a seu lado
por correr tanto rumo à primavera!
Ela soube esperar sem pedir nada
mais que de seu puro ser a eternidade.
Por renunciar à pétala, e ao voo,
está via e me ensina
que um amor deve estar quieto, bem quieto,
soltando as falsas asas de sua presa,
e derrotar assim sua própria morte.
Também me lembram elas, minhas mãos,
que tiveram u’a cabeça amada entre suas palmas.
Nada mais misterioso neste mundo.
Os dedos reconhecem os cabelos
lentamente, um a um, tal como folhas
de calendário: são lembranças
de outros tantos, também inumeráveis
dias felizes,
dóceis àquele amor que ora os revive.
Porém ao apalpar a forma inexorável
que por detrás da carne nos resiste
as palmas já se tornam cegas.
Não são carícias, não, o que repetem
passando e repassando sobre o osso:
são perguntas sem fim, são infinitas
angústias feitas tatos ardorosos.
E nada lhes responde: só a suspeita
de que tudo se escapa e de nós foge,
quando o oprimimos entre nossas mãos,
e sobe do calor daquela fronte.
A cabeça se entrega. É uma entrega absoluta?
O peso em nossas mão o insinua,
os dedos acreditam,
e querem convencer-se: palpam, palpam..
Mas uma voz obscura atrás da fronte
— nossa fronte ou a sua? —
nos fala que o mistério mais longínquo,
porque está assim tão perto, não se toca
com a carne mortal com que buscamos
bem na ponta dos dedos, bem ali,
a presença invisível.
Ao ter uma cabeça assim colhida
nada se sabe, nada,
somente que o futuro é quem decide
de nossa vida ou nossa morte,
atrás das pobres mãos assim enganadas
pela beleza do que ora sustentam.
Entre essas mãos tão cegas
que não podem saber. Cuja fé única
está em serem boas, em fazer carícias
sem cansar-se, e a ver se assim se ganham
quando a cabeça amada volte
a viver outra vez sobre seus ombros,
e pareça que nada entre as palmas lhes reste,
só o triunfo de nunca estar vazias.
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LEMBRANDO PEDRO SALINAS,
MORTO NUM DISTANTE DEZEMBRO
Izacyl Guimarães Ferreira
Em sua curta vida ( 59 anos, 27 de novembro de 1892 – 20 de dezembro de 1951)
Pedro Salinas fez poesia e crítica literária de nível alto o bastante para inscreve-lo entre os mestres do século XX e de toda a literatura espanhola.
Como crítico, mais, como ensaísta e historiador, bastariam dois livros para coloca-lo
ao lado dos grandes de sua geração, a do 27 espanhol, como Dámaso, Bousoño,
Casalduero, Díaz-Plaja : seus estudos “Jorge Manrique o tradición y originalidad e
“Reality and the poet in Spanish poetry”. Mas Salinas tem ainda o ensaio sobre
Darío e numerosos “textos menores” reunidos em sua “Literatura Española Siglo
XX”, entre outros esparsos e não menos importantes estudos.
E seu acompanhamento minucioso e exemplar do desenvolvimento do “Cántico” de
Jorge Guillén é um caso à parte de compreensão crítica, aliada à admiração pelo
trabalho do amigo.
Como poeta, nove livros, que pela temática, o estilo, a evolução mesma de sua poé-
tica a professora Belén Morillo agrupou em três distintos ciclos: de 1923 a 1931,
Presagios,Seguro Azar, Fábula y Signo. De 1933 a 1938, La voz a ti debida, Razón de Amor,Error de Cálculo .De 1938 a 1949, El Contemplado, Todo más claro e
Confianza.. Tais livros o situam junto a Guillén, Lorca, Alberti, Aleixandre, Cernuda ,
entre os maiores “del 27”,geração enriquecida ainda por nomes como Dámaso, Diego,
León Felipe, Altolaguirre.
Entre nós, no Brasil, Pedro Salinas entrou nesse cone de sombra, tão injusto, que com
frequência acompanha os poetas mortos, daqui ou de fora. Sei da existência de estu-
dos acadêmicos que não posso registrar sistematicamente, mas cabe mencionar o pio-
neiro texto, de extraordinária lucidez, de Hélcio Martins, tese de doutoramento, escrito
em 1954 : “Pedro Salinas – ensaio sobre sua poesia amorosa”. Devo a Hélcio, tão
prematuramente desaparecido, também ele, meu especial interesse por Salinas, e de
seu texto reproduzo alguns comentários, que se ajustam a traduções que fiz há anos.
A tese de Hélcio Martins enfoca sobretudo os livros La voz a ti debida e Razón
de amor, mas vai buscar nos tres primeiros livros as bases conceituais e os primei-
ros procedimentos da poesia vertiginosa de Salinas, uma poesia amorosa fincada na
realidade, uma realidade transformada pela alma. São palavras de Guillén : “Em Salinas tudo se submete a um valor primeiro, a alma. / A poesia de Salinas é isso:
um mundo acompanhado por uma alma. E anota Hélcio:
“Salinas estréia adulto...quando já contava 30 anos. E no primeiro poema desse livro
encontramos já formulada brevíssima arte poética que entendemos há de explicar em seu completo desenvolvimento a atitude de Salinas como criador e também como crítico de poesia. Diz assim :” / ......sua tradução:
Suelo. Nada más. Chão. Nada mais.
Suelo. Nada menos. Chão. Nada menos.
Y que te baste con eso. E que isso te baste.
Porque en el suelo los pies hincados, Porque no chão os pés fincados,
en los pies torso derecho, nos pés o torso ereto,
en el torso la testa firme no torso a testa firme
y allá, al socaire de la frente, e além, ao abrigo da fronte
la idea pura y en la idea pura a idéia pura e na idéia pura
el mañana, la llave o amanhã, a chave
- mañana – de lo eterno. - o amanhã - do eterno.
Suelo. Ni más ni menos. Chão. Nem mais nem menos.
Y que te baste con eso. E que isso te baste.
Adiante diz o doutorando: Para o poeta “a poesia opera sempre com a realidade...
Toda poesia opera sobre uma realidade pelo gosto de criar uma outra.”
Esta atitude é flagrante também num poema do segundo livro, Seguro azar. O poeta
vê, sente, pensa a lâmpada sobre sua mesa, e adota a postura de um “espectador
transcendental”. Eis o objeto e seu uso, o objeto e sua outra realidade, seu espírito
oculto, sua alma. Eis o poema “35 bujías” ...../ e a tradução “35 velas”:
Sí. Cuando quiera yo Sim. Quando eu queira
la soltaré. Está presa a soltarei Está presa
aqui arriba, invisible. aqui acima, invisível.
Yo la veo en su claro Eu a vejo em seu claro
castillo de cristal, y la vigilan castelo de cristal, vigiada
cien mil lanzas – los rayos por cem mil lanças – os raios -
- cien mil rayos – del sol. Pero de noche cem mil raios do sol. Mas de noite,
cerradas las ventanas fechadas as janelas
para que no la vean para que não a vejam
- guiñadoras espías – las estrellas, - piscantes espiãs – as estrelas,
la soltaré. ( Apretar un botón. ) a soltarei. (Apertar um botão.)
Caerá toda de arriba E cairá toda lá de cima
a besarme, a envolverme a beijar-me, a envolver-me
de bendición, de claro, de amor, pura. de bênçãos, de claridade, de amor,
En el cuarto ella y yo no más, amantes / pura.
eternos, ella mi iluminadora E no quarto eu e ela só, amantes
musa dócil en contra eternos, ela minha iluminadora
de secretos en masa de la noche musa dócil contra
- afuera – os segredos em massa da noite
descifraremos formas leves, signos, - lá fora -
perseguidos en mares de blancura decifraremos formas leves, signos,
por mí, por ella, artificial princesa, perseguidos em mares
amada eléctrica. /de brancura
por mim, por ela, artificial princesa,
amada elétrica.
No terceiro livro, Fábula y Signo , Salinas estabelecerá as relações entre o finito e o infinito, outra forma de ver as duas realidades que o poeta contempla, e num poema
que Hélcio Martins nos recorda retomar um tema tradicional ( presente em Ossian e Musset, por exemplo ), vê o mundo oculto numa máquina de escrever. É o tema da
harpa da Rima VII de Bécquer, de que Salinas se afasta ao não olhar o instrumento romanticamente e sim como “espectador perfeito”. Sem frustração frente ao objeto
“abandonado e coberto de pó” vê no teclado um potencial de “realizar um mundo”.
Eis o poema , “Underwood Girls”.... / .........e sua tradução...
Quietas , dormidas están Estão quietas, dormindo
las treintas redondas brancas. as trinta redondas brancas.
Entre todas Entre todas
sostienen el mundo. sustêm o mundo.
Míralas aquí en su sueño, Olhe-as aqui em seu sono ,
como nubes, como nuvens,
redondas, blancas, y dentro redondas, brancas, e dentro
destinos de trueno y rayo, destinos de trovão e raio
destinos de lluvia lenta, destinos de chuva lenta,
de nieve, de viento, signos. de neve, de vento, signos.
Despiértalas, Desperte-as
con contactos saltarines com contatos dançarinos
de dedos rápidos, leves, de dedos rápidos, leves,
como a músicas antiguas. como de músicas antigas.
Ellas suenan otra música : Outra música elas fazem :
fantasías de metal, fantasias de metal,
valses duros, al dictado. valsas duras ao ditado.
Que se alcen desde siglos Que se alcem desde os séculos
todas iguales, distintas todas iguais, distintas
como las olas del mar como as ondas do mar
y un gran alma secreta. e uma grande alma secreta.
Que se crean que es la carta, Que acreditem seja a carta,
la fórmula como siempre. a fórmula de sempre.
Tú alócate Coloque
bien los dedos, y las bem os dedos e as
raptas y las lanzas, rapte e as lance ,
a las treinta, eternas ninfas as trinta, eternas ninfas
contra el gran mundo vacío, contra o grande mundo vazio,
blanco en blanco. alvo no branco.
Por fin a la hazaña pura, Por fim a pura façanha
sin palabras sin sentido, sem palavras, sem sentido
ese, zeta, jota, i ... esse, zê, jota, i ...
Essas realidades e essas almas , eis o que eu cacei - sem saber se as alcancei –
nestas discretas traduções, ora revisitadas ao lembrar sua morte num distante dezembro.
Mais que tudo ou menos que nada, homenagem a um poeta de quem eu, ainda um pouco menino, ávido leitor, aprendi a aprender o que seria poesia, matéria que ele, Salinas o poeta, deixava para pessoas como ele, Salinas o ensaísta e historiador de poesia, explicar.
Completo esta homenagem com uma “Carta a Pedro Salinas”, poema escrito há pou-
cos meses, ao reler as traduções que acompanham as presentes notas.
A Pedro Salinas
Foram pétalas de seda
as palavras renascidas,
de pele igual mas distintas
como as ondas de teu mar,
poeta Pedro Salinas
- sob a pera de cristal
de uma elétrica princesa
dando voz a tais meninas:
as brancas redondas teclas
( tuas ninfas de metal )
amanhecendo nos dedos
fantasias e segredos.
Meio século depois,
com minhas Microsoft girls
( dóceis dançarinas plásticas)
um tanto às tontas tateio
as mil aéreas janelas
florescendo luminosas.
Tateio também, desperto,
o novelo de teu verso
- rio, fio em labirinto
onde nunca falta a luz,
essa que decifra o mundo
e celebra o corpo amado,
o que nele se transforma
em júbilo, salvação
do dia, vitória última
É um ponteio mudo o meu,
como o das teclas dormindo
sob a lâmpada apagada.
Mas não há noite nenhuma,
na memória ou na leitura,
quando te ouço dizendo
que à luz do poema, tudo,
tudo está muito mais claro
Izacyl Guimarães Ferreira.
Página ampliada e republicada em novembro de 2008; ampliada em junho de 2016.
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