POESÍA ESPAÑOLA
Coordinación de AURORA CUEVAS CERVERÓ
Universidad Complutense de Madrid
MARÍA ÁNGELES PÉREZ LÓPEZ
(1967). Poeta y profesora titular de Literatura Hispanoamericana en la Universidad de Salamanca. Ha publicado los libros: Tratado sobre la geografía del desastre (1997), La sola materia (Premio Tardor, 1998), Carnalidad del frío (Premio de Poesía Ciudad de Badajoz, 2000), La ausente (2004) y Atavío y puñal (2012). Jurado de varios premios literarios, entre otros, Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana en 2005, 2009 y 2014, Premio Miguel de Cervantes en 2007 y Premio José Donoso en 2013.
TEXTOS EN ESPAÑOL - TEXTOS EM PORTUGUÊS
XII FESTIVAL DE POESIA DE GRANADA, NICARAGUA, 2016. 14 ql 20 de Febrero de 2016. Memoria poética. 105 poetas, 50 países. Managua: 2017. 186 p.
[ISLOTES]
Hasta el poema llegan, como islotes
de óxido y de plancton celular,
los restos silenciosos del naufragio
en que quedan los barcos y los hombres
tras el amor intenso, el oleaje
que levanta su proa y la sumerge
al fondo de la mar y sus caballos.
Las caracolas guardan su rumor,
la lentitud sombría en que los peces
desnudos se acomodan a morir
y vuelven cristalina su belleza
de fósil, su armadura transparente,
su vertical caída hasta el silencio
en que el fondo del mar guarda la espuma
que levantó el deseo y las mareas.
En su abisal distancia deslenguada,
amor y mar comparten varias letras
y la raíz mojada por la sal
empapa cada signo tras su empeño
por la coloración y el frenesí.
La boca humedecida, la entretela
del cuerpo y sus humores ablandados,
las veintinueve letras rezumadas
por la líquida masa del amor
después se vuelven piedra quebradiza,
astilla y fósil blanco en su rescoldo,
su agalla enrojecida en el vivir.
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TEXTOS EM PORTUGUÊS
Tradução de Antonio Miranda
[ILHOTES]
Até ao poema chegam, como ilhotes
de óxido e de plâncton celular,
os restos silenciosos do naufrágio
em que restam os barcos e os homens
depois do amor intenso, o marulho
que levanta sua proa e a submerge
ao fundo do mar e seus cavalos.
Os caramujos guardam seu rumor,
a lentidão sombria em que os peixes
desnudos se acomodam ao morrer
e se torna cristalina sua beleza
de fóssil, sua armadura transparente,
sua vertical queda até o silêncio
em que o fundo do mar guarda a espuma
que levantou do desejo e as marés.
Em sua abissal distância desbocada,
amor e mar compartilham várias letras
e a raiz molhada pelo sal
empapa cada signo por seu empenho
pela coloração e o frenesi.
A boca umedecida, a entranha
do corpo e seus humores amolecidos,
as vinte e nove letras suadas
pela líquida massa de amor
depois tornam-se pedra quebradiça,
lasca e fóssil branco em seu rescaldo,
seu galho enrubescido pelo viver.
Página publicada em março de 2017