POESIA ESPAÑOLA
Coordenación de AURORA CUEVAS CERVERÓ
LUIS GUTIÉRREZ DEL ARROYO
(Madrid, 1946)
Ingeniero industrial. Profesor de Física. Intérprete de viola de gamba en el grupo Orfeo, de música del Renacimiento.
TEXTOS EN ESPAÑOL / TEXTOS EM PORTUGUÊS
Traduçao de Antonio Miranda
De
Luis Gutiérrez del Arroyo
FLUIDOS
Madrid: Huerga & Fierro Editores, 2005
68 p. ISBN 84-8374-532-1
Estoy desapareciendo de muchas memorias,
borroso en todos los trozos de sus espejos caídos.
Por salones de esos palacios abandonados,
busco inútilmente mi refelejo.
Estou desaparecendo de muitas memórias,
turvo em todos troços de seus espelhos caídos.
Por salões desses palácios abandonados,
busco inutilmente meu reflexo.
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Surgen a menudo las voces de quienes ya no viven,
cuando decimos alguna frase suya,
parece que hablasen de nuevo para dejar constancia.
Acaso nos oyen desde su cercana lejanía,
ríen sus anteriores ocurrencias, plantean
los enigmas de su nuevo estado, y se conforman
con esa presencia intermitente.
Constantemente surgem as vozes dos que já não vivem.,
quando dizemos algumas de suas frases,
parece que falam outra vez para poder constar.
Talvez nos ouvem de sua distância vizinha,
riem de ocorrências passadas, propõem
os enigmas de sua nova situação, e se conformam
com essa presença intermitente.
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Vienen sudorosas las actrices
desde sus explícitas maneras,
aspiramos en ellas la juventud restablecida,
el pausado transcurso, la pasión que no acaba.
Somos figurantes aturdidos entre bastidores,
cómicos de escaso parlamento,
dirigimos nuestras intervenciones finales,
hacia antiguos focos ya apagados.
Siempre etamos en los escenarios que perdimos.
Vêem suarentas as atrizes
desde as suas explícitas maneiras,
aspiramos nelas a juventude restaurada,
o transcurso pausado, a paixão que não acaba.
Somos figurantes perturbados nos bastidores,
cômicos de escasso parlamento,
dirigimos nossas participações finais
para antigos refletores apagados.
Sempre estamos nos cenários que perdemos.
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De
Luis Gutiérrez del Arroyo
GALLO DE MADERA
Madrid: Huerga & Fierro Editores, 1998
72 p. ISBN 84-8374-032-X
Comparo lo que escribo,
con diminutos golpes de la lluvia
en la ventanilla de un tren sin vuelta.
Comparo o que escrevo
com diminutos pingos de chuva
na janela de um trem sem regresso.
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PRAIA DO TONEL
(fragmento)
Son recintos herméticos,
compartimientos encendidos,
habitaciones donde nos deslumbró la vida.
Allí se obraron alteraciones prodigiosas,.
Bajo la torrente de los estímulos sagrados,
renovamos los antiguos dlírios:
espejos llenos en las madrugadas.
PRAIA DO TONEL
(fragmento)
São recintos herméticos
compartimentos acesos,
habitações onde a vida nos deslumbrou.
Ali produziram alterações prodigiosas.
Sob a torrente dos estímulos sagrados,
renovamos os antigos delírios:
espelhos plenos nas madrugadas.
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ARISTA DE DIEDRO
(fragmento)
Los colores del mar a lo largo del día
no pueden ser nombrados.
Son graduales y acercan al prodigio,
desarrollos posibles de idéntico teorema:
ninguno es superior,
todos coexisten, todos se suceden.
Y en todos se demuestra
que nuestros muchos cambios concluirán con la noche.
ARESTA DE DIEDRO
(fragmento)
As cores do mar ao longo do dia
não podem ser citadas.
São graduadas e atingem o prodígio,
desdobramentos possíveis de idêntico teorema:
nenhum é superior,
todos coexistem, todos se sucedem.
E em todos se demonstra
que nossos tantos câmbios terminarão com a noite.
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Embacaciones por el canal:
siento el zumbido de sus motores aceitosos.
La influencia de estas ciudades,
húmedas y enigmáticas,
en el estricto peso del recuerdo.
Embarcaçoes pelo canal:
sinto o zumbido de seus motores oleosos.
A influência destas cidades,
úmidas e enigmáticas,
no estrito peso da lembrança.
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De
Luis Gutiérrez del Arroyo
ZAVIAL
Madrid: Huerga & Fierro Editores, 2001
55 P. ISBN 84-8374-257-8
En los trabajos que Claudio Ptolomeu realizó en la biblioteca de Alejandría, entre los años 127 y 151, aparece el nombre de Zavial, asignado a un planeta brillante que se eclipsaba con frecuencia e inesperadamente, transcurrido el solsticio de verano. Su contemplación podría estar vinculada a estados felices del alma. (...) Más tarde, se descartó la existencia del planeta Zavial y de otros muchos, mediante medidas más certeras (...) Pero Zavial siguen constando en las catalogaciones celestes antiguas, y en la memoria de algunos.
Soy el acaompañante que abre calzadas por los sueños,
el que averigua los bajorrelieves invisibles,
el que contempla el apogeo de Zavial en el mediodía,
el que transmite los estímulos de su órbita,
el que retiene el paso de sus moradores brillantes,
el que prolonga la fascinación y el influjo,
el que solloza al lado del esconderijo de la muerte.
En el reverso de las máscaras abandonadas,
se oyen aún respiraciones sobre el cartón curvado.
Húmedo hueco anónimo,
de allí salieron las palabras más indecentes,
la fatiga de una danza impúdica,
las miradas extravagantes,
los desmesurados pensamientos.
El estupor que nos producen
los calendarios atrasados,
los vendavales que desordenan lo vivido
y lo sacan de la memoria,
la mirada envolvente de las personas que nos faltan,
las celebraciones ya imposibles,
las ausencias sin despedida.
~~ Nos trabalhos que Claudio Ptolomeu realizou na biblioteca de Alexandria, entre os anos 127 e 151, aparece o nome de Zavial, designando um planeta brilhante que se eclipsava com freqüência e inesperadamente, transcorrido o solstício de verão. Sua contemplação poderia estar vinculada aos estados felizes da alma. (...) Mais tarde foi descartada a existência do planeta Zavial e muitos outros, conforme medições mais acertadas (...) Mas Zavial continua constando das catalogações celestes antigas, e na memória de muitos.”
Sou o acompanhante que abre caminhos pelos sonhos,
o que contempla os baixo-relevos invisíveis,
o que contempla o apogeu de Zavial ao meio-dia,
o que transmite os estímulos de sua órbita,
o que retém o passo de suas moradoras brilhantes,
o que prolonga o fascínio e o influxo,
o que soluça ao lado do esconderijo da morte.
No reverso das máscaras abandonadas,
ouvem-se ainda respirações sobre o cartão curvo.
Úmido oco anônimo,
dali saíram as palavras mais indecentes,
a fadiga de uma dança impudica,
os olhares extravagantes,
os desmedidos pensamentos.
O estupor que nos causam
os calendários atrasados,
os vendavais que desordenam o vivido
e o retiram da memória,
o olhar envolvente das pessoas que nos faltam,
as celebrações já impossíveis,
as ausências sem despedidas.
Luis Gutierrez del Arroyo e Antonio Miranda na Casa del Estudiante de Madri, 2010
Página publicada em novembro de 2010
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